Después del crimen de Abril, la trama oculta de un barrio que sigue en shock

Los acusados de matar a Abril Bogado ya están presos y por las calles de Ringuelet y Villa Castells circulan desde hace una semana buena parte de los 115 policías que envió el ministerio de Seguridad tras el escándalo, pero en esos barrios quedan cuestiones pendientes.

Entre otras cosas, se preguntan los vecinos ¿quiénes pagan la asistencia letrada de dos defensores particulares para el menor de 17 años imputado por el crimen de Abril?

¿Por qué desembarcan los refuerzos después de la tragedia, si las luces de alerta se habían encendido mucho tiempo antes?

¿Quién controla a un par de familias instaladas en esa zona a las que ligan con un largo historial de delitos? ¿Y qué nexos tiene el principal acusado de asesinar a la nena, José Edagardo “Pepito” Echegaray Biel, con un ex policía Local de Ensenada?

En una fracción de ese barrio de la localidad de Gonnet que se extiende sobre la avenida 7 entre las calles 505 y 508 hay un par de familias que “copan la parada”, en una zona de monoblocks en donde se apuntaron algunos casos de inseguridad.

Un enorme mural recuerda a “Bebe Martínez”, con la figura de un joven sobre un fondo celeste cielo. Al lado, una poesía con dedicatoria: “Ni la muerte pudo borrar tu recuerdo, mucho menos lo hará el tiempo. Gracias por tanto, perdón por tan poco, tu gente recuerda tu lucha”. La liturgia de una aparente banda delictiva queda implícita y se asemeja a una práctica que se puede encontrar en distintas villas y barrios bajos de Capital, en el Conurbano y Rosario.

LE PUEDE INTERESAR

Quemacoches actuaron en Villa Elisa

LE PUEDE INTERESAR

Quedó a disposición de la Justicia el acusado por un ataque sexual en 51 y 29

LEA TAMBIÉN: ¿Qué dijeron la CNRT y el Grupo Plaza tras quitar licencia y echar al colectivero inhabilitado?

LEA TAMBIÉN: Tras el "bocinazo", vecinos de Tolosa esperan reunirse con Ritondo para hablar de seguridad

Todo eso está acompañado por la fama que se cierne sobre ellos: en el barrio los conocen por nombre, aunque de verlos tal vez no los reconocerían. Desde luego, muchos prefieren evitarlos siempre que puedan.

A “Pepito” Echegaray lo capturaron a 150 metros de esos monoblocks, cerca donde vive su madre, informó la Policía. Al otro, un menor de 17 años, en la zona de 1 y 514, en un asentamiento de Ringuelet, donde también son usuales las denuncias por violencia callejera y aparente venta de drogas.

Este adolescente que ya tiene prisión preventiva por el crimen de Abril aparece mencionado en varias causas previas, en algunas de ellas como coimputado de un joven que fue asesinado hace 19 días en un supuesto ajuste de cuentes, en 516 y 119.

Si se atan cabos tal vez se pueda comprender el presunto origen de los fondos de los abogados particulares que prestan sus servicios a un muchacho que, en apariencia, “no tiene un peso partido al medio”, señalaron los voceros.

Como un triángulo de las Bermudas que se busca eludir, la gente que transita por esa zona de Castells es muy cuidadosa de no andar sola frente a los monoblocks, enclavados en una zona comercial y de tránsito obligado hacia la estación de trenes de Ringuelet.

El escenario hace también a la oportunidad de los ladrones. El cruce de la avenida 7 bajo las vías, o el espacio parquizado que da al frente de ese complejo habitacional, suelen ser escenario de asaltos callejeros o servir como lugar de fuga para los ladrones.

“Al día siguiente del crimen de Abril le intentaron sacar la cartera a una mujer que pasaba por la zona. Los ‘chorros’ se metieron en los monoblocks”, reconstruyó una comerciante de la zona, respecto de lo que se supo aquel día, el mismo en el que hubo una masiva movilización popular en pedido de justicia por la niña asesinada en calle 510.

Como ya se sabe, esa manifestación catapultó la salida de efectivos policiales a la calle, para paliar y prevenir lo que es conocido por todos, una situación de inseguridad que castiga sin distinción y en cualquier circunstancia.

Lo que también conoce todo el mundo -por lo menos desde el comentario compartido- es la existencia de al menos una banda dedicada al delito, que anidaría en ese complejo de edificios precarios. Otras versiones dan cuenta de dos facciones enfrentadas por el territorio. ¿Ahí es donde entra en juego el negocio del narcomenudeo?

