Cadencia natural

Folk andariego, pop soleado y cancionero, rock cadencioso y con espíritu libre alimentan las canciones de Martina Florencia Centurión, quien acaba de editar su disco debut, “Libra al sol”.

Acompañada por un “dream team” instrumental que integraron entre otros Omar Gómez -bajo-, Pablo Vignati -batería y percusión-, Gerónimo Acuña -guitarra-, Juan Pablo Castrillo -batería y percusión-, NiemNitai -trompeta-, Federico Aguirre -teclados y acordeón- y Silvana de Matteo -coros-, Centurión registró el álbum en el estudio porteño SoundRec, con Ricardo Sanz como ingeniero, y en la sala local Nakao Graba, con Juan Ponche Abraham en la consola.

Primer lanzamiento del sello GoodartMusic, el disco -que será presentado el próximo miércoles en un teatro local- fue mezclado por el propio Abraham en Nakao y mesterizado por Gustavo Fourcade en Step a Head (capital federal).

El largo camino que llevó a Centurión hasta su debut solista se inició hace dos décadas, entre guitarreadas familiares, bailes folklóricos e imitaciones de “la Sole”.

“Íbamos a la casa de mi tío que vivía en el campo, mis parientes tocaban folklore de manera amateur, uno la guitarra, el otro el bombo, cantaban y también bailaban” recuerda la artista: “incluso mis padres iban a las peñas, había mucho folklore, mucho Zitarrosa. Y con mi prima, hacíamos ‘shows’ para la familia haciendo la mímica de Soledad”.

Entre su casa familiar en Villa Elisa y los campos de Bavio y Dolores, Martina creció en contacto con el medio rural y la naturaleza. En la adolescencia, llegaron a sus manos la guitarra eléctrica, el rock nacional y la espiritualidad del reggae, encarnado en discos de Bob Marley, Negusa Negast y Los Cafres, entre otros.

Después de transitar el under de las diagonales con la banda Doña Maruca, Centurión resolvió dar forma de álbum solista a un conjunto de temas inspirados por “viajes, el amor, la naturaleza, encontrar la belleza en el otro.. Percepciones y sentimientos que atraviesan el espíritu dejando recuerdos que se hacen carne”.

Con el productor Carlos Mancinelli y el cineasta Marcos Rodríguez a bordo de la nave, la empresa terminó de encaminarse hacia su concreción. “Puse en venta una mesa con forma de clavijero de guitarra Telecaster y Carlos, a quién yo no conocía, de pura casualidad la vino a comprar” recuerda la cantautora: “nos pusimos a charlar, conectamos, y me contó que grababa discos, que estaba buscando compositores, escuchó mis temas y me propuso entrar a estudio. Así empezó todo”.