Se debe impulsar en la Región la existencia de carriles exclusivos para micros

Los avances en materia de señalización, instalación de cartelería y demarcación del pavimento en la avenida 44 entre los barrios de San Carlos y El Retiro, para extender allí el sistema de carriles exclusivos para el transporte público que comenzarán a funcionar en el corto plazo, constituyen medidas ponderables y ajustadas a la necesidad de encontrar soluciones de fondo a los cada vez más demandantes flujos del tránsito automotor en nuestra ciudad.

Tal como se informó desde la Comuna y se reflejó en este diario en ediciones anteriores, se trata de un reordenamiento vial que apunta a privilegiar la circulación y detención de los micros en diferentes puntos comprendidos en el tramo que va de calle 131 a 155 por la avenida 44. En ese acceso clave del oeste platense se buscará priorizar el ascenso y descenso de pasajeros de las líneas de colectivos que circulan por el lugar, por lo que el tramo contará con cuadras en las que se prohibirá el estacionamiento de autos.

Se indicó que la estrategia será aplicada en cada uno de los cien metros de la 44 contiguos con 131, 137, 143, 149 y 155 y que es similar a la que se puso en práctica años atrás sobre segmentos céntricos de las avenidas 7 y diagonal 80, en los que hay cuadras vedadas a los particulares donde solamente pueden detenerse los micros. En esos cruces, hace noventa días, se realizaron conteos y cálculos que, de acuerdo con la Comuna, arrojaron conclusiones positivas, por lo que comenzará a ponerse en práctica en los próximos días. Si la experiencia es exitosa, podría replicarse en el futuro en la avenida 520.

Existen antecedentes favorables en otras ciudades con respecto a los carriles exclusivos para los ómnibus y, en ese contexto, no puede menos que aludirse al plan integral que hace años se puso en práctica en la avenida 9 de Julio de la Ciudad de Buenos Aires, luego aplicado en otras calles troncales, donde se instrumentó el llamado Metrobus a través de un diagrama de carriles fijos por los que circulan los colectivos.

De sobra se conoce que la instalación del Metrobus contribuyó a la agilización del tránsito general y a un mejoramiento general del servicio de colectivos que, al desplazarse con exclusividad por las grandes avenidas, disminuyó también en forma ostensible el tiempo de los recorridos. Cabe señalar que las paradas para pasajeros, asimismo, se vieron favorecidas con la reforma, ofreciéndoles más seguridad y confort a quienes aguardan el paso de las unidades. El tema, ya estudiado recientemente en nuestra ciudad, ha contado hasta ahora con el aval de distintos urbanistas.

Es ya demasiado evidente que el crecimiento demográfico y del parque automotor vuelven imprescindible una renovación integral del sistema de transporte público que –si se lo mira con alguna perspectiva- entró en crisis en nuestra ciudad desde la desafortunada decisión de erradicar a los tranvías, a fines de la década del 60. Pero hacen falta también nuevas vías camineras en los accesos, los llamados anillos perimetrales y resolver el grave problema del estacionamiento, entre muchos otros de los aspectos que la Ciudad deberá enfrentar con la planificación de fondo que, más temprano que tarde, debería impulsarse.

Mientras no se encare esta reformulación y modernización integral, es preciso que se promuevan todas aquellas medidas que –por parciales que puedan parecer- irán permitiendo mejoras imprescindibles para la dinámica vial de la Ciudad, que hoy se encuentra cercana al colapso y que, día tras día, se muestra cada vez más impotente para absorber las demandas de un parque automotor que no deja de crecer. En ese contexto conflictivo, parecen, entonces, atinadas estas acciones iniciadas ahora en la avenida 44, que apuntan a fomentar el principio de la circulación por carriles exclusivos de las unidades del transporte de pasajeros.