Se extiende el debate sobre la evaluación en las escuelas

La evaluación Aprender 2016, que finalizó ayer con la segunda parte de la prueba a los alumnos del último año de secundario, más allá de las protestas disparó un debate con aristas más que interesantes, pues opinaron desde autoridades del gobierno hasta gremios de docentes universitarios, ex ministros y ex viceministros del área y especialistas.

El titular de la cartera educativa, Esteban Bullrich, opinó que “todavía estamos lejos del objetivo de generar una cultura evaluativa sin miedos ni prejuicios ideológicos. El operativo no es para medir el trabajo de los docentes, sino el de los ministros de Educación de todo el país, conmigo a la cabeza. La meta no es sacar una radiografía y nada más, sino evaluar los resultados y hacerle una devolución personalizada a cada escuela para permitirles mejorar el trabajo que están haciendo”, aseguró.

El antecesor de Bullrich, Alberto Sileoni, consideró que con la evaluación Aprender “se está preparando un diagnóstico del horror para abrir las puertas a ajustes en el sistema educativo”, y acusó a su sucesor de haber estado 8 años al frente de la cartera educativa porteña y dejar a “11 mil chicos sin vacantes”.

“Esto es casi de manual, yo le doy un diagnóstico médico de terror y, en algún sentido, habilito a que le amputen un brazo porque usted está en estado terminal. Y es mentira, el sistema de educación argentino está de pie, es el más igualitario de América”, aseveró.

Por su parte, el ex secretario de Educación de la Nación (1999-2001) y referente de ese área en el Frente Renovador, Gustavo Iaies, afirmó que la llave del operativo “será la devolución de los resultados”, a la vez que marcó la necesidad de que “además de una prueba estandarizada las escuelas hagan su propia evaluación”.

“Las pruebas estandarizadas (como el múltiple choice) son básicas para definir equidad, es como un parámetro de referencia para medir cuál es el nivel educativo; acá lo que se intenta ver es cómo está cada escuela”, explicó.

La ex ministra de Educación Susana Decibe (1996-1999) opinó que lo más importante de la evaluación “es ver qué se hace con esa información, cómo se traduce en políticas”. Decibe se mostró a favor de este tipo de evaluaciones.

“meros aplicadores”

La pedagoga y ex directora general de Educación bonaerense, Adriana Puiggrós, consideró que “la educación pública se abrió como mercado”, al hacer referencia al Aprender 2016. “Los resultados de este operativo los va a analizar la empresa Pearson, que es una de las más importantes compañías internacionales que vende evaluación”, apuntó.

Afirmó que “esta evaluación permite (al gobierno) tener un ranking de escuelas y alumnos. Lo vamos a ver en los diarios”, anticipó.

En tanto, no sólo los gremios que representan a los docentes de primaria y secundaria se hicieron oír. Desde la Federación de Docentes Universitarios (Conadu) expresaron su rechazo a “la implementación de esta herramienta por múltiples razones”.

Y enumeraron: “Al tratarse de pruebas de respuesta cerrada se consolida la idea de que aprender es poder mostrar resultados, y no se retoma la dimensión procesual de la enseñanza ni del aprendizaje; reproduce la cuestionable consigna de que la calidad de un sistema educativo público se reduce al manejo, por parte de los estudiantes, de un conjunto de saberes disciplinares, ocultando de este modo la ambigüedad del propio concepto de “calidad educativa”, así como sus posibles usos políticos posteriores; reintroduce el modelo, hegemónico durante los ‘90, de que los docentes son meros “aplicadores” de instrumentos elaborados fuera de las aulas por técnicos y/o especialistas”, remataron.