Sin cerco policial, cada vez hay más ocupantes en las tierras de Romero

Terrenos prácticamente deshabitados durante 15 años, los lotes situados en las calles 526 y 161 de Melchor Romero experimentaron, en apenas cinco días, un cambio vertiginoso. En menos de una semana, el predio fue ocupado por más de medio centenar de familias que levantaron precarias construcciones con chapas y maderas, y en las últimas horas hasta extendieron un tendido clandestino para proveerse de energía eléctrica, con evidentes intenciones de instalarse definitivamente en las tierras en conflicto.

De esa forma, la usurpación del descampado de unos cien metros de frente sobre la avenida 161 y unos 250 metros de fondo hacia 164, crece a pesar de la resistencia de los vecinos históricamente establecidos, quienes ponen el grito en el cielo ante el sorpresivo arribo de los ocupantes.

Sin custodia ni protección policial a la vista, el asentamiento se consolida con el paso de los días. El sábado pasado un grupo de una decena de familias arribó al lugar. Algunos iban de a pie, otros en bicicleta, autos y camionetas, y muchos con sus pertenencias al hombro. Con el paso de las horas, el número de ocupantes se multiplicó de forma tal, que ya supera las 60 familias, según estimaron los lugareños.

Quienes residen hace tiempo en la zona contaron que apenas dos días después del inicio de la toma, la totalidad del terreno ya se encontraba “loteado con estacas y cordones”, en una medida pergeñada por quienes decidieron usurpar el campo de casi 25 mil metros cuadrados.

El alerta se encendió el sábado pasado, cuando los vecinos advirtieron una densa columna de humo que brotaba entre los pastizales del descampado. Los ocupantes habían quemado los pastos para nivelar el terreno. Luego, los primeros usurpadores cruzaron la zanja y avanzaron por las tierras, que inmediatamente comenzaron a subdividir. Hoy, en muchas de esas construcciones y carpas cuentan con energía eléctrica, a través de un tendido clandestino.

ANGUSTIA ENTRE LOS VECINOS

Mientras el asentamiento de 526 y 161 sigue sumando ocupantes, la angustia y el temor crece entre los frentistas de ese barrio, quienes, en diálogo con EL DIA admiten que la situación les “preocupa seriamente”. “Nos molesta que se actúe con impunidad”, sostuvo Sergio Mosconi, a escasas cuadras de las tierras en disputa, y cuestionó el papel de la Policía que, pese a las reiteradas denuncias de los vecinos, “no actuó a tiempo”.

Mosconi dijo además que muchas de las personas que actualmente levantan sus viviendas sobre el terreno usurpado, “son gente de la zona, caras conocidas”, pero advirtió que muchos también están viniendo de afuera, lo que les provoca “mucha impotencia”. Por eso, insistió, el temor de los vecinos es que “se corra la voz” y se genere una situación similar a la ocupación de las tierras de 520 y 214, en Abasto.

Otro frentista, Estaba Ortega, dijo que a raíz de esta situación optó por irse de la zona, donde, remarcó, “hay demasiada inseguridad”.

UN PROCESO COMPLEJO

Mónica Cabello, quien se identificó como cuidadora de los terrenos, había explicado a este medio que quienes inicialmente “ocuparon los lotes de 526 y 161 son los mismos que resultaron favorecidos con los terrenos de 163 a 166 y de 526 a 528”, en el marco de un proceso de expropiación. Sin embargo, subrayó, ese beneficio que tenía una condición: “no avanzar sobre el predio” en el que el fin de semana pusieron las carpas.

La mujer también se quejó porque, a pesar de las denuncias, la Policía no actuó a tiempo e insistió en que “a nadie le dije que se podían meter, a nadie le di permiso. No tengo la posibilidad legal de hacerlo, como así tampoco la convicción de hacerlo. Miente quien dijo que yo les permití acceder a esos lotes”.