Trabajo silencioso de arqueólogos en la Ciudad

Entre desafíos y hallazgos cotidianos. Así llevan a cabo su trabajo los arqueólogos platenses que excavan a la vuelta de cualquier esquina de la Ciudad, siempre con el objetivo -afirman- de recuperar y preservar el patrimonio cultural platense, prefundacional y fundacional.

Desafíos como el de buscar la forma de saber más sobre un ‘iceberg’ de enorme valor y del que sólo se ha hallado la punta. “Esas piedras rojas son la base de construcciones que pertenecieron a la estancia Iraola, sobre la cual se creó La Plata”, dice el arqueólogo Leonardo Mudry, parado justo frente a la entrada de la tribuna popular de la cancha de Gimnasia que da al Bosque. La piedras, que sobresalen como producto de la ‘labor’ de años de las raíces de los enormes árboles, se pueden ver sobre la estrecha rambla de la también estrecha avenida Centenario.

El palacio perteneció a la familia Iraola hacia 1859 y funcionó previamente a la fundación de La Plata en 1882.

“Ese es un descubrimiento de Ana Igareta”, puntualiza Mudry, en referencia a la conocida colega que se desempeña en el Museo de Ciencias Naturales. Mientras, camina sobre la despareja rambla hacia avenida 60, hasta que se detiene en un sitio empedrado. “Estos adoquines son prefundacionales”, afirma, y los diferencia de los históricos de la Ciudad, una muestra de los cuales asoma bajo un pedazo de asfalto faltante en la calle. Son entre 3 y 4 veces más grandes, están dispuestos de otra forma y en otra dirección, enumera.

¿Y eso qué significa? “En arqueología se trabaja con certezas y con presunciones, pero de acuerdo a los mapas con que contamos, ese adoquinado sería el antiguo camino al río de la estancia Iraola”, apunta el estudiante avanzado de Antropología, Guillermo Bertani, también integrante del equipo técnico que funciona en el ámbito de la agencia ambiental del Municipio, bajo la dirección de María Inés Casadas y con sede en la Casa Ecológica del Paseo del Bosque.

Las prospecciones arqueológicas que llevaron al equipo a determinar el emplazamiento del casco de la estancia Iraola en el predio donde se encuentra la Casa Ecológica y la cancha de Gimnasia no pueden avanzar. “¿Cómo montamos una excavación aquí?”, se pregunta Leo Mudry, señalando los árboles centenarios que circundan al estadio y haciendo alusión a que el sitio es invadido por miles de personas una vez cada dos semanas.

Pero a partir de los adoquines que formarían el antiguo inicio del camino al río ya tienen pensada una intervención. “Pediremos permiso al club para excavar donde estaba la parrilla El Chaparral y seguiremos la línea; allí podemos concentrar las acciones en un solo día”, señaló el profesional.

de gres y de vidrio

De aquellos desafíos, los arqueólogos y estudiantes de Ciencias Naturales pasan a diario a tener entre manos objetos de enorme valor, que hallan en sitios por lo que los vecinos se mueven cotidianamente.

El año pasado, en el ex teatro La Hermandad del Princesa -diagonal 74 entre 3 y 4-, que nació hacia fines del siglo XIX como sociedad de socorros mutuos de la colectividad italiana, llegaron a extraer casi 3.000 piezas, destaca Guillermo Bertani.

“Se han encontrado objetos de diversas épocas, a los que ahora se está rotulando y clasificando. Este es un trabajo de hormiga. No se reconstruye la historia de un sitio de la noche a la mañana, más aún cuando tuvo tantos usos. Por ejemplo, en el Princesa hallamos botellas de gaseosa debajo de antiquísimas botellas de cerveza de gres (una pasta cerámica), lo que da cuenta de los fuertes movimientos de tierra que hubo”, relata Guillermo.

Y enumera entre los hallazgos “depósitos de aceite, mucho material metálico, elementos de yeso, flores, decoraciones rococó, piezas de mármol, un antiguo pozo”, y sigue la lista.

Sobre la mesa de la Casa Ecológica hay algunos elementos rotulados. Uno dice “Monte”. Y es que el proyecto que se enmarcó en la agencia ambiental de la Comuna se montó sobre otro que venía desarrollando María Casadas sobre la fundación de pueblos, fuertes y fortines en Ensenada, Monte y Chascomús, entre otros sitios cercanos.

Pero también hay una moneda de 1885. Una joya que circuló por la Ciudad apenas tres años después de su fundación, y que dejó de hacerlo un día en la casa del escritor Pedro Palacios, actual Museo Almafuerte, donde fue hallada en una excavación.

“Siendo pequeño murió su madre y fue abandonado por el padre. Pero de grande adoptó cinco niños”, comentan los expertos, para encontrar una explicación a los restos de juguetes con que se toparon excavando en la casa de 66 entre 5 y 6.

También se explica en la acentuada humildad de Palacios el hecho de que no se hallan encontrado “indicadores de clase”, dicen. Sí, en cambio, muchos restos óseos de carne vacuna, monedas, objetos de loza, botellas de vidrio antiguo o de gres, una taza entera, y mucho más.

En la Plaza Islas Malvinas, ex sede del Regimiento 7, el mayor hallazgo fue de metales, y de un viejo botón de una chaqueta militar. Pero lo más relevante quizás radique en que “se comenzó a trazar una línea entre la leyenda y la realidad respecto de los túneles de La Plata. El del ex regimiento empezaba y terminaba en ese predio, pese a otras elucubraciones que lo extendían por aquí y por allá”, dice Mudry. El de los túneles es “todo un tema” (ver aparte).

la foto, clave

Un elemento central en el trabajo del equipo es el de dejar registro fotográfico y fílmico de inmuebles que un día dejarán de existir para que allí se levante otro tipo de edificación. “Contra eso, si lo deciden sus dueños, no podemos hacer nada, como tampoco pudieron hacer nada quienes vieron cómo se tiraba abajo el arco de entrada al Bosque, pero lo registraron fotográficamente para siempre”, remata el joven Guillermo Bertani.