El cambio climático afectó a los jacarandás

La hilera de jacarandás que puebla la diagonal 73 se ve raleada, deslucida, sin el característico violeta furioso de sus flores. El fenómeno, inusual para esta época, se repite en otros ejemplares de 20 y 54, 17 y 55 y 18 y 47 y preocupa a quienes disfrutan de uno de los árboles más característicos de la Ciudad. Sin embargo, expertos forestales señalan que esas plantas no están afectadas por ninguna plaga y que el “desmejoramiento” obedece al cambio climático.

Es que acostumbrados a ver muchas ramblas con una cúpula forestal azul violeta, los observadores se sorprendieron con ramos de flores escuálidos y pétalo amarillentos.

El ingeniero forestal Gabriel Rosas adjudica el aspecto otoñal de los jacarandás a la alternancia climática que se registró desde que comenzó la primavera. “Hubo días de calor y entradas de aire frío, incluso heladas tardías; eso puede haber afectado el desarrollo de los brotes más tiernos”, apuntó.

En ese contexto, Rosas señaló que hay que tener en cuenta que son árboles de climas subtropicales, por lo que están respondiendo a las diferentes manifestaciones del cambio climático de la manera esperada.

El ingeniero sostuvo que en un par de semanas, ya en diciembre, los jacarandás estarán en esplendor. “No se advierte una infestación de alguna plaga en particular, lo que no quiere decir que no la haya en casos puntuales y deba ser tratada”, concluyó el especialista.

Como se recordará, en otras oportunidades debieron montarse operativos comunales para salvar lapachos y jacarandás; en 2012 cuadrillas de la Municipalidad hicieron un tratamiento fitosanitario en 150 árboles de esas especies ubicados en distintos puntos del casco urbano.

Se limpió y fumigó lapachos y jacarandás para preservarlos de la acción de plagas como la cochinilla.

Existen unas 6 mil especies de cochinillas que atacan cualquier órgano vegetal insertándole su “trompa”, semejante a un estilete, para succionar los fluidos. Al cabo del tiempo esas ramas se secan.