La autopista Perón empieza a tomar forma y Villa Elisa está otra vez en pie de guerra

La integridad del Parque Pereyra, amenazada por el proyecto de “autopista de vinculación” del Conurbano, vuelve a pender de un hilo. En las últimas semanas, el proyecto de la autopista Presidente Perón, que conectará el Oeste del Gran Buenos Aires con nuestra Ciudad -y que despierta el rechazo de sectores ambientalistas y productores de Villa Elisa en el caso de que un tramo de la traza llegue a pasar por el mayor pulmón forestal de la Región-, ya empezó a avanzar con señales concretas.

Por estos días el proyecto toma forma a la altura del partido de La Matanza, donde con un avance que ronda el 50% se desarrolla la primera de las cuatro etapas que comprende la construcción de lo que constituirá el tercer anillo de circunvalación del área metropolitana.

Ante esta novedad, los vecinos de la localidad del norte platense se declararon en estado de alerta y movilización. Adelantaron, además, que van a dar batalla en caso de que la nueva traza atraviese por una zona donde hoy predomina el verde y que, consideran, cambiaría drástica y definitivamente de concretarse la obra.

La polémica autopista, más conocida como la extensión del Camino del Buen Ayre, cruzará quince partidos bonaerenses (ver gráfico); pese a que comenzó a construirse en 2012, cuando se vieron máquinas realizando los primeros movimientos de suelo, todavía no se ha inaugurado ningún tramo.

Si bien fuentes oficiales afirman que tres de las cuatro etapas ya están marcha y, según trascendió, se prevé terminar la obra para 2019, antes de llegar hasta La Plata la autopista deberá sortear un complejo obstáculo a la altura de Villa Elisa, donde distintas asambleas vecinales se resisten, hace años, a que la traza cruce por esa localidad y tome parte del Parque Pereyra.

Sin demasiadas novedades en el proyecto, el último año marcó una suerte de compás de espera en el enmarañado proceso judicial que enfrentó a los asambleístas de Villa Elisa con el ejecutivo provincial por la traza elegida para la autopista. Pero ahora, ante la confirmación de que el ambicioso proyecto retomó su marcha, en el norte platense se volvieron a encender las luces de alarma. “Estamos en estado de alerta permanente y en contacto entre todos los vecinos, porque nuestra postura es la misma que en 2010. No vamos a permitir que la autopista pase a través del Parque y tampoco por la calle 403”, remarcó Virginia Pérez Cattaneo, integrante de la Asamblea No a la Autopista en el Parque ni en Villa Elisa.

obra cuestionada

Según la información oficial, la autopista “comprende la extensión el Camino del Buen Ayre a lo largo de 73 kilómetros y, una vez finalizado, configurará un corredor de vinculación transversal para el Conurbano ya que atravesará los municipios de San Isidro, San Martín, Tres de Febrero, Hurlingham, Ituzaingó, Merlo, La Matanza, Ezeiza, San Vicente, Presidente Perón, Florencio Varela, Berazategui, La Plata, Ensenada y Berisso”.

“Además -se señaló- la nueva autopista conectará el Acceso Oeste con la Autovía 2, atravesando la Autopista Riccheri, y permitirá acceder tanto a la ciudad de La Plata como a las autopistas Panamericana y Ezeiza-Cañuelas”.

La obra, que tendrá dos carriles por mano y requiere una inversión de 7.384 millones de pesos, se hará en cuatro etapas. Según el proyecto original, el tramo final de ingre so a la Región –conocido como Tramo IV- proyecta su recorrido sobre el parque Pereyra Iraola, aunque años atrás se barajó también la posibilidad de hacerlo por la calle 403 de Villa Elisa.

Ya en 2010, descontentos con el trazado propuesto, vecinos de la Región realizaron una presentación ante la Justicia, que finalmente dispuso una medida cautelar ordenando la suspensión de las obras en ese tramo de la Autopista. Al día de hoy, la causa acumula múltiples instancias en el marco de una compleja trama.

