Desembarco de Massa en La Plata con el acento puesto en seguridad

En el marco de una extensa jornada de campaña en la que se mostró con los seis precandidatos locales, el diputado nacional y candidato a presidente por el Frente Renovador Sergio Massa dijo en La Plata que no se resigna “a que la gente viva con miedo” y amplió ese concepto al señalar: “miedo a que caigan dos gotas y pierdan todo; miedo a salir a la calle y que los maten; miedo a que sus hijos vayan a la plaza y queden rehenes de los que venden droga”.

Massa inició su agenda de campaña en la Ciudad -la primera desde que es candidato presidencial- en el barrio de Villa Elvira, en la zona de 7 y 85 donde se encontró con vecinos que sufrieron las inundaciones del 2 de abril de 2013 en las inmediaciones del arroyo Maldonado. Y allí escuchó quejas vinculadas a desbordes cloacales y otros problemas sanitarios.

INSEGURIDAD

En medio de esa caminata junto a los disputados provinciales Jorge Sarghini y Juan Amondarain y los precandidatos a intendente José Arteaga, Marcelo Leguizamón, Carlos Melzi, Oscar Vaudagna, Javier Pacharotti y Alberto Delgado, el candidato presidencial dijo que “vamos a cambiar el miedo por esperanza y progreso. Poniendo firmeza en la lucha contra la inseguridad, poniendo la cabeza y prioridades para hacer inversión en este tipo de obras, poniendo coraje para ganarle la batalla al narcotráfico”.

Entre otros conceptos, durante una apretada rueda de prensa antes de emprender una caminata por el centro comercial de calle 12, Massa confirmó que el 1º de mayo hará su lanzamiento oficial en el estadio de Velez. Y respondió así a una consulta sobre si evaluaba “bajarse” de la candidatura presidencial.

Al insistir sobre el tema de la inseguridad, Massa dijo que “un padre se me acercó llorando, pensando en suicidarse y hay personas que te cuentan que pierden familiares por la inseguridad. Esto es algo que debe transformarse inmediatamente”.

“Debemos tener en claro que viene la Argentina de los acuerdos y quiero compartir con todos aquellos que estén dispuestos a modificar esta Argentina, porque la gente está harta de ver un festival de cambios de cartel en los políticos y quiere ver cómo se resuelven los problemas que tiene”, subrayó.

Al pedírsele una definición sobre la nutrida interna platense, Massa no bendijo a ninguno de los seis precandidatos y acotó: “las PASO son selección y octubre es elección”.

De esta forma, Massa evaporó las expectativas que algunos sectores de la interna local se habían generado alrededor de la visita del conductor del Frente Renovador.

En ese sentido, la caminata por calle 12 fue todo un mensaje a la interna platense al andar una cuadra con cada uno de los seis precandidatos.

De acuerdo al orden establecido en el marco de la interna local, Massa caminó por 12 de 60 a 59 con Oscar Vaudagna: de 59 a 58 con Javier Pacharotti; de 58 a 57 con Marcelo Leguizamón; de 57 a 56 con Alberto Delgado; de 56 a 55 con Carlos Melzi y de 55 a 54 con Arteaga.

En cada una de esas esquinas militantes de cada uno de los seis candidatos esperaron a Massa con flores, globos, pancartas, mates y hasta una cumbia especialmente escrita para él.

La caminata de Massa alteró el ritmo normal de la calle 12 y hasta provocó algunos embotellamientos pero se desarrolló en orden.

En el haber, el visitante sólo debió contabilizar el reproche de un automovilista y la crítica de una joven que se alejó del lugar vivando a la presidenta Cristina Kirchner.

Durante el trayecto y en medio de numerosos pedidos de fotos, selfies y saludos, Massa protagonizó varias notas de color.

Así, ingresó a varios comercios y charló con empleados y clientes y en una casa de artículos para el hogar ayudó, entre bromas, a cargar un lavarropas. Luego, en la calle, aceptó la invitación de un vendedor de garrapiñadas que se negó recibir dinero a cambio de su producto.

“Bueno, entonces le compro gomitas de fruta para Toto (su hijo) que le gusta comerlas en la cama”, acordó Massa.

GARRAPIÑADAS Y ROLEX TRUCHO

Al pasar ante otro puesto de pochoclos, Massa aceptó la invitación a “cocinar” que le hizo el vendedor.

En otro pasaje risueño, Massa se “trenzó” con un vendedor ambulante de origen senegalés que pretendió venderle “un Rólex para Malena”, su esposa. Entre risas, Massa le advirtió: “me mata si le llevo eso. Mejor dame una cadenita”, pidió, y el vendedor finalmente le regaló una cadenita “de oro”.

En otro encuentro con un vendedor callejero Massa se interesó por una piedra de color negro que, según el vendedor, “ayuda a combatir la mala onda”.