Un “deporte” vandálico: jóvenes saltan por los techos de los autos

Lo llaman “caminata lunar” y consiste en pasar por encima de los autos a los saltos. En 2011 hizo sus primeras apariciones en la Ciudad como una moda urbana que metía miedo en los barrios. Y si bien el fenómeno había aflojado, ayer a la madrugada resurgió con fuerza en la zona de Parque San Martín.

Es que según el recuento de los vecinos, al menos una docente de vehículos aparecieron abollados o con los parabrisas destruidos, después del vandálico ataque de un grupo de alrededor de 30 jóvenes, a altas horas de la madrugada.

De acuerdo al relato de damnificados, era poco después de las 4 de la madrugada cuando frentistas de la calle 54 entre 25 y 27 despertaron sobresaltados por el ruido de golpes, vidrios rotos y alarmas de autos.

Alterados por el bullicio generado por los jóvenes involucrados, los vecinos de la zona se asomaron a sus ventanas, asustados, “y sin saber bien de qué se trataba”.

“Eran entre 30 y 40 chicos, corriendo por sobre los autos, rompiendo ventanas con palos y piedras”, contó Leonel Maccini, un vecino que “se salvó” porque su auto se encontraba bajo resguardo en su garage.

Menos favorecidos, aquellos cuyos vehículos estaban sobre la vía pública no pudieron hacer otra cosa más que llamar a la Policía y contemplar impotentes como el grupo de vándalos destruía sus vehículos sólo para divertirse, como si fuera un juego.

A LOS SALTOS

La modalidad de andar a los saltos por encima de los autos se vio en La Plata ya hacia mediados de 2011 (ver recuadro). Y ayer a la madrugada se repitió con virulencia. “Iban de auto en auto, saltando rápido sobre los parabrisas, y caían pesadamente sobre los techos”, dijo, frustrado por la situación, otro frentista que durante la noche se “agarraba la cabeza”, conteniéndose para no salir a la calle.

Según dijeron a EL DIA, el temor al grupo de jóvenes, que superaban la treintena y “parecían alcoholizados”, pudo más que la bronca de los damnificados.

Quienes alcanzaron a ver a los autores dijeron que eran, en su mayoría, varones de entre 16 y 20 años. El grupo comenzó la “caminata lunar” sobre la calle 25 doblando en 54 y suguiendo con la seguidilla de destrozos hasta la calle 27.

Los daños a los vehículos no fueron únicamente resultado de los saltos sobre los techos, sino que destrozaron también los vidrios de algunos vehículos con palos y piedras, golpeando las puertas, abollando y rayando el exterior de los automotores.

Tras el paso de los vándalos, el paisaje del barrio mostraba más de una decena de autos dañados, la “triste evidencia de una costumbre adolescente” que llenó de rabia a los propietarios, que deberán, en los casos que correspondan, iniciar con sus aseguradoras los trámites correspondientes mañana.

“Me desperté con el ruido de la gente que pasaba, y cuando salí al balcón, vi que habían movido mi auto al medio de la calle”, contó Cintia Rubio, propietaria de un Ford Ka que terminó con casi todos sus vidrios destrozados.

La vecina dijo que solo atinó a llamar a la Policía, que acudió “en 12 minutos”. “Por más rápido que vengan, es casi imposible hacer nada, porque nosotros no les vemos las caras, y para cuando la Policía llega, ya se fueron”, explicó enojado un frentista.