Volver a las pistas: hombres y mujeres que empiezan a salir después de la separación

Separarse y volver a conocer a alguien siempre es un proceso complejo. Muchas veces los nuevos solteros están rodeados de amigos “emparejados” que no acompañan en las salidas. A su vez, algunos padecen las inseguridades de sentirse “desactualizados” o con modos de seducción un tanto oxidados. La tecnología, los grupos de intereses afines y los cursos pueden convertirse en aliados para estos casos.

“Después de unos cuantos años de estar en pareja, resulta difícil eso de volver al ruedo, no sólo por lo que implica el haber terminado una relación, sino también porque amerita un ‘volver a empezar’”, señala la psicóloga María de Jesús Ferrero.

La licenciada, especialista en relaciones de pareja, explica que “transitar nuevamente la soltería implica aprender un lenguaje nuevo, en donde muchas veces los códigos que conocemos parecen haber quedado demodé”.

Para algunos, los más tímidos o quizás con menos tiempo para salir en busca de algún encuentro, las redes sociales se convirtieron en una herramienta útil para conocer personas. Además de resultarles un método práctico, hay quienes consideran que facilita el primer contacto.

“Transitar nuevamente la soltería implica aprender un lenguaje nuevo. Los códigos parecen haber quedado demodé”

En uno de los miércoles de amigas, después de que una de las chicas contara los vericuetos de su reciente maternidad y la otra se quejara de su pareja, Macarena -que tiene 33 años y es médica- anunció su primicia: se bajó Tinder (una red social que vincula a personas) al celular y se abrió una cuenta. Terminó hace un año con su último noviazgo, que le había durado cuatro. Es una persona de costumbres conservadoras. Pero a fuerza de realidad desterró sus prejuicios y se sumó a la red social.

“Trabajo todo el día y no tengo amigas solteras para salir con ellas. Acá hay de todo, seguramente algunos están en la misma que yo. Además es divertido”, explicó. Macarena todavía no se vio con nadie, pero habló con varios. Actualmente chatea con tres, con uno hace dos meses. No está apurada por encontrarse cara a cara. Dice que los textos con gente nueva la distraen y confiesa que a ella lo que en realidad le gustaría es enamorarse.

“Ahora las nuevas configuraciones vinculares son prioritariamente virtuales, por lo que hombres y mujeres parecen tener su primer acercamiento a la soltería desde las distintas redes sociales”, plantea Ferrero. Considera que el punto fuerte de este tipo de herramientas descansa sobre la posibilidad de “mantener una distancia óptima entre las personas cuando todavía no están del todo preparadas para enfrentar el ‘cuerpo a cuerpo’”.

En este sentido, la especialista señala una diferencia en el tiempo que les demanda el duelo según el género. Plantea que mientras a las mujeres generalmente la soledad que sobreviene a la separación las impulsa al “vacío”, a los hombres les nacería un deseo de recuperar un supuesto “tiempo perdido”.

ACTIVIDADES GRUPALES, UNA ESTRATEGIA QUE ABRE PUERTAS

Una de las estrategias que suelen emplear los varones para conocer mujeres consiste en anotarse en deportes grupales, como bicicleta o running. Los esquivos a la actividad física suelen sumarse a coros o tomar cursos acorde a sus intereses.

“Algunos vienen hasta que consiguen a alguien. Una vez que se ponen de novios no los ves más”, se ríe Julián Rifourcat, que forma parte de La Plata Rollea. En este sentido, dice que generalmente las mujeres suelen engancharse más con la actividad, independientemente de si conocen hombres o no.

Los grupos de viajeros también pueden funcionar como punto de encuentro: “La ventaja es que de movida tenés un interés en común con las personas que conocés. Y al compartir momentos y charlas generás un vínculo”, dice Oscar Barreca, miembro de couchsurfing La Plata, que es una comunidad de viajeros.

Aunque no es un lugar pensado específicamente para “el levante”, las condiciones ayudan. Los miembros del grupo comparten una red social, pueden chatear y se reúnen dos veces por mes en bares o plazas. A su vez, los viajeros muchas veces llevan a amigos que no pertenecen a la comunidad a los encuentros.

También continúa vigente la opción más tradicional de conocer a alguien en un bar. Aunque a mayor edad suele resultar más dicil el acercamiento, según cuentan los camareros. Juan Troyano atiende la barra de un pub elegido, en gran medida, por mayores de 30. Cuenta que algunas veces los hombres mandan bebidas a los grupos de mujeres para romper el hielo. Si ellas aceptan, los varones se acercan y comparten mesa. Sin embargo reconoce que no pasa muy seguido. Dice que en general, cada uno termina la noche con su grupo de amigos.

Los días que se ofrecen descuentos para las mesas de mujeres, también fueron pensados -revela Juan- como un gancho para atraer varones al local. “Los hombre saben que va a estar lleno de grupos de amigas”, dice.

Los encuentros para practicar idiomas, que normalmente se desarrollan en bares, también pueden funcionar como excusa que camufla la verdadera intención: conocer “a alguien”. Los participantes llevan un adhesivo con la bandera que identifica a su lengua nativa. Abajo pueden pegar otras, según los idiomas que hablen. Aunque nadie está obligado a conversar, tampoco se ofenderán si un desconocido se acerca con la intención de entablar un dialogo. Esa es la idea de la propuesta.

Sara Constante es “consultora de vínculos” y autora del libro “Siempre afecto. Un camino de búsquedas y encuentros”. Durante 16 años se dedicó a armar citas en La Plata y cenas grupales para que desconocidos -solteros, divorciados o viudos- se conozcan.

Basada en su experiencia, diferencia: “Después de los 50 las mujeres generalmente no quieren una relación formal. Buscan divertirse, viajar y pasarla bien. Los hombres una vez que se jubilan decaen y quieren formar una pareja”. Cree que la gran cantidad de personas solas se explica por “las grandes expectativas” y en este punto considera que las mujeres suelen ser las más exigentes.