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La Ciudad |un traslado necesario para el mega plan de obras hidraulicas

La mudanza de las familias que viven a la vera de El Gato se terminaría en 7 meses

Más de 180 ya fueron relocalizadas, de un total de 400. En 1 y 514 toma forma un complejo habitacional

25 de Septiembre de 2016 | 01:54

La mudanza de las familias que habitan a orillas del arroyo El Gato, a su paso por Ringuelet, culminaría a fines del primer cuatrimestre de 2017. Así lo estimaron en el gobierno bonaerense, que se propone dar nuevo impulso a un proceso esencial para el avance del ensanchamiento del curso de agua, previsto para evitar inundaciones.

Actualmente, las obras del mega-plan hidráulico diseñado después de la tragedia del 2 de abril de 2013 se desarrollan en una de las bajadas del Distribuidor, donde el camino Belgrano cruza el “nuevo” Gato, ampliado a treinta metros de anchura. La inminente conclusión de esos trabajos dará vía libre a nuevas etapas, que se desarrollarán entre las vías del ferrocarril Roca y el camino Parque Centenario; pero antes es imprescindible dar un nuevo destino a quienes viven en las márgenes, a centímetros de las aguas negras y pestilentes del arroyo.

“Más de 180 familias ya fueron relocalizadas, y esperamos que para abril próximo todas cuenten con sus nuevos hogares”, destaca Evert Van Tooren, titular del Instituto de la Vivienda de la Provincia: “además, apuntamos a que las etapas correspondientes de la obra hidráulica en marcha también estén avanzadas o terminadas”.

Se delimitaron lotes de unos 200 metros cuadrados, para erigir casas de diferentes características y distribución, con dos o más dormitorios.

“Entre la avenida 7 y el Centenario hay un tramo del arroyo que por su dinámica y su configuración no es sencillo de censar”, advierte el funcionario: “pero estamos atendiendo las necesidades de todos e incluso las familias más reacias o conflictivas se dan cuenta, tarde o temprano, de que están a punto de dar un paso adelante en materia de calidad de vida”.

Hace dos años, los primeros relevamientos a la vera del arroyo El Gato, que en la localidad de Ringuelet corre junto a la calle 514, enmarcado por asentamientos y también no pocas casas de material bien consolidadas, revelaron que para poder ensanchar el cauce a 40 metros allí donde hoy promedia los quince a veinte -entre las vías del ferrocarril Roca y el Centenario- había que desalojar a unas 400 familias.

Esto incluye a “la isla”, una lengua de tierra de un centenar de metros que culmina en 9 y 515, donde el arroyo Pérez se encuentra con el Gato tras salir de su entubamiento, entre basura y casillas de chapa, lona y madera.

El plan de construcción de casas para esas dos mil personas se puso en marcha a fines de 2014, y el predio elegido, con la idea de atenuar el desarraigo, fue uno cercano: el de 1 y 514, en las inmediaciones del Mercado Regional La Plata.

Allí se delimitaron lotes de unos 200 metros cuadrados, para erigir casas de diferentes características y distribución, con dos o más dormitorios según lo requiera cada familia.

“Incluso las casas transitorias, que son prefabricadas que se asignan temporariamente mientras se completan las definitivas, para no detener las obras hidráulicas, cumplen con todos los requerimientos de un hogar más que digno” aclara Van Tooren: “y el barrio en el que se radican es una urbanización integral con todos los servicios: luz, agua, gas y pavimento”.

El funcionario señala que “en los próximos veinte días se reubicarán cien familias más; para fines de octubre estará listas para habitar 45 viviendas definitivas, y para diciembre se terminarán otras sesenta. Más allá de los incumplimientos de alguna empresa, que ya se resolvieron, el balance es positivo”.

Van Tooren afirma que “estamos poniendo mucho énfasis en estas obras de reconversión total del arroyo, que acompañadas por la urbanización para mejorar la calidad de vida de muchas personas que vivían de manera precaria creemos que será un orgullo platense”.

Advertencia de inundados

En las asambleas de inundados que desde hace tres años libran una tenaz, incansable y en ocasiones solitaria batalla para librar al conjunto de los platenses de una nueva catástrofe, celebran el optimismo y los anuncios oficiales pero advierten que “existen dificultades a resolver” y que “no será sencillo que se cumplan los plazos que prometen”.

“El tramo comprendido entre calle 9 y el camino Centenario es complejo; hay que reubicar gente de ambas márgenes, y está la papelera que tiene puente propio y cuya superficie se verá afectada significativamente por las obras” pone de relieve Alejandro Alba, uno de los asambleístas de la zona norte del partido: “si bien del lado Este del arroyo las casas son precarias, sobre 514 hay edificaciones consolidadas; es un tramo troncal que ya debería estar terminado, y parece improbable que llegue en condiciones a diciembre de 2017, tal como se pautó en su momento”.

A inicios del mes pasado, representantes de los nucleamientos de damnificados por las inundaciones de 2013 hicieron notar que los informes recientes de la cartera de Infraestructura no difirieron sustancialmente de los últimos de la gestión anterior. Además, reclamaron la implementación y difusión de un plan de contingencia ante la eventualidad de lluvias torrenciales.

“Un informe del CONICET calculó que el 87 por ciento de la Ciudad está aún en peligro de inundarse”, señala Alba: “a más de 40 meses del 2 de abril de 2013, y a pesar de las 89 muertes, seguimos sin un plan de respuesta rápida y eficaz ante posibles problemas”.

Días atrás, la Justicia bonaerense ordenó la relocalización de familias que viven a la vera de zonas inundables y ordenó sanear los arroyos Maldonado y Del Gato. Lo dispuso la Cámara en lo Contencioso Administrativo de La Plata, por mayoría integrada por los jueces Gustavo Spacarotel y Claudia Milanta, al confirmar la decisión del juez local Luis Arias que requirió al gobierno bonaerense y las municipalidades de La Plata y Berisso que brinden soluciones habitacionales en un plazo de tres meses a unas 700 familias que viven a la vera de arroyos inundables de la Región.

Según se fundamentó, entre otros aspectos, la razonabilidad de lo estipulado está dada porque ya han transcurrido más de tres años desde la inundación de abril de 2013, y porque el Instituto de la Vivienda estableció a mediados de 2014 un plazo de 16 meses- para la reubicación definitiva de 120 familias que se encontraban a la vera del arroyo El Gato.

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