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Información General |TEMA DE LA SEMANA - la industria petrolera en el sur

Un pueblo con los sueldos del petróleo

En Añelo la población se multiplica y los precios se disparan

Un pueblo con los sueldos del petróleo

Un pueblo con los sueldos del petróleo

24 de Mayo de 2015 | 02:09

Antes que los latigazos del petróleo lo despertaran de su letargo, Añelo era poco más que un paraje remoto de la Cuenca Neuquina donde ya se había extinguido hasta la noción de lugar y sólo quedaban algunas casas bajas flotando en el tiempo. Era como si su propio nombre lo hubiera sentenciado: Añelo –cuentan- proviene de un vocablo mapuche que significa algo así como lugar o paraje olvidado o ciénaga de la muerte. Hoy ese pueblo situado a 100 km al norte de la capital provincial y que en 1991 contaba con 993 almas, no cabe dentro de sí mismo: la población estable ya supera los 6.000 habitantes fijos y cada mañana llegan otros 5 o 6 mil operarios que trabajan para los yacimientos cercanos. El intendente Darío Díaz calcula que a este ritmo vertiginoso, en diez años el censo listará a unas 30 mil personas y ya anda buscando dónde meterlas.

Lo que la economía petrolera está haciendo con Añelo es un espejo de los cambios repentinos y anárquicos que por estos días rebullen a las comunidades próximas a los yacimientos, al calor de la fiebre de Vaca Muerta. Situada sobre la ruta 7, esta localidad es la puerta de entrada a Loma Campana.

A la que ahora muchos llaman “La capital del shale”, las inversiones llegan a granel: el número de empresas que aterrizaron en su polo industrial ya supera largamente el centenar. Esas firmas trajeron dólares pero eso no necesariamente se traduce en mejor calidad de vida. Los precios se disparan, los servicios básicos saltan por los aires y florecen el delito, el juego, la droga y la prostitución.

Paradójicamente sólo cuenta con servicio de gas natural en la zona céntrica, que tampoco es tan grande; Añelo sólo tiene una decena de calles pavimentadas. Sin planta potabilizadora tampoco hay buen servicio de agua potable y la mayoría no tiene cloacas. Todavía no hay hospital –sólo una sala de atención médica- y en las escuelas falta espacio. Todo está a mitad de camino. Como será que al ser reelecto, el intendente Darío Díaz reconoció a un medio rionegrino: “Los esfuerzos ahora están concentrados en convertir a Añelo en una ciudad”.

Precios por las nubes

“Los precios se fueron por las nubes. Los que trabajan en los pozos cobran muy bien pero los demás apenas sobreviven”, cuenta Gustavo, supervisor de perforación en Loma Campana. Mientras los “salarios shale” se mueven entre los 30 y los 90 mil pesos, todos los días decenas de maestras viajan a dedo para llegar a dar clases a El Chañar o Añelo.

El intendente reconoció a la prensa local que la gente ya no vive en su municipio por el precio extremo de los alquileres. “Las unidades para alquilar las terminan ocupando las empresas. Es algo que le conviene al propietario porque consigue mucho más dinero. Entonces no queda nada para las familias”, dijo. ¿Cuánto sale alquilar en Añelo? Una casa modesta puede llegar a costar 25 o 30 mil pesos por mes, cifra inalcanzable para un trabajador promedio.

Las plazas hoteleras –cuentan- suelen estar cubiertas por ocupantes fijos y lo mismo ocurre en Neuquén, donde no siempre es fácil conseguir habitaciones. Por eso en la capital están construyendo alrededor de 40 torres de departamentos y barrios cerrados tipo country en las afueras.

Las calles de Añelo son un espejismo inmobiliario, donde los carteles de “se vende” apuntalan el sueño de vecinos históricos que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana. Por lotes diminutos piden fortunas que van de los 3 a los 5 millones de pesos, aunque agentes de bienes raíces reconocen que eso es más “una expectativa que una realidad”.

Este pueblo empezó a ser aplastado por una invasión. No paran de llegar petroleros, técnicos, camioneros, vendedores, buscavidas. “Hacen cola para entrar en las petroleras”, cuenta un periodista neuquino. Hasta los policías empezaron a desertar de las comisarías. En 2013 de la seccional de Rincón de los Sauces, una comunidad que tiene más casinos que escuelas, de la noche a la mañana se largaron 25 agentes policiales para cumplir funciones operativas en los pozos. No era fácil rechazar la oferta: a fin de mes, sus billeteras pasaron a estar tres veces más abultadas.

Curiosamente, por la ventana del boom también asoma el desempleo, porque muchas de las personas que llegan a buscar trabajo carecen de formación y eso complica las cosas.

Añelo quiere dejar de ser un campamento improvisado a punto de estallar. Las autoridades han dicho que trabajan en varios planes de viviendas. Están levantando hoteles y las empresas construyen alojamientos para sus empleados, que hasta ahora ocupaban tráileres y contenedores desparramados por el pueblo. Así, a las apuradas, Añelo busca salir por arriba del laberinto urbano en el que se metió.

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