El oculto tesoro sonoro que guarda la Catedral

Más allá del valor arquitectónico de la Catedral platense, el templo mayor de la Ciudad cuenta con un oculto tesoro que se puede escuchar, pero casi nunca ver: se trata del campanario ubicado en la Torre de María. Aunque en el imaginario colectivo cada vez que se escucha el tañido de las campanas se piensa en alguien agitando el badajo, el carillón conformado por 25 piezas funciona como un sofisticado instrumento que es ejecutado desde un tablero ubicado en el sector del Rosetón (ventana calada, con adornos).

En el corazón geográfico de la Ciudad, el melodioso sonido de las campanas se destaca entre los ruidos propios del tránsito y de la gente; se escuchan todos los días desde las 10 con intervalo de dos horas entre cada ejecución y hasta las 20. El carillón (conjunto de campanas grandes) de la Catedral permite producir melodías con un amplio repertorio, que abarca desde cantos gregorianos, cantos religiosos en latín, obras de Bach, Haendel, Beethoven hasta canciones patrias como el Himno o Aurora. Sin embargo, dentro de la lista de temas también se encuentra el “Cumpleaños feliz” y Yesterday de Los Beatles.

Si bien las melodías están programadas, hay oportunidades como el 13 de marzo de 2013, día en el que se conoció que el Papa Francisco era el nuevo Pontífice de la Iglesia en el que a modo festivo, de manera manual, y a través del teclado, fueron ejecutadas 25 campanadas para expresar la alegría de aquel momento único para el mundo y para la Argentina.

“La campana más antigua está fechada en 1901 y tiene inscripto el nombre de Juana Arana de Rocha, fue dedicada a la madre del fundador de la Ciudad; el primer campanario se encontraba sobre 15 y 51”, contó Esteban Casas, arquitecto y miembro de la Fundación Catedral, la asociación encargada de preservar, mantener y completar el edificio.

Esas campanas permanecieron en su posición original hasta que la Fundación Catedral decidió bajarlas y exhibirlas en el Museo Eclesiástico, junto a diferentes piezas que pertenecieron a la primera capilla que tuvo el Templo.

Según contó el profesional, acceder al sector del campanario en la Torre de María no es una tarea sencilla. Quienes se encargan periódicamente de los trabajos de mantenimiento lo hacen a través de una angosta escalera y sujetos mediante arnés de seguridad.

ASCENSOR ACUSTICO

“Hay un proyecto para instalar un ascensor acústico que facilitaría el acceso hasta el centro del carillón, las campanas están dispuestas en círculo; o sea se utilizaría el ascensor actual hasta el piso del Rosetón, de ahí se pasaría a la Torre de María y se tomaría el otro elevador”, señaló Casas acerca del proyecto que ingresó hace unos años en el Ministerio de Infraestructura de la Provincia.

Ese paseo también permitiría conocer el tablero y teclado que accionan a las campanas y están en el sector del Rosetón; allí, mediante diferentes códigos, se programan las melodías y su duración.

“La gestión más relevante que emprendió la Fundación Catedral fue su completamiento en 1999, no solo por el significado social de esta monumental obra, sino también porque el edificio inconcluso no representaba el pensamiento cabal que habían tenido los fundadores”, apuntó Miriam Moralejo Ibáñez de Salabarren, presidenta de la entidad.

El carillón de la Catedral de La Plata consta de veinticinco campanas que pesan casi 20 toneladas. Antes de su instalación en la Torre de María, hacia la Avenida 51, a 75 metros de altura, fueron bendecidas por el Arzobispo Monseñor Carlos Galán.

Cada campana, afinada en una determinada nota de la escala musical, permite al carillón funcionar como un instrumento en sí mismo.

El sonido se logra mediante el golpe de veinticinco electropercutores de percusión rápida activados por un sistema eléctrico; están instalados cada uno en un soporte especial en el interior de cada campana en sustitución del badajo. Pueden ejecutarse 80 melodías que se activan a través de un comando central, o por una computadora.

Las campanas están dedicadas a distintos dignatarios vinculados con la Arquidiócesis de la Plata. La más grande de las campanas está dedicada al Papa Juan Pablo II, tiene una altura de 172 cm. y pesa 3.400 kilos; la más pequeña mide 41 cms y pesa 45 kilos. También hay una dedicada a Monseñor Héctor Aguer y dos, a importantes instituciones educativas de la Ciudad.

En diciembre de 1999 fueron exhibidas al público y más de 15 mil personas visitaron la muestra durante los tres días previos a la inauguración del carillón instalado en la Torre de María.