La odisea de conducir taxis y remises en La Plata

Conducir en la Ciudad se ha transformado en una odisea. Es prácticamente un videojuego pero la pantalla es la vida real. Los taxistas y remiseros pasan entre ocho y doce horas en la calle y padecen lo que ellos llaman un “infierno”.

Bocinazos, aceleradas, encierros, “toquecitos” e insultos, todos son “moneda corriente” en las calles de La Plata. La hora pico de entrada y salida de los colegios aseguran calles completamente atoradas, y las oficinas estatales y privadas convocan tal cantidad de gente que encontrar estacionamiento es casi una tarea épica.

Taxistas y remiseros son protagonistas directos de la vorágine que significa estar al menos un tercio de cada día en el pavimento. “Un infierno, ¿qué más te puedo decir?”, opinó Roberto Gómez, encogiéndose de hombros con resignación. Taxista hace más de 15 años, Gómez trabaja regularmente en la zona céntrica. “De noche”, aclaró, “porque de día me canse”.

El relato del trabajador pinta un cuadro complicado de las calles de La Plata durante el día. Miles de autos se intercalan entre los colectivos de todas las líneas interurbanas y entre los espacios que quedan entre los vehículos, motos y bicicletas circulan zigzagueando temerariamente.

“Te crispa los nervios, tenés que estar todo el tiempo en alerta porque nunca sabes donde se te cruza alguien delante en una maniobra repentina”, explicó el taxista, que afirma que los peatones son un elemento más a tener en cuenta al momento de sentarse detrás del volante.

“NADIE RESPETA”

Osvaldo García, remisero en una agencia en la zona de la terminal de colectivos, dijo que “nadie respeta nada”, bicis, motos, autos y colectivos, “todos en la misma bolsa”.

Vecino del barrio Cementerio, García dice que nada más llegar al trabajo a la mañana temprano “es un problema”, atravesando la Ciudad de lado a lado en la hora pico de las 7.30 a 8, donde cientos de autos hacen doble fila frente a los colegios y una gran cantidad de gente se dirige a su trabajo.

“Los autos te pasan por cualquier lado, sin poner luces y tenés que ir siempre cuidándote de alguno que vaya muy acelerado”, contó el remisero, y se quejó de que “nadie controla nada”.

“Hay muchos autos y demasiada gente. La proporción se destruyó para el espacio que hay en la Ciudad”, comentó Eduardo Romero, otro taxista. Para este conductor, los “encierros” a causa de maniobras imprevistas y sin señalización son comunes, y más de una vez por día tiene que pegar un “volantazo” para evitar una colisión.

Entre los problemas a los que diariamente se enfrentan, más de un taxista coincidió en señalar que los conductores que pasan las luces en amarillo o en rojo ponen en peligro a peatones, ciclistas y automotores por igual, ya que normalmente, quien se lanza a cruzar la calle en los últimos momentos de luz amarilla, o directamente en rojo, lo hace a grandes velocidades, incrementando las posibilidades de un accidente involucrando peatones u otros vehículos.

El problema es aún mayor de noche, cuando las calles vacías invitan a los conductores más irresponsables a confiarse y no aminorar en cada esquina, incluso ignorando los semáforos en aquellas zonas donde “no pasa nunca nadie”.

Los malos conductores, aclaran los taxistas, no están limitados ni por género, edad o profesión. “Es verdad que los colectivos te tiran el coche encima, pero también se lanzan como si nada las motos, y es un mito que las mujeres son las que no saben estacionar”, dijo Sebastián Torres, detrás del volante de su auto.

Según estadísticas aportada por Control Urbano, tan solo en el mes de agosto, se realizaron 819 multas por falta de seguro, 656 por carencia de licencia de conducir y 379 por mal estacionamiento.

Gustavo Luzardo, secretario de Control Urbano, dijo que, los principales problemas de tránsito en la Ciudad son los “inescrupulosos” en moto, que “se cruzan mal y paran en cualquier lado”, y los problemas de estacionamiento causado por los conductores que se detienen en doble fila o no respetan las rampas para discapacitados, entre otros.

Un remisero que dialogó con este diario dijo que “si bien no hay estadísticas, los casos de estrés agudo deben estar al tope de las causas por los faltazos de choferes de taxis y remses”.