Una aventura platense en las cumbres más altas del mundo

Tres de los desafíos ya quedaron atrás, coronados en todos los casos por el éxito de pisar la cumbre. Fueron el monte Kilimanjaro, en Africa; el Elbrus, en Europa; y el Aconcagua, en nuestro país. Ahora resta encarar más de la mitad del trayecto, con otros tres picos en los que hacer cumbre. El próximo paso será en junio de este año, cuando Pablo Goldengruss y Valentín Bueno busquen hacer pie en la cima del monte Denali (6168 metros), en los Estados Unidos.

Goldengruss es guía de montaña y cuenta que lo que están llevando adelante junto a Bueno es uno de los mayores desafíos actuales del montañismo: las llamadas Siete Cumbres, que contemplan el ascenso a siete de los picos más altos del mundo. Los más altos de cada continente, salvo dos de ellos (el Aconcagua y el Denali), que están en América.

Según destaca Goldengruss, que vivió en La Plata hasta 2001 y desde 2010 se desempeña como guía de montaña y turístico en Mendoza y otras regiones del país, todo nació por una iniciativa que concibieron con Valentín Bueno para cumplir juntos el desafío de las Siete Cumbres siguiendo los pasos de un número creciente de montañistas de tdo el mundo que buscan concretarlo.

“Este desafío, que fue realizado por primera vez por Reinhold Messner fue primero exclusivo para deportistas, pero actualmente está abierto a que lo haga cualquier persona preparada, sobre todo porque en los campamentos base de muchos de estos montes se incrementó la infraestructura y los recursos”, cuenta Goldengruss, que suma 20 ascensos al Aconcagua y años de actividad como guía.

Tanto para los montañistas experimentados como para los aficionados, el objetivo es el mismo: la autosuperación. Y la montaña va planteando cada vez nuevos desafíos, con lo cual la lista de objetivos a alcanzar, para el apasionado por la montaña y la naturaleza, se va renovando.

siete cumbres

Puntualmente, el desafío de las Siete Cumbres, que contempla a los picos más altos de cada continente, exige paciencia: para llevarlo adelante y completarlo se necesita por lo menos entre dos años y medio y tres años.

Esto sucede porque las temporadas en que los distintos montes están abiertos a la escalada son en algunos casos cortas y en otros se superponen, lo que convierte en todo un arte la organización de las travesías.

Los próximos picos que esperan a Goldengruss y a Bueno son el monte Vinson, de 4.897 metros de altura, en la Antártida; el monte Everest (8.848 metros, en Asia) y la Pirámide de Carstsenz, en Oceanía (4.884 metros).

Según cuenta Goldengruss, escalar las cumbres alcanzadas hasta ahora los obligó a enfrentar distintas dificultades, aunque no tanto técnicas, sino relacionadas con el clima.

“Por ejemplo, cuando iniciamos el ascenso a la cumbre del Aconcagua decidimos retrasarlo un poco, ante las bajas temperaturas”, dice el montañista platense.

Goldengruss cuenta que desde sus primeros contactos con la montaña supo que el montañismo se iba a convertir en su pasión.

El montañista, que vivió en La Plata hasta los 21 años y que empezó las carreras de Psicología y Letras antes de convertirse en guía de montaña, cuenta que cursó el secundario en el comercial de Diagonal 80 y que mientras vivió en La Plata practicaba natación en el equipo del club Universitario.

Y dice que, frente a los desafíos que todavía le esperan en algunas de las cumbres más altas del mundo, “el objetivo es la autosuperación. Y es importante saber que se puede”, sostiene, junto a Valentín Bueno, su compañero en el desafío.