La siguiente pregunta surge con “el diario del lunes”: ¿Por qué no hubo prevención suficiente de las autoridades en una zona “caliente” del delito en la Región? Sobre todo, porque “esta gente no siempre roba en el barrio, sino que se van unas cuadras y vuelven”, denunciaron en Castells. Un ejemplo que grafica lo que pasó con Abril.

En partes del barrio la gente se protege como puede, con alarmas vecinales y con grupos de WhatsApp. La guardia está siempre alta.

Una defensa particular

Cristian Lanatta y Alfredo Pesquera figuran entre los clientes famosos del abogado Roberto Casorla Yalet, encargado, junto a su socio Nicolás Malpeli, de la defensa del adolescente sindicado como cómplice del asesino de la niña de 12 años. Bajo su asistencia, el viernes pasado la jueza del fuero de Responsabilidad Juvenil Inés Siro le dictó la prisión preventiva por “robo calificado en concurso real con homicidio en ocasión de robo”, mientras que la fiscal Ana María Rubio había encuadrado el caso con una carátula más grave: “Homicidio criminis causa”, aparte de los hechos de “robo calificado y en grado de tentativa”, en concurso real.

El gran interrogante es quién se encarga de pagar el servicio de abogados particulares, teniendo en cuenta que se trata de un joven que, por lo que figura en la causa, se dedica a salir a robar autos un domingo a la madrugada.

¿Tenía una suerte de “patrón” que salió a tenderle la mano? Siempre en el terreno de la especulación, lo que barajan algunos investigadores es que los fondos para solventar ese gasto provendrían de algún negocio de dudosa legalidad.

A todos estos rumores se le sumó ahora la relación entre “Pepito” y un policía con el que compartió celda.

De hecho, el ministerio de Seguridad ya investiga la supuesta complicidad de policías de las comisarías 6ª y 11ª con las bandas de la zona. Guillermo Berra, director general de Asuntos Internos, confirmó en declaraciones periodístas que se abrieron varios sumarios por estas irregularidades que abarcan desde “connivencia de uniformados con delincuentes” y hasta con el “narcomenudeo”. Hasta ya fue separado un oficial jefe de calle de la comisaría 11ª.

En esos sumarios se detectó el vínculo de Echegaray con Eric Alejandro Farías (25), quien hasta el año pasado integraba las filas de la Policía Local de Ensenada, a la que se sumó en febrero de 2015 con el número 486.907.

Lo exoneraron de esa fuerza semanas antes del crimen de Abril, porque en septiembre de 2016 lo habían sorprendido con una moto robada y con pedido de captura, de civil y después de pegarle dos piñas en la cara a su pareja. Quedó a disposición del fiscal Marcelo Romero, quien lo imputó por “encubrimiento y resistencia a la autoridad”.

Pepito” se fotografió en la cárcel con un ex policía Local de Ensenada

Fue derivado a la Unidad 35 de Magdalena, donde permaneció preso hasta abril de este año y se cruzó con Echegaray, que estaba allí detenido por robo a mano armada. En esos días se tomaron una foto sonriendo, recostados en la pared del penal y simulando portar un arma de puño.

La imagen la subió el propio “Pepito” a su perfil de Facebook, pero fue un conocido el que la viralió después del asesinato de Abril y Asuntos Internos lo supo.

un “privilegiado”

Echegaray debía cumplir condena hasta 2018 por robo agravado y tentativa de homicidio dictada en 2012, pero para el momento en que se fotografió con el ex policía ya gozaba de los privilegios que le abrían la puerta de la cárcel.

Primero fueron salidas transitorias y después libertad asistida, pero una vez por semana debía dormir dentro del penal.

La propia gobernadora María Eugenia Vidal cuestionó los beneficios que el juez de Ejecución Penal 2 de La Plata, José Villafañe, le había otorgado a Echegaray Biel, quien tenía un largo prontuario penal y policial.

En 2004 lo arrestaron por robo calificado. En agosto de 2005 fue otra vez detenido por tentativa de robo. En agosto de 2010 cayó por tentativa de robo calificado. Y terminó preso de nuevo en 2012.

Esa foto y una entrevista que un amigo de Echegaray ofreció en un canal de cable, revelando que “los policías de las comisarías 6ª y 11ª liberan la zona para que las bandas salgan a robar y pasar droga”, apuntaron la mira de Asuntos Internos hacia esas seccionales.

Por lo que trascendió, los vecinos de la zona ya habían denunciado la supuesta connivencia de policías con delincuentes que tienen en jaque a esos barrios ahora conmovidos por el asesinato de una nena, que muchos advierten como una muerte anunciada.