Piombo renunció a la Universidad en medio del escándalo por el fallo

El juez Horacio Piombo presentó ayer su renuncia a los cargos de profesor titular de las cátedras Derecho Internacional Público y Derecho Internacional Privado que ejercía en la facultad de Derecho de La Plata (ver texto completo de la dimisión en pág. 13).

Así le puso punto final a una carrera docente de 44 años. Pero lo hizo en circunstancias tan conflictivas como singulares. La renuncia llegó a la casa de estudios minutos después de que su consejo directivo comenzara a tratar -ayer por la tarde- un pedido de juicio académico al magistrado. La solicitud fue a raíz del fallo que dictó junto a su par del Tribunal de Casación Penal bonaerense, Benjamín Sal Llargués, reduciendo la pena al violador de un niño, bajo el argumento de que la víctima tenía “una tendencia homosexual” y que ya había sufrido abusos en su entorno familiar.

clima tenso

Desde temprano, las autoridades de la facultad decidieron realizar la sesión en el amplio Salón de los Espejos del edificio de calle 48, teniendo en cuenta que los militantes estudiantiles habían adelantado su presencia en la reunión. El lugar fue dividido con vallas y un cordón de integrantes de la Guardia Edilicia de la Universidad. De un lado, los integrantes de Franja Morada y de la izquierda -liderada por la Fulp-; del otro, una larga mesa que a las 17, hora pautada para el inicio de la sesión, esperaba por los 16 integrantes del consejo.

Ingresaron a las 17,20, y 5 minutos más tarde, el decano Vicente Santos Atela dio por iniciada la sesión extraordinaria.

Pronto se comprobó que el encuentro sería muy difícil de llevar adelante. Cuando Atela le dio la palabra al consejero estudiantil de Franja Morada, Franco Mella -vale aclarar que toda la bancada de ese claustro está integrada por estudiantes de la agrupación radical-, la intervención se vio interrumpida varias veces, y el consejero tuvo que terminar su discurso literalmente a los gritos.

Es que ni bien pronunciaba una frase surgían cánticos desde la barra estudiantil de izquierda, los cuales recibían la respuesta de la de Franja Morada. En ese tenso clima, no fueron pocos los consejeros de otros claustros que vaticinaron que la sesión no podría desarrollarse en forma íntegra.

Con mucha dificultad, Mella alcanzó a pedir el inicio del juicio académico a Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués y su suspensión como docentes mientras se sustanciara ese proceso.

Mencionó que el “escandaloso” fallo de los magistrados encuadraba en la letra de la ordenanza 260 de la UNLP que regula el juicio académico, cuando se refiere a “casos en que se ve afectada la ética universitaria”.

También opinó que el dictamen era un disparador para plantearse una “profunda revisión del sistema judicial” vigente.

Luego habló, a pedido del consejero radical y tras la aceptación del cuerpo, el presidente de la Fulp, Darío Estevez.

“Triunfo de la movilizacion”

“Que hoy estemos tratando el juicio académico a Piombo y su suspensión como docente es un claro triunfo de la movilización estudiantil, con asambleas, tomas y marchas”, comenzó, pero acto seguido dejó en claro la posición de la federación y, de algún modo, la delgada línea que dividía a las barras: “Este no es un caso aislado, sino un reflejo de la Universidad que tenemos, con varios profesores cómplices de la dictadura y la violación de los derechos humanos. Estamos dando apenas un primer paso, para lograr que ninguno de ellos esté en un aula de la universidad pública”, expresó.

Luego, también a pedido de la bancada de consejeros estudiantiles, habló la vicepresidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans.

“Usar la orientación sexual como atenuante de la pena de un violador va contra las declaraciones internacionales de Derechos Humanos y del Niño que en nuestro país tienen rango constitucional. Estamos profundamente consternados y consternadas y pedimos el juicio político a estos jueces, así como acompañamos el pedido de juicio académico, porque no están a la altura de los cargos docentes en esta altísima casa”, indicó.

Luego, Atela aclaró que Sal Llargués dejó de ser docente de la facultad, donde dictaba la materia Derecho Penal I, en agosto del 2014, cuando presentó su renuncia.

En cuanto a Horacio Piombo, detalló que era profesor titular ordinario de la cátedra I de Derecho Internacional Público y de la cátedra II de Derecho Internacional Privado.

Para continuar con la sesión, Atela volvió a darle la palabra al estudiante Mella, quien quería responder a un estudiante “independiente” que había acusado a Franja Morada de pedir el juicio académico por “la presión mediática”.

llego la renuncia

Pero poco pudo decir. Entre el griterío, vino la gran sorpresa de la jornada. Vicente Atela volvió a tomar el micrófono y anunció que acababan de informarle que el profesor Horacio Piombo había presentado “la renuncia indeclinable” a las dos cátedras que presidía.

Acto seguido llamó a votar por aceptar o rechazar la renuncia, y los 16 consejeros levantaron las manos. La izquierda no se fue conforme. Esperaba una declaración del consejo directivo sobre la actuación del juez. Pero ya todo había terminado.