¿Cómo guiarlos en el uso de internet?

La destreza con la que los chicos manejan las pantallas (celular, computadoras, tablet) genera en algunos padres la sensación de que dominan el universo digital y, por lo tanto, consideran que no necesitan ser guiados u orientados. Este sentimiento se agudiza cuando los adultos se encuentran con dificultades en el manejo tecnológico. Bajo la ilusión de que los chicos saben más que ellos se funda la falsa creencia de que “se pueden manejar solos” en esa área.

Como afirma Roxana Morduchowicz en “Los chicos y las pantallas en el siglo XXI”, los padres no deben olvidar que el saber de los menores es meramente instrumental.

“Manejan las pantallas, saben solucionar los problemas que se presentan, conocen mejor la herramienta y arriesgan nuevos usos porque se sienten seguros en el manejo del medio”, detalla la especialista, al tiempo que advierte: “La capacidad de reflexión, el criterio y la experiencia de vida, sin embargo, siguen siendo de los adultos. Y es esta actitud la que necesitan los chicos para hacer un uso responsable de las pantallas y de Internet”.

¿Qué cuestiones deben considerar los padres?

Morduchowicz explica que si se equipa la habitación de los chicos con pantallas, es probable que pasen más tiempo encerrados en el cuarto y que las utilicen durante más horas y de forma solitaria. Para evitar esto, recomienda que tanto el televisor, la computadora, como la tablet y el celular (al menos a la noche) queden en un espacio de circulación colectiva, como el living, la cocina o el comedor.

La especialista también recomienda elaborar un código familiar para el manejo de Internet y las tecnologías. Estas reglas para regular los usos deberían ser elaboradas y consensuadas por el grupo. Luego, todos los integrantes de la familia deberían acatarlas.

El código podría incluir reglas como: “Nadie en esta familia está autorizado a dar información personal en la web”, “nadie en esta familia puede ver televisión después de la medianoche” o “nadie en esta familia puede encontrarse personalmente con gente que haya conocido en Internet”. El código familiar debería ser colocado en un espacio bien visible.

También aconsejan enseñar a los chicos a reflexionar sobre el uso que hacen de las pantallas y de Internet, y sobre los peligros que encierra. Raúl Martínez Fazzalari, abogado especialista en informática, señala que el error más frecuentes de los padres radica en que las medidas que toman en relación a la tecnología gira en torno a la prohibición.

“En primer lugar, esta medida acrecienta el deseo de los chicos. Por otro lado, cualquier tipo de prohibición con el uso de las pantallas resulta imposible. Antes, cuando el único modo de acceder a internet era a través de una computadora y había solo una en la casa, era más factible. Pero ahora, con el celular, los chicos tienen todo el día una pantalla en la mano o les resulta muy fácil acceder a una. No vale la pena intentar algún tipo de restricción”, sostiene Fazzalari.

Desde que el acceso a Internet a través de los celulares se popularizó, este dispositivo tecnológico pasó a ser el más importante en la vida de los chicos. Lo usan para comunicarse con sus amigos, para escuchar música, para ver videos, programas de televisión o películas, para navegar por Internet y producir sus propios contenidos online, como también para acceder a juegos electrónicos.

Fazzalari considera que los padres deben recurrir a tres medidas: no prohibir, conversar con los chicos sobre Internet y tener algún conocimiento de su funcionamiento.¿Cómo manejarse frente a la omnipresencia de internet?

El abogado remarca la importancia de contar a los chicos los casos peligrosos que se dieron a partir de Internet, explicarles sobre la existencia de perfiles falsos y que extraños pueden hacerse pasar por un amigo. “Muchas veces se dan cuenta cuando una conversación cambia de tono pero no saben, o les cuesta, cortar el diálogo. Hay que enseñarles a eso”, dice.

Otro elemento importante, según señala Fazzalari, es que los adultos cuenten al menos con un mínimo conocimiento sobre las herramientas que dan las redes sociales para restringir el acceso. “También es sumamente importante que realicen la denuncia ante material sospechoso. Si no se denuncia, gana el acosador, porque el delito se sigue produciendo y no hay pena”, plantea.

