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Información General |Los 65 de Charly

Una marca generacional

Emblema del rock nacional, y fuente de inspiración de varias generaciones de artistas, llega hoy a sus bodas de platino convertido en una figura trascendental de la música argentina

Una marca generacional

Una marca generacional

23 de Octubre de 2016 | 01:56

Con el cariño intacto de varias generaciones a la que conmovió con su música, Charly García, fuente de inspiración de artistas de todo tipo, llega hoy a sus 65 años convertido en una figura fundamental del rock nacional argentino.

Genial, irreverente, polémico, lúcido y, en muchos pasajes de su carrera, adelantado a su época, García logró trascender el rock y posicionarse como un símbolo nacional a partir de una rica obra que gráfica como pocas la idiosincrasia nacional, a las que sumó apariciones públicas en las que estableció la versión vernácula de la figura de “rockstar”.

El hombre del bigote bicolor nunca pasó inadvertido, al punto de llamar la atención incluso de quienes no comulgaban con sus posturas artísticas, lo cual muchas veces lo convirtió en un blanco fácil para sus detractores.

Sin embargo, ya sea a la cabeza de populares bandas como Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Seru Giran, o en su brillante etapa solista, no sólo se limitó a ser el mejor publicista de su obra, sino que sostuvo esta actitud con una música de alta calidad.

En este sentido, muchas de sus canciones se han convertido en clásicas bandas de sonido de distintos momentos de la historia reciente, tal como ocurre con “Aprendizaje”, “Canción para mi muerte”, “Películas”, “Peperina”, “No llores por mí, Argentina”, “Los Dinosaurios”, “No bombardeen Buenos Aires”, “No me dejan salir”, “Demoliendo hoteles”, “No voy en tren” y “Filosofía barata y zapatos de goma”, entre tantos otros.

También registró una moderna versión del “Himno Nacional Argentino”, en 1990, que generó acalorados debates pero, con el paso del tiempo, se convirtió en número puesto en muchos actos institucionales.

SUS INICIOS

Nacido en una familia de buen pasar económico en el barrio porteño de Caballito bajo el nombre de Carlos Alberto García Moreno, inició sus estudios musicales a los cuatro años en el Conservatorio Thibaud Piazzini, donde recibió una rigurosa educación artística que le permitió aprender a tocar de manera prematura obras de Bach, Mozart y Chopin, entre otros clásicos.

Dotado de oído absoluto de nacimiento, es decir con capacidad de reconocer notas musicales con solo escucharlas, García no tardó en convertirse en una suerte de animador de las reuniones que se llevaban a cabo en su casa, a las que solían asistir artistas como Mercedes Sosa y Eduardo Falú, a partir de los lazos que su madre tenía con el mundo del espectáculo.

La vida de Charly cambiaría, según sus propias palabras, cuando descubrió la música de Los Beatles, la banda de la que dijo que “había inventado la juventud”, y decidió darle rienda suelta a su reprimido impulso de componer música.

Con Nito Mestre, su compañero de la secundaria Damaso Centeno, formó Sui Generis, inspirado en la música folk proveniente de Estados Unidos, donde desplegó, hasta su separación en 1975, una obra que aún hoy refleja fundamentalmente el mundo adolescente.

La segunda mitad de los ‘70, en pleno auge del rock sinfónico, mostró a un García más cercano al rock progresivo, el cual desplegó de manera magnífica en La Máquina de Hacer Pájaros y, más tarde, en Seru Giran, formación en la que también brillaban David Lebón, Oscar Moro y un joven Pedro Aznar y que fue calificada por la prensa especializada como “los Beatles argentinos”.

Esta etapa se caracterizó además por la capacidad de Charly para contar el oscurantismo al que la dictadura militar había sometido al país, sobre todo a partir de canciones como “No te dejes desanimar” de La Máquina de Hacer Pájaros y “Canción de Alicia en el país”, de Seru Giran.

En “Peperina”, de 1981, el último disco de estudio de Seru Giran, García anticipó lo que vendría en su etapa solista, en donde con trabajos como “Yendo de la cama al living”, pero fundamentalmente con “Clics Modernos”, marcó el ingreso del rock argentino a la modernidad, con influencias de la new wave y el uso de máquinas.

LOS NOVENTA

Los años ‘90 y la primera década del siglo XXI encontraron a García más concentrado en el concepto artístico vanguardista puesto en marcha en “La hija de la lágrima”, de 1994, y en “Say no more”, de 1996. En esos años, muchas de sus conductas resultaron escandalosas para la mayoría de la sociedad, que justificaba ese accionar a un creciente consumo de drogas.

Sin embargo, no se apagó su brillo creativo, que inclusive ha sido valorado en el plano internacional.

A esta altura, Charly García es un ícono nacional y un referente ineludioble de la música argentina.

Hay algo en lo que todos coinciden: Charly es Charly. Y no importa que el tiempo pase.

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