Se infartó cuando encontró una fiesta con 600 chicos en su casa

Un hombre de 52 años falleció de un infarto luego de que tratara de desalojar a cerca de 600 jóvenes que habían sido convocados a través de las redes sociales a una fiesta en su casa ubicada en la ciudad cordobesa de Villa Allende, en otro hecho que vuelve a poner en el centro del debate a las fiestas convocadas a través de Internet, después de que el martes último un joven de 20 años muriera en Moreno y otros 14 resultaran heridos en un festejo convocado mediante las redes que terminó en una batalla campal en las que se usaron armas blancas y de fuego.

Ayer, tanto el gobierno cordobés como el porteño anunciaron nuevos avances para controlar el fenómeno.

Un fenómeno que también en La Plata dejó su saldo trágico en enero último, cuando una joven de 26 años murió ahogada en una fiesta de Fin de Año clandestina organizada en una quinta de Melchor Romero.

Este tipo de festejos plantean grandes desafíos a los controles a la nocturnidad tradicionales, ya que se planean y difunden a través de Internet y sólo se da a conocer el lugar donde se hacen pocas horas antes de que se concreten.

Si bien en algunos casos, las convocatorias son espontáneas, hechas por adolescentes, en muchos otros casos se trata de actividades organizadas por adultos.

Según la Asociación Antidrogas de la República Argentina, el número de fiestas clandestinas se incrementó en la Provincia después de que, a raíz de la trágica fiesta electrónica Time Warp, que dejó el saldo de cinco jóvenes muertos, se incrementaron los controles en la noche porteña. Desde esa entidad se habla de 1.500 fiestas clandestinas que se registrarían, por semana, en la Provincia.

el caso cordobes

El trágico caso registrado en Córdoba ocurrió el último domingo cerca de las 2.30 en la zona alta del barrio Villa Allende Golf, donde la hija del propietario de una casa en ese country, de 14 años, había convocado a la fiesta.

Al evento, que originalmente había sido previsto para 30 personas, acudieron cerca de 600 chicos de entre 13 y 16 años, quienes comenzaron a llegar en forma masiva por la madrugada.

Cuando el dueño de la casa volvió al lugar y quiso evacuar a los chicos e impedir que ingrese más gente, los jóvenes, muchos de ellos alcoholizados, comenzaron a cantar “no nos vamos nada”, y el propietario se descompensó.

El secretario de Seguridad de Villa Allende, Daniel Aguirre, precisó que “había una gran presencia de menores, y por dichos de los chicos se efectuaba un cobro simbólico de una entrada de entre 10 y 20 pesos”.

Aguirre comentó que se constató “una fiesta clandestina”, donde el dueño de casa no pudo controlar la situación a raíz de la gran cantidad de personas que iban llegando.

El hombre se descompuso, cuando llegó una ambulancia estaba desvanecido, y los paramédicos realizaron maniobras de reanimación durante 45 minutos, pero ya había fallecido”, dijo el funcionario.

“Aparentemente la chica le pidió la casa al padre para organizar una fiesta, no era un cumpleaños común, y se había invitado por Facebook a mucha gente”, contó por su parte el intendente de Villa Allende, el ex golfista Eduardo Romero.