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La Ciudad |JAQUEADO POR USURPACIONES, VUELCOS DE BASURA Y EXPLOTACIONES CLANDESTINAS

El Parque Pereyra soporta cada vez más amenazas y se unen para ponerles freno

Hay nuevas zonas ocupadas y los fines de semana se forma una feria. Organismos y ecologistas buscan frenar la degradación

29 de Mayo de 2016 | 02:43

Mosaico de usos, paisajes y problemas, administrado a la vez desde diferentes órbitas institucionales, desmembrado, parcialmente entregado y recuperado una y otra vez a lo largo de casi siete décadas, el parque Pereyra Iraola navega en aguas turbulentas. Vuelcos de basura, explotaciones forestales y emprendimientos comerciales clandestinos, quinteros que avanzan y construyen más allá de las tierras destinadas a agricultura, usurpaciones y un “mercado persa” que crece descontroladamente, amenazan con acelerar la progresiva implosión del espacio verde más relevante del Gran Buenos Aires.

Semanas atrás, la Fiscalía de Estado bonaerense llamó a conformar un grupo de trabajo con el objetivo de “abordar las diversas problemáticas que afectan al Parque”. La convocatoria, por iniciativa del propio Fiscal, Hernán Gómez, puso en torno de la misma mesa a representantes del Foro Parque Pereyra -las ONGs Vecinos en Defensa de Villa Elisa y Vecinos Parque Pereyra Iraola-, Icomos, la Defensoría del Pueblo de la Provincia, la Municipalidad de La Plata, la dirección de Reservas Naturales provincial, y las dos reparticiones que tienen injerencia en los destinos del Pereyra: la cartera de Agroindustria y el Organismo Para el Desarrollo Sostenible (OPDS).

Residuos de toda clase -baterías de autos, plásticos, bolsas domiciliarias, patogénicos- se amontonan en los claros que forma la tala clandestina de árboles añosos

“La situación del Parque es delicada y compleja”, advierten desde el Foro Parque Pereyra, un nucleamiento que incluye a varias ONGs ambientalistas y vecinales de la Región: “está fragmentado tanto desde lo institucional como territorialmente, porque por convenio una parte corresponde a Agroindustria y otra al OPDS; es sometido a fuertes tironeos y presiones. De todos modos, es positivo que por primera vez se haya logrado reunir a todas las autoridades con competencia en la materia en torno a la misma mesa”.

“Es cierto que hay cuestiones por resolver, pero creemos que se van a definir en el corto plazo” admite Gastón Oregioni, director del Parque desde hace más de un lustro: “la convocatoria del Fiscal de Estado es un paso clave. Estamos en el proceso de ver cómo queda el Parque en materia de competencias y jurisdicciones”.

“Nuestra misión es velar por la integridad del paseo y eso hacemos” subraya el funcionario: “se frenó la intrusión de las ocho hectáreas que quedan del triángulo de Davidson, y los quinteros, que ocupan unas 700 hectáreas de las 1.200 originalmente previstas para la actividad, están en proceso de regularización para evitar emprendimientos no permitidos y usurpaciones”.

HASTA UN CRIADERO

Una de esas usurpaciones, sobre la que se criaban con fines comerciales vacas, cerdos -alimentados con basura que descargaba regularmente un camión de residuos-, ovejas y pollos, fue desactivada días atrás por un operativo realizado por la subsecretaría de Calidad Agroalimentaria de la cartera de Agroindustria bonaerense; otras se dan en escala “hormiga”, cuando se expanden sin autorización las superficies cultivadas.

Se trató de un botón de muestra del estado actual de un territorio de más de 10.200 hectáreas distribuidas entre los distritos de Berazategui -en su amplia mayoría-, Florencio Varela, Ensenada y La Plata. Entre ellas, poco más de un millar están cedidas a agricultores, 950 son de uso público y el resto se reparte entre unas 5.900 de bañados ribereños y decenas de cesiones temporarias o definitivas a organismos e instituciones de todo tipo. Unas 2.200 corresponden a la antigua estancia Santa Rosa, y otras 2 mil, a la estancia San Juan.

En los papeles, las doscientas familias de quinteros presentes explotan “unidades productivas” flori-frutihortícolas de seis hectáreas, a cambio del pago de un canon. Sin embargo, se ha denunciado la existencia de aserraderos y desarmaderos de autos. “La carencia de datos respecto del número de familias que habitan y producen genera dudas y temores” subrayan en el Foro del Parque: “se presentan simultáneamente situaciones en la que todo está en regla y otras en que el concesionario ha abandonado su explotación, sólo usa el lugar como vivienda o ha cambiado su destino”.

“Para avanzar con la reconversión del sector productivo hacia la agricultura orgánica, algo que ya se está experimentando en la zona de Hudson” señala Pérez Cattáneo, “es necesario contar con datos precisos y actualizados de los horticultores, un terreno en el que hay mucha atomización; las 200 familias que trabajan en el Parque están nucleadas en cinco asociaciones diferentes”.

