La Iglesia se moviliza por los suicidios de adolescentes en Villa Elvira

La historia de cuatro adolescentes que se suicidaron en Villa Elvira en el lapso de cuarenta semanas -retratada entre el lunes y el martes pasados a través de una investigación periodística de EL DIA que tuvo repercusión en medios internacionales- moviliza ahora a la iglesia católica platense.

El próximo domingo, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, celebrará a las 9.30, en el Oratorio Don Bosco, calle 89 entre 12 y 13, una misa por todos los jóvenes que se suicidaron en la zona, “una de las más castigadas por la trágica inundación del 2 de abril de 2013, la pobreza extrema y la marginación”, resaltaron desde el Arzobispado.

Aguer invitó a la feligresía a concurrir a la celebración y acompañar con sus oraciones y cercanía a las religiosas que ofician en la zona, así como a familiares y vecinos de los jóvenes fallecidos. Anunció, igualmente, que a la brevedad llegarán a la zona dos programas de trabajo apostólico, que, resaltan, “están dando buenos frutos en la periferia platense”. Se trata de “Manos a la Obra”, y “Proyecto Magis”; ambos protagonizados por jóvenes.

Por su parte, la Madre Harissa, religiosa que integra la comunidad del Oratorio Don Bosco, recordó que “el domingo 23 de agosto de 2015, cuando estábamos en misa, escuchamos el grito desgarrador de una madre, frente a su hijo ahorcado fuera de su casa. Ese joven, de 19 años, Gustavo, desde su infancia venía al Apoyo Escolar de nuestro convento, todas las semanas. En su adolescencia cayó en la droga; y regularmente se juntaba con otros muchachos en la esquina del convento”.

Agregó que “al tiempo, sus amigos le hicieron una ermita en la esquina del convento, y se empezaron a juntar allí casi todas las noches. Al cabo de un mes, escuchamos que uno de los jóvenes de ese grupo se había suicidado; y así, sucesivamente, hasta principios de este 2016, nos enteramos que hubo varios intentos de suicidio, y cinco muertes”.

Frente a la creciente gravedad de la situación, reveló la religiosa, que en mayo de este año comenzaron con una intensa actividad de contención y oración en la zona -a la que pronto se sumaron algunas mamás y jóvenes- para ponerle freno a los suicidios juveniles en el barrio.