“Picnic” en horario de oficina: los que almuerzan en las plazas para cortar el día

Desde que empezaron los días lindos, Dominique Galli (26) aprovecha para ir a almorzar a plaza Paso, que le queda a una cuadra de su trabajo. Ahora, sentada en un banco, come la vianda que preparó anoche en su casa mientras escucha a un chico que canta acompañado de una guitarra. Se piensa quedar una hora, que es el tiempo que se puede tomar libre al mediodía.

“Estaba esperando que vengan los días lindos para venir acá. Me sirve para despejar. Además la oficina en la que trabajo es chiquita y me viene bien cambiar de espacio. Siempre que el tiempo me lo permita, vendré a la plaza. Cuando haga más calor, me sentaré bajo la sombra de un árbol”, dice la joven.

Como Dominque, desde que los días empezaron a ponerse más lindos muchos decidieron aprovechar para salir del espacio de trabajo y armarse un picnic al aire libre.

“Sirve para cortar la mañana. Por un rato me olvido del trabajo y me distraigo viendo a la gente pasar”, cuenta Ana Fernández (34) que ahora está sentada en el pasto bajo la sombra de un árbol, con una botellita de agua mineral y una bandeja de plástico con comida que compró en una rotisería vegetariana. “No siempre puedo escaparme de la oficina, pero cuando sí, aprovecho. Después vuelvo con más ganas”, dice.

El nutricionista Norberto Russo afirma que es ideal almorzar afuera del ambiente de trabajo. “Es importante estar tranquilos y relajados. Es un momento importante, en el que se le ‘carga nafta’ al organismo para que siga trabajando. Y tiene que ser bien asimilada. Para ésto es necesario alejarse de lo rutinario y tomarse entre 15 y 20 minutos para masticar los bocados y terminar el plato. Si se come estresado o apurado empiezan los problemas de digestión”, asegura el especialista y recomienda dar una o dos vueltas a la manzana después de comer para empezar con el gasto calórico y para una mejor absorción.

“Si no pueden salir de la oficina es importante que al menos se tomen unos segundos para hacer ejercicios de elongación o que se movilicen después de comer”, señala Russo.

Pablo Moriconi (37) tiene un negocio a metros de la plaza. Cuenta que generalmente almuerza en su local o, a lo sumo, va a un restorán. “Esta mañana miré la plaza y me dieron ganas de estar acá. Necesitaba salir un rato pero tampoco quería encerrarme en otro lugar. Así que me compré comida, agua y acá estoy. Disfrutando del clima y del aire. La verdad es que la estoy pasando muy bien, probablemente vuelva”, dice

¿QuE comer?

Para evitar la modorra después del almuerzo, especialistas recomiendan elegir alimentos livianos, “no demasiado elaborados”. Las ensaladas con cortes de carne sin demasiada grasa resultarían ideal.

“También es importante que se consuman frutas, pero al menos una hora después del almuerzo. Para que el organismo absorba todos sus nutrientes”, dice Russo. La manzana es la que necesita de mayor tiempo para la digestión. El especialista recomienda basar la elección según las frutas de estación.

“Desde que los días empezaron a ponerse más lindos muchos decidieron aprovechar para salir del espacio de trabajo y armarse un picnic al aire libre”

Ximena Barcia, miembro de la comisión directiva del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, señala dos grandes errores que cometen las personas que al mediodía se encuentran en el trabajo: el primero es saltearse el almuerzo con café y galletitas. “Después llegan hambreados a la cena”, explica la nutricionista.

El otro error se encuentra en el extremo opuesto: “Salen a almorzar en grupo y se piden platos súper elaborados. Como al cuerpo le implica más trabajo la digestión, es normal que las personas después de comer se sientan más lentas, somnolientas o pesadas. Y entonces resulta difícil reanudar el ritmo de trabajo”, dice Barcia.

Los nutricionistas aconsejan ingerir a media mañana y a la tarde algún alimento para ir amortiguando el hambre: almendras, nueces, aceitunas, yoghurt con cereales o alguna fruta.