Web y dispositivos móviles: 4 de cada 10 adolescentes están las 24 horas conectados

Pueden estar en clase, en el recreo, arriba del micro o en la puerta de su casa. Donde sea que estén, buena parte de ellos -chicos de entre 15 y 17 años- podrán tener su cuerpo en uno u otro lugar pero, dispositivos móviles mediante, los sentidos siempre apuntando al mismo espacio virtual. Y no es una simple impresión: según un informe elaborado por Microsoft y presentado el jueves pasado, cuatro de cada diez chicos de esa franja etaria están conectados a la web las 24 horas del día.

“Estamos en un mundo visual, poblado de pantallas. Antes, en los años 80 y 90, la preocupación pasaba por cuántas horas pasaban los chicos frente al televisor. Hoy la cuestión se trasladó a la computadora y aunque el 50 por ciento de los chicos se siente capaz de manejar el ciberespacio, la otra mitad admite haber sufrido agresiones”. Quien lo dice es Roxana Morduchowicz, coordinadora de la encuesta realizada por Microsoft y especialista en cultura juvenil.

Nueve de cada diez chicos de entre 15 y 17 años tienen celular propio, la mitad tiene tele en su habitación y el 25%, PC

Según su estudio, además -que se basó en encuestas a 650 alumnos de escuelas públicas y privadas entre febrero y abril de este año-, 5 de cada diez chicos están conectados hasta que se van a dormir, y sólo uno de cada diez se conecta menos de 3 horas al día.

Los datos recolectados por la especialista logran cierta sintonía con el informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), según el cual -tomando un espectro más amplio de niños y jóvenes- el 63,5% de los chicos pasa más de dos horas por día frente a una pantalla.

“En la Argentina urbana, el acceso a la pantalla de un televisor es casi pleno; a la de una computadora, alrededor del 60%, y a la de un celular, cerca del 40%”, señala el informe de la UCA, que se realizó entre 2010 y 2012 a niños y adolescentes de 5 a 17 años.

Si bien la cantidad de chicos que pasan conectados a la web todo el día puede ser considerada demasiado alta para algunos, lo cierto es que a los expertos que analizan el tema no les sorprende demasiado. El segmento tomado por la encuesta de Microsoft, de hecho, corresponde a chicos que nacieron con la pantalla. Son nativos digitales, multimedia, visuales como los define la propia Morduchowicz en su libro “Los adolescentes del siglo XXI”. Allí la especialista ofrece algunas estadísticas: nueve de cada diez chicos de entre 15 y 17 años tienen celular propio, la mitad tiene tele en su habitación y el 25%, PC.

Para ella, “los padres pueden ayudar y mucho, sobre todo si toman conciencia de que estar las 24 horas conectados expone a sus hijos a más riesgos, y que es útil conocer desde que son chicos el uso que ellos les dan a las pantallas”.

El tema es analizado por expertos en nuevas tecnologías pero también, claro, por los propios psicólogos que observan una preocupación creciente de parte de muchos padres. Según los testimonios que se repiten en las consultas, cuentan los propios profesionales, los padres hablan de chicos que ya no participan de las charlas familiares, que levantan poco y nada su vista del celular y que hablan en un lenguaje “tecno” que para ellos, los adultos, es cada vez más difícil comprender.

Los especialistas también detallan que, en algunos casos, la tecnología favorece síntomas que ya forman parte de una estructura de base. Es decir: si el chico tiene de base fobia social, estar todo el tiempo conectado es el mejor recurso que pueda encontrar para evadirse.

Claro que la dependencia creciente que aflora en torno al universo virtual no es patrimonio exclusivo de los más chicos: según la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales y Entorno Digital, realizada por la Secretaría de Cultura de la Nación, Facebook y YouTube son los sitios más visitados por los argentinos tengan la edad que tengan. Ese trabajo precisa además que el 65% de los argentinos se conecta a Internet a diario y 60 de cada 100 tienen conexión en su casa. Lo que pone en evidencia la alta penetración de la Web en el mundo adolescente es sin duda lo que sucedió hace dos fines de semana en La Rural, cuando el español Rubius convocó a más de 25 mil chicos en la llamada convención youtuber.

Para los expertos, tantos los que analizan las nuevas tecnologías como las conductas más específicas de los adolescentes, el sentido común es lo que debe predominar a la hora de mantener controles en la navegación de los chicos. Si el pibe teclea el celular mientras come o si se aleja cada vez más de los encuentros familiares o se recluye día tras día en su cuarto, entonces lo mejor es prestar atención porque es probable que se esté ante una conducta adictiva. Lo ideal, se coincide, es que el tiempo destinado a navegar tiene que ser casi el mismo que se vuelca al estudio, el deporte y las salidas del hogar.

beneficios y riesgos

El tema, se asegura, tiene sus riesgos pero también sus beneficios. Para muchos, la agilidad y el conocimiento con que las nuevas generaciones se desenvuelven en el ciberespacio puede traer también efectos favorables, como por ejemplo agudizar la actividad deductiva, estimular la lógica, la agudeza visual y desarrollar incluso una mayor rapidez en los actos reflejos.

Pero claro: los riesgos son muchos mayores. Entre ellos, pueden mencionarse el aislamiento -sí, pese a estar conectados con miles de personas a la vez- y la falta de una actividad física necesaria para fortalecer cualquier crecimiento.

Según la pediatroa Concepción Ruipérez, de hecho, “la adicción a internet hace que los niños desechen otro tipo de actividades, como es la actividad física, lo que más escasea entre la población infantil de la sociedad actual. Hay poca actividad física en los colegios, y menos aún en las casas. Ahora los niños no juegan en los parques y ya no hacen más de dos o tres horas semanales de ejercicio”.

La tendencia al sedentarismo y a la obesidad en la infancia es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los niños adictos a la web. Pueden estar constantemente frente a la pantalla y encontrar en la comida rápida una solución para no dejar de navegar. El riesgo de sufrir enfermedades de corazón como los altos niveles de colesterol o la hipertensión, incluso, es latente en aquellos niños que tienen mayor afición por vivir conectados.

“Se están dando numerosos casos de obesidad infantil y esto produce alteraciones cardiovasculares que, inicialmente, pueden no verse, pero que pueden llegar a provocar infartos de miocardio en la edad adulta joven”, asegura Ruipérez.

Para quienes analizan la influencia de las nuevas tecnologías en los más chicos, otra de las cuestiones fundamentales refiere al valor que le otorga el adolescente a todo aquello que proviene del ciberespacio. “Muchos expresan una alta credibilidad hacia Internet -explica Morduchowicz-, lo que debería ser otra preocupación tanto para los padres como para la escuela, ya que a más credibilidad menos reflexiva es la búsqueda de información”.