“En 2010 lo que hicimos fue un amparo colectivo para que la autopista no atravesara el Parque ni la calle 403. El amparo todavía está vigente y a pesar de que pasaron tantos años, el juez federal de Quilmes, Luis Armella, todavía no resolvió sobre la cuestión de fondo. El planteo básicamente tiene que ver con el impacto ambiental que provocaría en toda esa zona el paso de la autopista”, subrayó Pérez Cattaneo, titular a su vez de la ong Vecinos en Defensa de Villa Elisa (VE.DE.VE).

Si bien en septiembre de 2013 la Corte Suprema de Justicia dio a conocer una resolución de la que se aferró Vialidad Nacional para continuar con las obras de la autopista, los asambleístas remarcan que en ese dictamen el máximo tribunal “no resolvió sobre la cuestión de fondo del planteo” y enfatizaron, en tal sentido, que el amparo “sigue vigente”.

“Por eso no pudieron empezar con la etapa IV”, que es la que iría de la ruta provincial 53 a la autopista La Plata, atravesando, justamente, el pulmón verde regional.

alternativas

Así, tras varias idas y venidas, en las últimas horas trascendió un posible trazado que puso otra vez en guardia a los asambleístas: “Es peor de los que creíamos, porque si es así, es el original, o sea, el que cruza el Parque en diagonal. Ni siquiera es la alternativa por la calle 403. Nos llama mucho la atención y ya nos estamos poniendo en contacto con las nuevas autoridades de Vialidad Nacional para saber por qué optaron por esta alternativa”, señaló Pérez Cattaneo.

En rigor los vecinos autoconvocados no se oponen a la llegada de la autopista sino al recorrido elegido para este tramo. Por ese motivo, recordaron, en los últimos años han propuesto caminos alternativos, en zonas con menor daño ecológico y social.

Se han evaluado, por caso, además de los dos trayectos mencionados (el que utiliza el límite entre La Plata y Berazategui, en el interior del Parque Pereyra Iraola; y el que usa la traza de la calle 403) al menos otras dos variantes: una que desvía por ruta 2 hasta la rotonda de Alpargatas para retomar la Autopista La Plata-Buenos Aires, y otra opción que ingresa al puerto La Plata por la calle 90, a través de la ruta 36.

Los asambleístas dijeron que “salvo la audiencia pública que tuvimos en 2010, casi no nos han consultado. El diálogo fue muy difícil con la anterior gestión; con esta todavía no hubo mayores contactos”.

estudio en el olvido

El principal cuestionamiento de los vecinos es que -según entienden- la obra provocaría un “gigantesco e irreparable daño ambiental” a toda la región.

Por ello, para evaluar si existían o no razones de peso para sostener esa postura, en los primeros días de marzo de 2011 se firmó un convenio por el cual la Universidad Nacional de La Plata iba a encarar un análisis de “factibilidad técnica, económica y ambiental” acerca de diferentes recorridos propuestos para el tramo local de la “autopista de vinculación”. Para enero de 2013 el documento ya se había convertido en letra muerta: la facultad de Ingeniería (encargada del informe) presentó planes de trabajo y presupuestos que fueron objetados parcial o totalmente por Vialidad, y el impulso inicial se fue debilitando hasta desaparecer.

Por su parte, la empresa adjudicataria de la etapa IV presentó un estudio ambiental, aunque fue formalmente objetado por los asambleístas en el litigio judicial. “Un estudio hecho por la constructora a nosotros no nos merece ningún respeto porque tiene intereses en el proyecto, por lo que lo impugnamos”, agregó la asambleísta.

En cuanto a los propietarios de los terrenos por donde irá la obra, se estima que deberán dejar las parcelas, que serán expropiadas. A fines de 2013 ya habían notificado a algunos vecinos de El Pato que debían presentar documentación para negociar las condiciones de la operación.

La batalla de los vecinos de Villa Elisa no fue solo judicial. También protagonizaron movilizaciones y panfleteadas de las que participaban desde adolescentes y hombres de campo hasta profesionales urbanos que instaban a luchar por la “supervivencia” del Pereyra.