Subastarán 4 mil motos secuestradas

Como si de una improbable concesionaria gigantesca se tratase, los galpones de Control Urbano cobijan desde hace años una colección de motos secuestradas de todos los colores, tamaños y modelos. Pero esa postal de “superpoblación” podría empezar a cambiar en el corto plazo: la Comuna adelantó que el mes próximo comenzarían los remates al mejor postor.

Son más de cuatro mil los rodados que se amuchan en la manzana comprendida entre 20, 21, 49 y 50,  bajo los antiguos tinglados que pertenecieran a la administración central y los talleres de la compañía de tranvías La Nacional. Llegan allí tras ser retenidos por los inspectores municipales en las calles de la Ciudad, cuando sus conductores cometen infracciones graves.

En las oficinas de la dependencia municipal admiten que el lugar está colmado. Gustavo Luzardo, su titular, señal que “estamos a pleno con las motos, porque a partir de que se intensificaron la cobertura territorial y la frecuencia de los operativos que realizamos en conjunto con la Policía, se dispararon los secuestros”.

“Contar con nuevo equipamiento y personal capacitado nos permitió una mejor fiscalización, por ejemplo, en los principales accesos a la Ciudad”, precisó el funcionario.

Quienes circulan sin tener todos los papeles en regla suelen dejar sus motos en esos puntos de control. “Abundan las motos con documentación  incompleta, por lo que no pueden ser devueltas a sus propietarios” advierte Luzardo.

En cambio, no se secuestran los rodados cuando quienes los manejan carecen de chaleco y casco con la patente impresa, obligación impuesta por la Provincia en 2014 en el marco de la “emergencia en seguridad”. La municipalidad de La Plata no refrendó esa iniciativa del Ejecutivo bonaerense.

En septiembre del año pasado, el Concejo Deliberante local sancionó, tras introducirle algunas modificaciones, un proyecto del oficialismo que autoriza a la Comuna a vender las motos secuestradas cuyos propietarios hayan dejado pasar más de seis meses sin reclamarlas.

En ese momento, a partir de un reclamo puntual de dos bloques opositores, se dictaminó que las subastas sean presentadas on-line, por Internet, para evitar que se inmiscuyan “ligas” o grupos organizados que puedan desvirtuar la transparencia de esos actos.