Furor por los horóscopos, un fenómeno que no tiene edad

Se viene el Año Nuevo Chino: empieza el próximo 19 de febrero bajo el signo de la Cabra de Madera y promete doce meses de creatividad, abundancia y sorpresas, auguran los estudiosos de esta tradición milenaria. Y agregan que para los que nacieron bajo el signo de la Cabra será un año de exploración interna, autocrítica y permanentes exámenes.

Entre los signos del zodíaco, el 2015 promete beneficios para varios, entre ellos, Aries, Libra y Géminis.

Estos son algunos de los pronósticos que, aunque no todos lo reconozcan, desvelan a esta altura del año a una multitud de platenses. Ese interés se refleja en la demanda de libros de horóscopos, que según reconocen en algunas librerías locales, a esta altura del año registra un pico estacional. Y cuya oferta crece y se diversifica en las estanterías: si alguna vez, el destino estaba escrito en los signos del zodíaco, hoy puede intentar sondeárselo también en el horóscopo chino, el maya o el celta.

“Los libros de horóscopos se venden todo el año y cada vez hay más y con distintas propuestas. Pero registran un pico estacional en el mes de diciembre, cuando recién aparecen y en esta época del año, entre febrero y marzo”, dice Federico, encargado de una librería del centro platense. Para él, no todos los que compran ese tipo de libro necesariamente creen en sus augurios: algunos, sostiene, “sólo lo hacen para leer y entretenerse, como quien lee una novela”.

Mariana, vendedora de otra librería del centro, destaca que en los últimos años creció la oferta de títulos y dice que si bien en algún momento la típica compradora de este tipo de libros era una mujer mayor de 40 años, hoy las cosas cambiaron sensiblemente y los compra todo tipo de público.

Los precios de los libros de horóscopos oscilan entre los 180 y los 210 pesos y entre los más buscados se cuentan el horóscopo chino de Ludovica Squirru, el tradicional de Horangel y el de la astróloga Jimena La Torre, indican tanto en librerías como en kioscos de revistas.

“La mayoría de los que se acercan a comprar este tipo de libros tienen un sólo interés: quieren saber si la suerte va a acompañar a su signo este año”, dice Valentina Sánchez desde un puesto de revistas donde, asegura, “vienen a comprarlos desde mujeres grandes a varones jóvenes. Un público muy amplio y variado”.

Los libros son apenas una expresión de un interés por la astrología y los horóscopos que para muchos platenses forma parte de la vida cotidiana. No sólo se los usa para conocer qué puede deparar el año en curso, sino también para describir las características de las personas de cada signo, analizar compatibilidades e incompatiblidades afectivas y hasta estudiar bajo la luz de la astrología el peso de una vocación.

¿HABITO O SUPERSTICIÓN?

Para el psicólogo platense Leopoldo Mancinelli, este hábito, como el de muchas supersticiones, se relaciona con algunas características propias del cerebro humano y no reconoce diferencias entre personas de distintos estratos sociales.

“Aunque la persona de un sector social alto e instruido que consulta un horóscopo lo va a hacer de una manera sutil, sin que se note”, dice Mancinelli, quien asegura que “la mayoría de las personas tienen algún tipo de cábala o superstición”.

Según destaca el psicólogo platense “en general el cerebro humano está preparado especialmente para anticiparse a peligros y situaciones y echa mano de cualquier recurso, cualquier método de predicción que aparente pemitírselo: desde un análisis de perspectiva económica con base académica hasta un horóscopo”, indica.

“Aunque el que se acerca a este tipo de propuestas, como los horóscopos, puede intuir que no es algo preciso, necesita de ese u otro artilugio, muchas veces por esa necesidad de anticipación, otras para descargar el peso de una decisión sobre algo tan abstracto como el destino. Como quien tira una moneda por optar por una entre varias opciones o quien deshoja una margarita para tomar una decisión amorosa”, indica.

Otra de las razones que explican el fenómeno de los libros de horóscopos es afectiva, según indica Mancinelli.

“El horóscopo aparece escrito en letras de molde, lo que le confiere autoridad, y se dirige directamente a la persona, que siente que le están hablando directamente, aunque otras miles de personas compartan el mismo signo zodiacal. Eso le da una fuerza particular”, concluye Mancinelli.