Emplazan a Absa por una obra para terminar con el agua salada

Tras el reclamo de los vecinos de Gonnet por el exceso de sal en el agua de la zona de la República de los Niños, ayer se llegó a un principio de acuerdo entre los usuarios afectados, la empresa Aguas Bonaerenses y la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires para culminar con las obras el próximo mes y encontrar una solución a la alta presencia de cloruro de sodio en la red de agua corriente.

Aguas Bonaerenses se comprometió ayer, por medio de un acta acuerdo, a terminar a mediados de diciembre con las obras que viene ejecutando para reducir el porcentaje de sal en el agua.

En los próximos días, la Defensoría, a través de su área de Servicios Públicos, coordinará una reunión con los vecinos en el barrio afectado, donde representantes de la empresa responderán a las inquietudes de todos los damnificados en la zona de 18,19, 495, 498 y alrededores.

La presencia de excesivos niveles de sales de sodio en la red de agua potable en Gonnet motivó la intervención del Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires (OCABA), que tomó muestras del líquido que consumen los vecinos de esa zona del norte de la Ciudad a fin de analizarla y evaluar si cumple con los niveles de calidad establecidos por las normativas.

También trascendió que los resultados de esas muestras podrían estar en los próximos días.

Los vecinos de la zona de la República de los Niños caracterizaron el agua que sale de sus canillas como “intomable” y agregaron que “desde el verano de 2014 está cada vez más salada” y que “comenzaron a manifestarse problemas de salud entre los hipertensos”.

El temor de estar consumiendo algo que, además de tener gusto desagradable, puede ocasionar problemas de salud, llevó a muchos frentistas a tomar muestras de agua de sus domicilios y llevarlas a analizar al instituto Biológico.

Los resultados de esos estudios corroboraron que el agua corriente contenía el triple de sal que lo considerado adecuado para el consumo humano.

La Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires tomó intervención ante los reclamos presentados por los vecinos de Gonnet, quienes además iniciaron una campaña pública de carteles preventivos.

En tal sentido, fuentes de la Defensoría informaron que se abrió un expediente y desde el organismo ya se pusieron en contacto con frentistas de la zona afectada para interiorizarse sobre esta situación y coordinar una reunión para la semana entrante.

En tanto, en ABSA, tal como se había manifestado dos años y medio atrás, apuestan al avance del Plan Estratégico de Agua y Saneamiento (PEAS), como solución definitiva. Ese programa prevé la construcción de una nueva planta potabilizadora para depurar las aguas del Río de La Plata, y la ejecución de obras complementarias como un cierre de mallas y macromallas vinculadas con la ampliación de la histórica planta “Donato Gerardi”, en Punta Lara.

Si bien no se adelantaron plazos, se afirmó que “son inversiones que permitirán revertir la situación actual y llevar agua superficial a los habitantes comprendidos en la franja que va desde la Autopista hacia La Plata pero también hacia Ensenada. Mientras tanto, se ejecutan nuevas perforaciones -con las correspondientes cañerías de impulsión- cerca del camino General Belgrano y en la zona de 505 entre Centenario y 16.

MONITOREOS

Los portavoces aseguraron que “existen monitoreos y análisis permanentes en todas las perforaciones que se encuentran en las áreas en las que el frente salino pudiera haberse desplazado hacia el interior del ejido urbano”.

El agua que se consume en los hogares platenses proviene en proporciones similares del Río de la Plata y el acuífero subterráneo Puelche, mezclándose en las cañerías.

Este último, sobreexplotado, viene bajando su nivel y perdiendo presión; la consecuencia inmediata es que las napas inferiores (reservas de agua formadas bajo tierra por la infiltración natural de lluvia) buscan ocupar su lugar. Y también lo hace, desde el Atlántico, una masa de agua de origen marítimo que es conocida como “frente salino”.

Cuando el Puelche, que es una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo, se retrae como consecuencia del consumo excesivo, deja lugar para que avancen los acuíferos inferiores, salados, y el agua que se infiltra desde el océano.