Rolling y comparsas para matizar la realidad

Llegó el carnaval. Y febrero arranca con un súper fin de semana largo que entusiasma a los comerciantes de la Costa -bastante decepcionados por el balance de la temporada- y preocupa a muchos cuentapropistas, pequeños empresarios y profesionales de las ciudades, que dependen del trabajo diario y les cuesta reponerse de los bajones de tanto feriado.

La Plata, en rigor, saldrá empatada o quizá tenga superávit. Porque si muchos aprovecharon para irse, muchos otros llegarán por los Rolling Stones. No es el primer espectáculo de primer nivel internacional que desembarca en La Plata. Ya estuvieron U2 y Coldplay, por mencionar los más importantes. Pero la mítica banda inglesa trae un aura que quizá no sea equiparable a ninguna otra.

El carnaval y los Rolling Stones vienen a ponerle show a una realidad que, por otras partes, luce bastante inquietante. Los aumentos de precios, los anuncios de fuertes ajustes tarifarios, los paros docentes que asoman en el horizonte provincial y la incertidumbre que generan las paritarias contribuyen a crear un clima de cierta preocupación.

La Plata -hay que decirlo- no ha estado en la vidriera nacional sólo por los Rolling Stones. El escándalo del clásico fue, todavía esta semana, tema central en el debate argentino. Hay consenso en que la actitud de los jugadores fue inaceptable y vergonzosa. Los mismos protagonistas, con matices, lo han reconocido. También hay coincidencia -sin embargo- en que se ha querido “cobrarles” todas las vergüenzas del fútbol. Como si resultara cómodo encontrar chivos expiatorios...

Una cosa no quita la otra. Fue una barbaridad. Sin atenuantes. Pero el fútbol argentino está lleno de barbaridades y no todas se sancionan de la misma forma.

Entre vergüenzas conocidas y negociaciones empantanadas, el verano ha traído otra preocupación: el zika y la chikungunya se han incorporado súbitamente al diccionario cotidiano. Son palabras que hasta hace pocos días eran casi desconocidas. Ahora nombran una inquietud que se ha extendido entre todos.

El verano, de a poco, empieza a quedar atrás. El reinicio de las clases (aunque envuelto en dudas) está a la vuelta de la esquina; la Universidad ya se ha puesto en marcha y el final de la feria judicial acelera el ritmo. Con el recambio de gobierno y el reacomodamiento en todos los estamentos del Estado, este verano parece haber estado más acelerado que otros.

Todavía quedan, sin embargo, muchas noches de brisa suave y manga corta. Para disfrutar.