Se estima que los chicos pasan alrededor de cinco horas por día con las pantallas. Por ese motivo los especialistas insisten en la necesidad de enseñarles a pensar la relación que establecen con ellas.

¿como afecta la tecnología la psique de los niños?

Como afirman las psicólogas Roxana Frison y Roxana Gaudio, docentes de la UNLP, en una investigación que realizaron, el predominio de lo visual en la infancia, promovido por los últimos avances tecnológicos, favorece un particular recorrido del cuerpo, al tiempo que introduce características singulares al campo de lo lúdico.

“La manera actual como se determinan los juegos de los niños excluye la espontaneidad del descubrimiento, de la búsqueda, de la invención propia del mundo infantil. Esto favorece una distorsión de la experiencia corporal dado que el niño queda capturado, dominado por una realidad artificial sin tiempo ni límite, fijo en la pantalla”, señalan.

Las formas de percibir, de mirar, de significar, de posicionarse en el mundo tiene una dimensión histórica. Y si antes la transmisión intergeneracional era vehiculizada por la familia, ahora ésta ha sido desplazada por los medios de comunicación social. Según señalan las especialistas, los niños y adolescentes actuales se identifican con las imágenes de las pantallas.

“Desde el comienzo de su historia los niños viven y sienten en función de las imágenes técnicas que los rodean, la identificación con las mismas supone la relativización del sufrimiento, la violencia, el peligro, el dolor. La imagen virtual y digital que se les ofrece a los niños en las pantallas es puntual, efímera, fugaz, intercambiable. No contempla la relación con el otro promoviendo una experiencia individual y solitaria. El encuentro se establece bajo la pérdida de la resonancia afectiva propia del encuentro con el otro”.

Con internet se reconstruyen las categorías espaciales y temporales. Se acortan las distancias y se desdibujan las fronteras. El tiempo pasa a ser el tiempo de lo inmediato, no hay lugar para la espera. “En tanto tiempo y espacio funcionan como organizadores de la cultura y, por ende, de la persona, conllevan a la construcción de una nueva dimensión corporal que se presenta con dificultades para constituirse y sostenerse en sus propios límites, en sus bordes”, explican las psicólogas.

Consideran que las nuevas tribus juveniles se encuentran inmersas en un espacio de sociabilidad de lo provisorio, sostenidas en una cultura de lo inestable en la que predomina el a corto plazo y la ausencia de futuro. Que carecen de objetivos y solo se preocupan por un presente vivido colectivamente.

“La cultura contemporánea afecta lo infantil, no propicia la delimitación clara entre ficción y realidad, entre lo aparente y lo real, entre la verdad y la mentira. Los niños y adolescentes contemporáneos hacen de la pantalla su realidad: esto conlleva distorsión corporal, temporal y espacial”, plantea el informe.

Las especialistas señalan que el aumento de chicos y adolescentes con trastornos en la alimentación, en el aprendizaje, en el desarrollo psicomotor, en el lenguaje, en la estructuración subjetiva, como también de problemáticas que suponen depresión, adicciones, apatía y violencia, están vinculadas con lo histórico-social.

Si bien los especialistas acuerdan en que no se puede pretender que los chicos crezcan alejados de las pantallas, el director del Instituto de Neurociencias Alexander Luria Diego Sarasola recuerda que diversas asociaciones de pediatría a los largo del mundo recomiendan que los niños menores de 3 años estén alejados de ellas. “Sobre todo para evitar la quietud y pasividad que pueden acarrear. En los chicos más grande es importante balancear el uso de la tecnología con actividad física, al aire libre y que supongan el contacto con otros niños”.

El especialista en neurociencias cuenta que actualmente se encuentra en desarrollo el llamado “proyecto TABLET” (Toddler Attentional Behaviours and LEarning with Touchscreens) destinado a investigar como es la interacción entre estos dispositivos y los niños de 6 meses a 3 años, y que consecuencias acarrean. Hasta el momento, la única consecuencia comprobada es el aumento del sedentarismo en niños de menor edad. “Como pasa con todo, no se puede decir que sea un fenómeno bueno o malo en si mismo, sino que eso dependerá del uso”, concluye.