Los jóvenes de menos de 30 años son los más afectados por el desempleo

Cuando el año pasado Sergio Alzugaray (20) se recibió de técnico electromecánico estableció su primer objetivo: conseguir un trabajo estable que le deje tiempo para cursar aunque sea algunas materias de la carrera de Ingeniería y le permita alquilar un departamento para poder dejar la casa de su tía, donde actualmente vive, en el barrio de Ringuelet. Pero los meses pasan y ese trabajo no aparece. Eso sí: Sergio -que ya trabajó de repositor en un supermercado, repartió volantes y hasta hizo changas en la construcción- acumuló una larga experiencia en la búsqueda que le permite describir con detalles el mapa de la oferta laboral para los jóvenes en la Región. Una oferta donde son mayoría las propuestas en negro, inestables, con baja remuneración y alta carga horaria.

“La mayoría de los empleos que se ofrecen a los jóvenes actualmente son precarios y muy poco calificados”, dice Antonella Gebhardt, responsable del área de Juventud de la Fundación Crear, donde actualmente se preparan para conseguir empleo (aprendiendo a hacer un curriculum, a presentarse a una entrevista y otras habilidades relacionadas con la búsqueda de trabajo) alrededor de 40 chicos platenses.

Las últimas cifras de desempleo dadas a conocer la semana pasada por el INDEC reflejan el mayor impacto del desempleo entre los jóvenes. Así, mientras la desocupación alcanza al 9,3% para la población en general, en el caso de quienes tienen hasta 29 años esa cifra se eleva a más del doble:18,9%.

La situación es todavía más difícil para los chicos de sectores vulnerables que se ven obligados a ingresar más temprano y en condiciones menos ventajosas al mercado de trabajo. Ser mujer agrava todavía más el panorama.

El último Informe Sobre Desarrollo Humano del Programa de naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) difundido a principio de este mes ilustra la gravedad de la situación al indicar que la Argentina tiene el desempleo joven más alto de la región.

Según ese estudio, basado en una investigación hecha sobre chicos de entre 15 y 24 años, dos de cada diez jóvenes no tienen trabajo y la tasa de desempleo del grupo que tiene entre 15 y 29 años no para de crecer, en los últimos diez años, con relación a la del grupo que tiene entre 30 y 64 años (el índice incluye a los chicos de 15 años, aunque el trabajo a esa edad está prohibido en la Argentina, donde la edad mínima para trabajar es 16).

Entre sus conclusiones el informe postula que el desfasaje entre la preparación que los chicos reciben en la escuela y lo que pide el mercado laboral es una de las razones que explica el desempleo joven. Pero también habla de una demanda insuficiente y de una economía que no genera puestos de trabajo para que esta franja de edad se inserte.

Describe, además, un mercado laboral rápidamente cambiante, donde algunos de los que fueron históricamente “primeros empleos” desaparecen por las nuevas tecnologías.

El informe también dice que muchos jóvenes ocupados se ven afectados por la precariedad laboral y que son los más propensos a perder el empleo en contextos de crisis.

También habla de un “desempleo oculto”, que es el que deriva de una “desmotivación” que hace que, ante reiteradas frustraciones, los jóvenes dejen de buscar trabajo.

En la Plata

Según los datos manejados por la Fundación Crear, en La Plata hay más de 90.000 jóvenes de entre 18 y 24 años, de los cuales un 15% tiene trabajo y solo el 5% cuenta con un empleo que no sea precario.

“La oferta más común que reciben los jóvenes es de trabajos en negro e inestables: para volantear, como bacheros, como repartidores de casas de comidas o mozos”, explica Antonella Gebhardt, quien destaca que esta situación afecta más a “los que provienen de sectores más vulnerables, como los barrios de la periferia”.

Estos sectores son, precisamente los que se ven obligados a ingresar antes en el mercado laboral y en condiciones más desventajosas

Según el trabajo antes mencionado, mientras la edad promedio en que los jóvenes de clase media ingresan a su primer trabajo se ubica entre los 25 y los 30 años, para los chicos de los sectores más vulnerables el ingreso al mercado laboral se produce mucho antes.

Del testimonio de los propios jóvenes que buscan trabajo se desprende que, mientras esperan un trabajo estable, deben alternar entre empleos precarios y changas temporarias.

Ornella Sampino tiene 19 años y desde que el año pasado terminó el secundario se dedica a buscar trabajo.

“Trabajé en un puesto de flores donde me pagaban 150 pesos por día y eso se puede considerar lo más estable que me ofrecieron. Después recurrí a la animación de fiestas infantiles, donde la paga dependía del personaje que te tocara interpretar. Si hacías de ´robot led´ usando zancos ganabas 350 pesos por día, por eso todos querían hacer de ´robot led´”, dice Antonella.

Tanto para ella como para Sergio - quienes hacen un curso para mejorar sus fortalezas en la búsqueda de trabajo en la Fundación Crear, mientras siguen en la búsqueda de un empleo - uno de los problemas asociados al fracaso en la búsqueda de trabajo es la desmotivación: ”nosotros seguimos y buscamos. Pero hay chicos que se cansan y después de varias experiencias fallidas se frustran.Y dejan de buscar”, dice Ornella.