“Trapitos”, alquiler de garajes y parrillas caseras en la previa del segundo recital

La mística Stones se repitió ayer en el segundo de los recitales que ofreció la banda británica en la Ciudad. Mareas humanas con todas las variantes de lenguas rojas, el logo creado por John Pascher para identificar a la banda, coparon los alrededores del Estadio Único.

La avenida 32 permaneció estrictamente vallada desde las calles 21 hasta la 25 con una empalizada de madera. Uno de los principales accesos se montó sobre la calle 20, donde un escuadrón de organizadores derivaron a los espectadores hacia distintas filas, ya sea los que tenían entradas para ir al campo o aquellos con plateas. Como el domingo último, también se observó una fuerte presencia policial y móviles de Control Urbano.

Galpones y terrenos baldíos de los alrededores del Estadio Único se transformaron en playas de estacionamiento. Las ubicadas en la zona de 32 hacia el casco urbano establecieron una tarifa fija de $300; en tanto las que se montaron al otro lado de la avenida 32, próximas al barrio La Favela, ofrecían espacios por $ 150.

“TRAPITOS” EN ESCENA

En las calles de ese sector y zonas aledañas también se observaron muchos cuida coches que cobraban a quienes procuraban un espacio para estacionar. Tras el primer recital numerosos visitantes ya denunciaron la presencia de “trapitos”, e incluso el juez de Garantías César Melazo, a través de su cuenta en Twitter, se refirió al accionar de cuidacoches vinculados a barrabravas que cobraban hasta $200 por auto en inmediaciones del Estadio. El magistrado también hizo alusión a la instalación de puestos ilegales de comida en el tramo que abarca de 520 a 526.

Se notó, también, una variada oferta de particulares que, para hacerse de unos pesos, pusieron a disposición sus garajes.

Como en la anterior presentación, la oferta de bebidas frescas fue incesante. Los “caminantes” con sus mochilas pregonaban desde “birras” por $ 50, hasta gaseosas y fernet.

De todas maneras, fue continuo el operativo realizado por efectivos de Control Urbano que, en cuanto detectaban algún vendedor ambulante de bebidas alcohólicas, se las decomisaban. En 20 y avenida 32 se dispuso un acoplado para almacenar todas las latas de cervezas provenientes de los operativos.

“No está permitida la venta ambulante de bebidas alcohólicas y en cuanto notamos las ofertas, actuamos”, explicó uno de los efectivos que llevó adelante el operativo.

Hubo comercios que habitualmente venden alcohol que colocaron carteles en sus vidrieras informando que no venderían ese tipo de bebidas; sin embargo mayoría acortó la espera de las filas y calmó la sed con el consumo de cerveza.

En ese contexto, las veredas se “alfombraron” por latas de todo tipo y un escuadrón de barrenderos dio batalla para que la Ciudad no se viera tan sucia.

Por cada cuadra cercana al Estadio Único aparecieron viviendas con parrillas improvisadas por vecinos deseosos de sacar algún rédito de la afluencia de miles de visitantes.

“Con esto del recital se me ocurrió tirar unas hamburguesas - $ 30 - y unos chorizos - $40- a la parrilla, el domingo me quedó 2 mil pesos, algo que no me viene nada mal”, contó Carlos, un vecino de 33 y 21.

Otros, con verdaderas ambientaciones “rollingas”, como en 20 entre 530 y 531, armaron un santuario Stones para captar clientes.