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Es uno de los mayores símbolos de la lucha por la Independencia y tiene una larga historia de idas y vueltas
El sable corvo del General José de San Martín, que se encuentra desde hace más de cuarenta años en el Regimiento de Granaderos, será trasladado este domingo al Museo Histórico Nacional por un decreto presidencial.
El traslado del sable se realizará al mediodía bajo la custodia del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín” en el marco de un desfile por las fiestas Mayas y como un gesto de reparación histórica, ya que su ubicación actual había sido dispuesta por el dictador Juan Carlos Onganía.
El decreto que ordena su traslado, publicado días atrás en el Boletín Oficial, destaca en sus considerandos “la trascendental importancia histórica (que posee el sable), por haber acompañado al Libertador en toda la guerra de la Independencia de la América del Sud”, y el hecho de que constituye un “testimonio de la firmeza con que sostuviera los derechos de la Patria en esa gesta histórica”
Comprado por San Martín a un anticuario de Londres antes de embarcarse de regreso a América del Sur para iniciar su campaña militar, el sable del Libertador es una pieza de origen árabe que mide 99 centímetros de largo y que se consideraba por entonces muy apropiada para los combates cuerpo a cuerpo.
Expertos en armas de la época aseguran que justamente por este motivo la eligió San Martín, cuya elección habla de algún modo la consciencia que tenía acerca de la aventura que estaba a punto de emprender.
“El sable posee una hoja de acero bien curva, tanto que su bocavaina tiene abierta no sólo la punta sino 15 centímetros de costado para que pueda salir. Su vaina de madera de cedro está enfundada con un cuero especialmente texturado; y tanto la puntera como la bocavaina son de cobre forjadas y cinceladas a mano y bañadas en oro”, precisó el afamado platero Juan Carlos Pallarols, a quien se le encargó una réplica del original.
“Cuando San Martín se retira se lo deja a una familia criolla y después ya en Inglaterra pide que se lo envíen. Antes de morir lo entregará como legado a Juan Manuel de Rosas”, relata Pallarols, quien se reconoce como “un sanmartiniano apasionado” .
En el testamento de San Martín, fechado en París el 23 de enero de 1844, el Libertador expresó su deseo de que el sable le fuera entregado a Juan Manuel de Rosas, como “prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.
Rosas por su parte dispuso en su testamento legar el sable a su amigo, y consuegro Juan Nepomuceno Terrero.
Tras la muerte del Restaurador en 1877 y fallecido también Terrero y su esposa, el sable de San Martín quedó en posesión de Máximo Terrero, hijo mayor del matrimonio y esposo de Manuela Rosas, quien lo donó a la Nación Argentina, manifestando el deseo de que fuera depositado en el Museo Histórico Nacional.
En 1897, el entonces presidente José Evaristo Uriburu dispuso que el sable se depositara en el actual Museo Histórico Nacional, donde permaneció expuesto durante 66 años.
La reliquia iba a ser sustraída de allí en 1963 y luego en 1965 por militantes de la Juventud Peronista que tenían la intención de entregársela a Perón.
Tras ser recuperada, el dictador Juan Carlos Onganía dispuso transferirla al Regimiento de Granaderos a Caballos General San Martín, la unidad militar creada por el Libertador y donde se encuentra hasta hoy.
Si bien representa una reparación democrática, su traslado genera entre los sanmartinianos tanto sensaciones de alegría como de preocupación.
“La verdad es que por un lado nos preocupa un poco el traslado por su seguridad: hace unos años se robaron del Museo Histórico el reloj de Belgrano”, explica Ruth Guarnieri, la presidente de la Asociación San Martiniana de La Plata.
Pero “por otro lado -reconoce Guarnieri- es bueno que un emblema tan valioso de nuestra historia vaya a estar en un lugar donde más gente tenga la posibilidad de verlo. A fin de cuentas esa es la lucha que llevamos adelante desde nuestra asociación: que los argentinos conozcan más nuestra historia y, por sobre todo, la figura del General San Martín”.
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