Un puesto de alto riesgo

Uno de los temas más complicados para la dirigencia de San Lorenzo, en los últimos años, es el de mantener en su puesto a los directores técnicos contratados para que dirijan al plantel profesional hasta la finalización de sus respectivos contratos con comodidad y sin tener que pasar por la necesidad de tener que estar rindiendo examen en cada uno de los partidos para salvar su puesto de trabajo. Desde Rubén Darío Insua hasta Miguel Angel Russo todos los entrenadores que pasaron por la entidad de Boedo tuvieron problemas de esa índole. Incluso, más allá de haber conseguido o no las metas fijadas hubo casos en los que técnicos campeones debieron alejarse por distintas causas del club.

El Gallego Insua fue el primer entrenador genuino contratado por el actual proceso dirigencial azulgrana, el que arrancó con el binomio Alberto Guil-Rafael Savino, ya que la gestión de Manuel Pellegrini fue heredada del gobierno anterior. En el primer semestre de trabajo bajo la conducción de Insua el Ciclón se adjudicó la Copa Sudamericana. Pero a continuación los malos resultados precipitaron la mala relación entre el DT y los directivos que, igualmente, le permitieron dirigir la final de la Recopa Sudamericana (San Lorenzo perdió con Olimpia) aún teniendo un acuerdo verbal con Néstor Gorosito.

La temporada 2003/04 arrancó entonces con el proceso encabezado por Pipo Gorosito. Las cosas comenzaron bastante bien para San Lorenzo, ya que en el Apertura '03 alcanzó a ubicarse como subcampeón de Boca. Pero en el Clausura '04 todo cambió y la racha negativa de diez partidos sin poder ganar, hizo que pese a haber renovado su contrato Gorosito viera adelantada su salida del club. Las urgencias políticas que marcaban la elecciones internas de ese año apuraron su salida, al mismo tiempo que marcó el regreso de Héctor Veira como nuevo DT.

La ilusión que despertó la llegada del Bambino Veira a San Lorenzo fue tan grande, que la obtención de la Copa Libertadores del año 2005 pasó a ser la meta principal de la nueva comisión directiva encabezada por Rafael Savino. Pero de pronto el equipo azulgrana quedó eliminado de esa competición en la fase de grupos y después de ocho meses al frente del plantel, el entrenador campeón del Clausura '95 tuvo que irse rodeado de fuertes críticas y la temporada terminó con un interinato de Gabriel Rodríguez.

A la salida de Veira le siguió la llegada de Gustavo Alfaro, quien por entonces era uno de los entrenadores que estaban en el centro de la escena. Es más, San Lorenzo lo contrató después de ganarle la pulseada a Independiente. El comienzo del Apertura '05 fue muy bueno, con el Ciclón puntero durante siete fechas pero en la segunda mitad del torneo el equipo defeccionó y terminó en la octava posición. Alfaro realizó la pretemporada veraniega pero después de la tercera fecha del Clausura '06, fue separado de su cargo. La cuarta la dirigió Fernando Berón interinamente y desde la quinta se produjo el regreso de Oscar Ruggeri.

Luego de la pretemporada invernal, San Lorenzo no logró despegar ni superar la irregularidad en los resultados y en el desenvolvimiento del equipo adentro de la cancha. Así, los azulgrana quedaron undécimos en el torneo Apertura '06 y eliminados en tercera ronda de la Copa Sudamericana. Y como consecuencia de la reacción de los hinchas tras la derrota ante Quilmes en la última fecha del campeonato, llegando hasta las cercanías de las puertas del vestuario y siendo reprimidos por la policía, la dirigencia obligó al Cabezón a abandonar su cargo.

De esa forma, luego de coquetear con Leonardo Astrada, San Lorenzo se inclinó por contratar a Ramón Díaz y con el riojano a la cabeza el club de Boedo no tardó en dar la vuelta olímpica, ya que se consagró campeón del Clausura '07. Y aunque en la segunda mitad del año las cosas no fueron igual, el equipo apenas llegó al octavo puesto, en diciembre San Lorenzo consiguió renovarle el contrato, pese al interés de River, para que sea el DT en la Copa Libertadores del año del centenario de la fundación del club.

La ilusión estaba otra vez en marcha, pero de a poco y por distintas causas (económicas y personales) se fue desgastando la relación entre el plantel y Ramón Díaz. A tal punto, que después de quedar eliminado de la Copa Libertadores la salida del riojano estaba cada vez más en evidencia, hasta que se produjo a dos fechas de la finalización del Clausura '08, envuelto en un ida y vuelta de acusaciones con los referentes del plantel. Lo que marca que en San Lorenzo la estabilidad de los directores técnicos no es nada fácil y más complicada que en otros clubes.