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Laboratorio experimental

Arcosanti, el proyecto que hace posible fusionar ecología y arquitectura.

Laboratorio experimental

Integrantes de la comunidad, en acción

3 de Octubre de 2017 | 06:50
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En pleno desierto de Arizona se encuentra Arcosanti, una comunidad de artistas y profesionales que fusionan arquitectura y ecología en un proyecto experimental creado décadas atrás por el italiano Paulo Soleri.

Arcosanti, fundado en 1970, es un semillero para cientos de arquitectos que han continuado la visión de Soleri, quien abrazó los conceptos de medio ambiente, energía y el trabajo en equipo para erigir edificaciones que respeten el entorno y el medio ambiente.

Ubicado en Mayer, un poblado del Condado Yavapai, la comunidad de Arcosanti es un laboratorio centrado en diseños innovadores y la responsabilidad ambiental que atrae cada año a cientos de estudiantes de todo el mundo para sumarse a sus diversos talleres y programas.

Jeff Stein, copresidente de la fundación Cosanti y quien conoció a Soleri en 1975, decidió seguir los pasos del visionario arquitecto, que falleció en 2013, y es una de las personas que en la actualidad preserva su legado.

La meta de este enclave, asegura Stein desde la habitación en donde vivió Soleri y que cobija aún muchas de sus pertenencias, es buscar activamente alternativas a la expansión urbana basadas en la teoría de Soleri sobre diseño compacto de ciudades, y que bautizó con el término de Arcología.

“Después de que murió Soleri fue muy obvio que una persona no podía reemplazarlo, así que yo y otras tres personas nos hicimos cargos de la mesa directiva que se encarga de las estadías, los líderes de construcción, el mantenimiento, el restaurante, entre otras cosas”, detalló.

Construido con el apoyo de más de 7.000 voluntarios desde el inicio del proyecto, Arcosanti ofrece varios edificios de uso mixto y espacios públicos, en los que los participantes de un taller intensivo de cinco semanas viven y trabajan.

“La primera semana de estadía es la mejor experiencia para que el estudiante o residente pueda percatarse si va a cumplir con las expectativas”, explica Stein.

El taller de Arcosanti enseña a sus participantes, que se vuelven residentes en este poblado, los principios de la Arcología mientras se vuelcan a la construcción de diversas obras en la localidad.

Stein aclaró que la dinámica se ha modificado desde que Soleri puso en marcha esta iniciativa.

“Él dejó una fundación, pero el mundo, la sociedad y los recursos cambian, el conjunto ejecutivo tiene que enfocarse en la realidad, ya paso la época de los setentas cuando tenían un baño común para ambos sexos, cuando vivían todos afuera en camping”, recordó.

Mencionó que los residentes trabajan en aspectos de planificación, diseño, construcción, agricultura, paisajismo, carpintería y mantenimiento de archivos.

Elaboran también las internacionalmente reconocidas campanas, llamadas “Soleri Windbells”, y que son la fuente principal de ingresos que mantiene al proyecto.

“Fabricamos alrededor de 300 campanas de bronce y arcilla al mes, que representa el 62% de los ingresos que mantienen el proyecto arquitectónico. Los residentes las elaboran a la vista de los visitantes en el taller que fue diseñado por Soleri”, explicó Stein.

El referido taller es una suerte de anfiteatro en forma de campana, que implicó 32 toneladas de barro y arcilla, y que es parada obligatoria de los recorridos turísticos y para quienes pasan estancias en este sitio.

“Tenemos tres clases de alojamiento. Algunas habitaciones son como hoteles básicos con costos que van de 30 a 55 dólares. Son espacios con arte único, original, cuentan con Wifi, pero no hay aire acondicionado y aquí no existen los televisores”, indicó Lance Cope, el chef de Arcosanti.

Con un promedio de 35.000 visitantes por año, Arcosanti conserva la esencia de Soleri, que además de arquitecto y diseñador urbano fue un artista, artesano y filósofo, y que a través de este laboratorio en el desierto buscó crear un espacio de armonía entre el hombre y la naturaleza.

“Cuando lo conocí tuve mucha admiración por lo brillante que era, la gente normal le gusta identificar genios como (Albert) Einstein y Soleri. Es una manera de decir yo nunca podría hacer eso, pero el secreto de Soleri no era ser genio, sino trabajar más fuerte que todo lo demás”, aseguró Stein, desde el estudio que perteneció a Soleri.

 

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Arcosanti, fundado en 1970, es un semillero para cientos de arquitectos que han continuado la visión de Soleri, quien abrazó los conceptos de medio ambiente, energía y el trabajo en equipo para erigir edificaciones que respeten el entorno y el medio ambiente

Las campanas de Arcosanti, una marca registrada

Interior y exterior dialogan permanentemente

Arcosanti se ubica en un paisaje encantador

Un padre y su bebé, mirando el paisaje

Vista del interior

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