Una mujer policía le salvó la vida a un bebé con instrucciones telefónicas de reanimación

Un padre y una madre desesperados, con su bebé en brazos que no respiraba, llamaron al 911 para pedir una ambulancia. Pero no había tiempo. El niño de 14 días se había ahogado mientras su madre lo amamantaba y había que actuar rápido. Y fue una mujer policía de Río Negro, la cabo Nancy Verónica Melillán, quien desde Viedma comenzó a impartir las primeras instrucciones telefónicas que, en definitiva, permitieron salvar la vida del bebé.

El caso ocurrió en la capital rionegrina, donde tiene su base el programa Río Negro Emergencias y se atienden las llamadas al número telefónico 911 desde cualquier punto de la provincia.

EL LLAMADO DESESPERADO

Era de madrugada cuando Nancy Melillán, cabo de la Policía de Río Negro, atendió el llamado al servicio de emergencias 911 de la fuerza. Del otro lado hablaba un padre desesperado porque su bebé de sólo dos semanas no respiraba. Con gran aplomo, la mujer lo tranquilizó y lo fue guiando en las maniobras de reanimación hasta que la criatura reaccionó.

En la grabación, se escucha al padre angustiado solicitar urgente una ambulancia. “Sí, buenas noches, mirá... tengo a mi hijo que no reacciona, necesito una ambulancia por favor, estaba tomando la teta y no reacciona, no reacciona”.

Melillán le responde calmada con una pregunta sencilla: “¿Tiene pulso el bebé? ¿Respira?” y seguidamente se escucha el diálogo tenso entre la pareja, que concluye con la confirmación angustiosa de que el pequeño no respira.

“Escúcheme, tranquilícese, señor, ya está yendo la ambulancia”, le dijo primero la policía. El padre la interrumpió: “Está morado, está morado, por favor mandámelo”.

Sin perder la calma, Melillán reiteró: “Tranquilícese, escúcheme, mientras tanto póngalo por favor en una superficie plana, ya está yendo la ambulancia”.

¿Boca arriba o boca abajo? -pregunta el hombre en la grabación.

Boca arriba y hágale compresiones en el pecho, usted o su mujer, le indicó la cabo, que detalló que debían realizar la presión en el medio del tórax, a la altura de las tetillas, reiterando 30 veces la operación y luego alternando con dos respiraciones boca a boca mientras le tapaban la nariz.

Durante todo el procedimiento se escucha el diálogo nervioso entre los padres y la guía tranquila de la operadora, que continuaba dándoles indicaciones hasta que el bebe reaccionó y el hombre avisó: “¡Ahí lloró!”.

Melillán le señaló que repitieran la operación si fuera necesario mientras esperaban la llegada de los médicos y sugirió al hombre que “ tranquilice a su mujer que ya está yendo la ambulancia”.

La ambulancia y el personal de emergencias médicas llegaron al hogar de los padres unos diez minutos después del llamado, comprobaron que el pequeño había recuperado sus funciones vitales y lo derivaron al hospital para un control adecuado.