Detrás de la Fiesta del Tomate, un esfuerzo diario con sello familiar

En 2005, la facultad de Ciencias Agronómicas y Forestales le facilitó las primeras semillas y así se sumó Aníbal Tonello al grupo de “rescatistas” del Tomate Platense. La apuesta a un cultivo que por entonces era desconocido para muchos y un “delicioso” recuerdo para algunos, “rindió sus frutos” en el balance del horticultor de Etcheverry que en estas horas se prepara para la 12ª fiesta, que reunirá mañana a productores y consumidores del tradicional alimento en la Estación Experimental de la unidad académica de la UNLP, en 66 y 167.

Tonello tiene 45 años y en la propiedad familiar de la avenida 44 y 252 resuelve toda la actividad: ahí, en una media hectárea donde también tiene su casa, produce y vende el tomate y el resto de las hortalizas que cultiva.

La actividad la heredó de su padre, José Tonello, un inmigrante italiano que, en rigor, dedicó su vida a la agricultura pero nunca plantó tomate. “Acá el `tomatero´ soy yo - aclara y se ríe -. Es un cultivo difícil, no es como el zapallo, que prácticamente se tiran las semillas y listo. No, en este caso hay que seguir el proceso bien de cerca y con muchos cuidados, pero es un buen desafío”, confía.

LA HISTORIA DEL TOMATE

Un grupo de docentes y alumnos de Agronomía se propuso en los finales de la década del 90 relanzar el Tomate Platense, una semilla que había sido desarrollada en los años 30 en el cinturón hortícola regional y que por distintas circunstancias, después de un largo tiempo de esplendor, había desaparecido del mercado.

El equipo académico comenzó a investigar y supo, a partir de testimonios de antiguos horticultores, que en unas pocas quintas de la Región había quienes cultivaban, para consumo propio, algunas plantas de Tomate Platense.

Hacia esos domicilios fueron los profesionales de la Universidad Nacional de La Plata y lograron rescatar así una cantidad suficiente de semillas que le alcanzó a un puñado de productores para sembrar la primera generación del relanzamiento. De ese modo, el mercado local recuperó un fruto característico; que llega a los hogares de la Región de manera por lo general directa, sin casi intermediación; con su forma propia, alejada de la estética perfeccionista de sus pares industrializados; y con un sabor tan particular que lo identifica.

LA HISTORIA DE LA FIESTA

La Fiesta del Tomate Platense también cuenta su historia. Arrancó en el verano de 2005, una vez que el producto logró continuidad y pudo afianzarse. Desde entonces, todos los años, más o menos para la época en que la cosecha está en su apogeo, la estación experimental “Julio Hirschhorn” recibe miles de consumidores que se acercan no sólo al producto y sus platos derivados sino también a la cultura que lo rodea. Y es que además de la venta de alimentos se ofrecen una muestra viva, es decir, una cosecha de la que pueden participar los visitantes; un almacén de campo; entretenimientos para los más chicos de la familia; y un cierre musical que esta vez estará a cargo del grupo de cumbia “Cachitas now”.

Además, en esta oportunidad participará del evento una decena de otras facultades de la UNLP que mostrarán sus producciones y experiencias a la comunidad.

Esta fiesta comenzó, como se dijo, en 2005 porque un año antes, en la Estación de Gorina, se había realizado, como relanzamiento del cultivo regional, una degustación popular cuya convocatoria superó las expectativas del Grupo de Tomate Platense.