Concretamente, el Foro puso sobre la mesa de trabajo de Fiscalía cinco propuestas: entre ellas, la redacción y aprobación de una “ley marco” que proteja al parque “de manera integral, evitando la superposición de funciones y responsabilidades”, creando un Ente Administrador de la Reserva de Biosfera; la reconversión ecológica del sector productivo, “hoy en estado de abandono absoluto”; y la erradicación de ferias ilegales “que comercializan todo tipo de productos, desde indumentaria a autopartes y especies protegidas”.

Asimismo, se instó a combatir las “continuas usurpaciones, como la que se intentó en el Triángulo de Davidson y la que existe en edificios patrimoniales como el arco de ingreso por Gutiérrez” y los basurales a cielo abierto: “se arroja todo tipo de residuos, especialmente domiciliarios, cerca de las rutas 2 y 36 y el camino que une Villa Elisa con Boca Cerrada por la Selva Marginal”.

Habitualmente confinados a la cara sur del Pereyra, flanqueando cortadas que se internan en la espesura desde la Ruta 2, entre la rotonda de Alpargatas y la ex automotriz Safrar-Peugeot, los vertederos de desperdicios ya llegaron al camino Centenario entre Alpargatas y el arco de Villa Elisa; en el monte profundo, mientras tanto, residuos de toda clase -baterías de autos, plásticos, bolsas domiciliarias, patogénicos- se amontonan en los claros que forma la tala clandestina de árboles añosos, entre vestigios de antiguos caminos, canales, diques y compuertas, puentes y un rico patrimonio arquitectónico.

CREACION Y DESMEMBRAMIENTO

Expropiadas a las familias Pereyra y Davidson entre enero y marzo de 1949 por el gobierno de Juan Perón, las tierras que conforman el Parque Provincial Pereyra Iraola fueron bautizadas inicialmente por el líder justicialista como “Parque de los Derechos de la Ancianidad” y “Parque Presidente Perón”.

La historia de desmembramientos y deforestación de los bosques implantados por los Pereyra se inició en 1954, seis años después de su expropiación y la creación del parque, cuando se arrendaron a particulares 1.200 hectáreas para establecer explotaciones florihortícolas. Pero se aceleró en los años ‘60 y ‘70 del siglo pasado, con un “festival” de concesiones y préstamos sin cargo que involucró 6.500 hectáreas y actores tan disímiles como la Dirección General de Escuelas provincial, el Ejército, la Armada, colegios privados y mutuales, Gas del Estado, Ceamse, la Universidad de La Plata y la Comisión de Investigaciones Científicas.

En 1999, la Armada devolvió a la Provincia las tierras de que habían sido afectadas veinte años antes al Centro de Incorporación y Formación de Conscriptos de la Infantería de Marina (CIFIM), “el infierno verde” en la jerga de muchos de los que por allí pasaron. Las 1.546 hectáreas recuperadas fueron bienvenidas, pero muchas ya habían sido sometidas a un daño irreparable: la conformación de enormes cavas para retirar tierra destinada a la construcción de la Autopista.

Apenas un año después, Ceamse decidió licitar sus 2.700 hectáreas -cedidas por el Estado bonaerense como aportes de capital en 1977, cuando se formó el ente, y originalmente destinadas a rellenos sanitarios que no se concretaron- para el desarrollo de loteos y barrios privados. La operación inmobiliaria proyectada por el organismo generó la reacción inmediata de la Fiscalía de Estado provincial, legisladores y decenas de instituciones, y fue descartada. A fines de 2007, esas tierras que se salvaron de la basura y el cemento fueron declaradas por la Unesco reserva natural.

También fueron recuperadas para el dominio público las 400 hectáreas cedidas en la década del ‘80 a la papelera Massuh, en el extremo del parque que linda con la ruta 2 y la localidad de Centro Agrícola El Pato; la quiebra de la empresa dejó paso a la restitución de las tierras que habían sido forestadas con eucaliptos utilizados para la fabricación de pasta de celulosa.

Hace algunos años, 16 de las 24 hectáreas del “triángulo de Davidson” -situado entre la fábrica de motos Honda, la colectora de la Autovía 2 y la zona urbana de Ingeniero Allan- fueron ocupadas por el asentamiento “El Caracolito”; el resto ya “sobrevivió” a sendos intentos de usurpación: primero se quiso montar un parador de camiones, y en febrero pasado un centro privado de antenas para telefonía.

Así las cosas, el mapa actual del parque sigue incluyendo a las escuelas policiales Juan Vucetich y Dantas, que por sí solas ocupan más de 500 hectáreas; centros de investigación de la UNLP y el Conicet -Observatorio Argentino-Alemán de Geodesia, Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR)-; la planta transmisora de Radio Provincia; la Estación de Cría de Animales Silvestres (ECAS); la Estación Biológica de Aves Silvestres (EBAS); y la Estación Forestal y Vivero “Carlos Darwin”.

Además, se hallan la Escuela de Educación Secundaria Agraria Nº1; la Escuela Primaria Nº19 “Francisco Pascasio Moreno”; el Jardín de Infantes Nº936; el Instituto María Teresa; la escuela Nº 11 “Nuestra Señora de Itatí”; la Administración y la central de guardaparques; y viviendas de ocupación permanente en la zona de unidades productivas -granjas-; sólo 947 hectáreas están abiertas al uso público.

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