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Justicia en Primera |como un detective privado

El trabajo de espionaje que hizo el papá de Vanesa Rial para salvar a su hija

La fiscal del caso contó los detalles de la minuciosa labor de investigación que realizó el padre de la víctima en la causa contra Martínez Poch. "Vigilaba la zona y se vestía diferente para no ser descubierto" reveló Florencia Budiño

25 de Agosto de 2016 | 05:06

La dra. Florencia Budiño, fiscal de la causa que se le sigue al DJ platense Jorge Martínez Poch por los abusos que cometió contra la abogada Vanesa Rial hace casi tres años y por corromper a sus hijas cuando eran menores, estuvo presente en JUSTICIA EN PRIMERA PERSONA, el programa en el que los funcionarios judiciales hablan sobre sus decisiones fuera de sus escritorios.

Además de hablar sobre el importante rol que tuvo el padre de Vanesa Rial para lograr el rescate de su hija, explicó en qué aspectos de la causa se basó la fiscalía para pedir una pena de 40 años de prisión para el acusado.  Sobre Eduardo Rial sostuvo que “fue una persona muy importante en la tarea que se realizó en lo judicial y que siempre aportó y acompañó durante todo el juicio”.

En diálogo con el dr. Enrique Russo, Budiño señaló que "el juicio transitó sobre la reconstrucción de dos episodios históricos que se produjeron en dos diferentes momentos. En el primero de los hechos se ventiló la cuestión relativa a las hijas, abusos que se habrían cometido desde el 2001 hasta el 2009, hasta que las menores que ya se habían convertido en adolescentes se fueron a vivir con la abuela".

EL PADRE QUE SE CONVIRTIÓ EN INVESTIGADOR PRIVADO

Destacó que lo segundo fue tratar en profundidad el maltrato que sufrió Vanesa Rial en el año 2013, después de que el propio padre de la abogada torturada, casi como un investigador privado, constatara y denunciara que su hija, con quien había perdido contacto desde hacía un mes y medio, se encontraba en el departamento de Martínez Poch.

Sobre este aspecto la fiscal hizo hincapié en que fue el papa de Rial el que se encargó de desarrollar una investigación sobre el paradero de su hija, recorriendo las inmediaciones de la vivienda de Martínez y estableciendo un régimen de vigilancia a fin de poder denunciar el hecho con pruebas contundentes y de este modo evitar una falsa alarma.

Como si se tratara de una película de detectives, la propia fiscal detalló que incluso el padre llegó a estacionar su auto lejos y hasta llegó a vestirse de manera diferente para mantener su rol de incógnito y de este modo evitar que sus tareas de investigación fracasaran.

Explicó que fue la denuncia del padre de Rial lo que desencadenó más tarde el aluvión de acusaciones de parte de varias de las víctimas de Martínez Poch, entre ellas las hijas, que se animaron a contar la macabra experiencia que tuvieron con su captor una vez que se enteraron por los medios que el sonidista había sido encarcelado de manera preventiva.

COMO EN EL "SECRETO DE SUS OJOS", UN GESTO REVELÓ UN GRAN DATO

Casi sobre el final de la entrevista, Budiño habló de un detalle que según su mirada personal fue muy particular debido a que todas las víctimas que declararon en contra de Martínez Poch hicieron referencia a este punto. Del mismo modo que en la película "El Secreto de sus ojos" la mirada del acusado toma un papel protagónico en el caso, la boca de Martínez Poch parece haber dado una pista sobre su comportamiento.

"Todas la mujeres afirmaron que antes de que se desencadenara un hecho de violencia el imputado hacía un peculiar gesto con la boca que evidenciaba su malestar" dijo Budiño que dio a entender que esta mueca fue una especie de prueba de que el hombre podía manejar sus impulsos ya que a pesar de haber hecho el gesto en pleno juicio, tras molestarse por una situación, se contuvo y no agredió nadie.

¿POR QUÉ SE PIDIÓ CUARENTA AÑOS DE PRISIÓN?

Al referirse al pedido de 40 años de prisión que elevó la fiscalía ante el tribunal, Budiño fue tajante al asegurar que cada uno de los cuatro delitos que cometió tiene entre cinco o seis agravantes y que esta cantidad de acusaciones podrían darle origen a una condena muy superior a los 40 años.

Añadió que pese a la posibilidad que existía de pedir una pena mayor, se respetó la manda de la ley que pone tope a las condenas y que se tuvo en cuenta la edad del imputado a la hora de establecer el monto punitivo. "40 años es la pena justa teniendo en cuenta que es una persona mayor de 50" apuntó.

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