Una multitud cantó con Los Nocheros

Con música, feria y diferentes ceremonias, la plaza Malvinas fue ayer el epicentro de los festejos oficiales por el 205º aniversario de los acontecimientos de mayo de 1810. La actuación de Los Nocheros, ante una multitud, acompañó el atardecer de una jornada en la que el clima fue una invitación al picnic y el encuentro al aire libre.

Desde poco antes del mediodía, pasados los actos protocolares -ver aparte- los sectores de juegos infantiles y los paños verdes del paseo comprendido entre 19, 20, 50 y 54 comenzaron a poblarse con familias dispuestas a disfrutar de la tarde templada.

Con el correr de la horas, la llegada de miles de personas, que coparon la explanada central de la plaza y llenaron los jardines de lonas, canastas, mates y termos, le fue poniendo marco a la espera del plato fuerte sonoro: la presentación de la banda salteña de folklore pop y canción romántica.

DISTINTAS ACTIVIDADES

En ese marco no faltaron “picados” de fútbol a la altura de 20 entre 51 y 53; acciones proselitistas de diferentes fracciones políticas locales y nacionales; centenares de mascotas; vendedores ambulantes ofreciendo pochoclo, panchos y algodón de azúcar a veinte pesos; y los ahora infaltables “drones” sobrevolando la concurrencia, cosechando imágenes y saludos.

Las que no abundaron fueron las banderas y escarapelas, más allá de la decoración aportada por la Comuna; y despertó algunas quejas la ubicación de una fila de carpas de feria que impidió ver el escenario a todos quienes estaban ubicados en los sectores verdes de 20 entre 51 y 53.

Minutos después de la 16, tal como había sido anunciado, Los Nocheros salieron de las instalaciones del Centro Cultural Islas Malvinas, convertido en centro logístico, para subir al tablado que se montó sobre la prolongación de la avenida 51, mirando hacia calle 54.

Para entonces, la rambla con césped de 53 entre 20 y 23 era un enorme estacionamiento, y resultaba virtualmente imposible hallar lugar para dejar el coche entre 47, 57, 17 y 23.

La banda surgida en 1986 y consagrada en el festival de Cosquín 1994 se lució con su repertorio y profesionalismo acostumbrados. Kike, Mario y Alvaro Teruel y Rubén Ehizaguirre desgranaron zambas, chacareras y baladas con la solvencia que los llevó a ser número puesto en incontables festivales, vender más de dos millones de unidades de sus 16 álbumes en estudio y en vivo. Ayer, se ganaron al público platense con clásicos de su cancionero como “Alfonsina y el mar”, “Pegó en el palo”, “Vuela una lágrima”, “Me enamoré de una zamba” y “No saber de ti”.