Con alas de libertad

El Plan de la Mariposa volverá a demostrar esta noche -desde las 21 en Sala Ópera- que el sentimiento de cercanía con los platenses es mutuo. Tras el show con entradas agotadas en agosto pasado, los necochenses regresarán a la ciudad que primero les abrió las puertas en su pistoletazo de salida, y en la que sienten como un segundo hogar, para volver a presentar “Devorando intensidad”, su nuevo disco, con el aplacan el sentimiento de luto que inundó el material anterior con una propuesta enérgica y vital que invita a ir para adelante, moviéndose entre el funk, la psicodelia, los ritmos latinos y el rock.

En diálogo con El Día, Sebastián Andersen (voz) se refirió a este material, a las búsquedas innovadoras, al proceso creativo, a sus orígenes, hitos y anhelos futuros, y a su conexión con La Plata; aunque también habló sobre su hecho característico: el ser una banda de siete músicos de los cuales cinco son hermanos, y cómo hacen de cada vivo un momento de elevación espiritual.

-¿De qué va “Devorando intensidad” y en qué se diferencia de los discos anteriores?

-Es un disco más trabajado desde la preproducción, estuvimos muy metidos en buscar las canciones, en conectar profundamente con ver cómo lo queríamos hacer. Y después tuvimos que vestir esas canciones con la impronta del Plan de la Mariposa, que son los violines, las voces, guitarras con distorsión y teclados… así que fue un viaje muy especial, con mucho trabajo. Con este disco recién pudimos conectar con la sonoridad que queríamos lograr, si bien en los anteriores también nos gustan mucho, pero éste vino como si fuera a abrirnos, con una energía más hacia afuera, con menos densidad, como saliendo un poco del luto que fue el disco anterior. Este lo quisimos polarizar y por eso está conectado con la vida, la energía, la vitalidad, el ir para adelante.

-¿Cómo se hace para innovar tratando de ser fiel a una propuesta?

-Yo creo que en El Plan el tema de la innovación responde a una inquietud artística que va más allá de la especulación. Sería imposible para nosotros hacer un disco igual al otro porque nos aburriría mucho. Es algo inevitable que en la personalidad del Plan está en la sonoridad. No tenemos miedo de hacer algo que sea totalmente nuevo, como tampoco si la canción lo pide y el momento lo necesita podemos hacer cosas que tenga algún tipo de repeticiones, algo que siempre va a haber, porque eso hace a la personalidad. Pero sí, nos re interesa innovar. Nos copa. No es la única bandera, de todos modos.

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-¿Hay que dejar fluir?

-Creo que hay tiempo para todo. Por momentos está bueno hacerlo, como una catarsis creativa, ir para todos lados; y eso es algo que está interesante proteger y no perder esos momentos de libertad artística, porque después van a venir las estructuras, y el análisis que de alguna manera posa sobre pensamientos más matemáticos porque, si bien tienen una lógica ya que de alguna manera las canciones tienen un formato, está bueno que el viaje creativo haga su camino libremente -por lo menos en unas cuantas instancias-… y apagar la mente que juzga y prejuzga, y que te limita, porque eso va en contra del hecho artístico. Son dos fuerzas a tener en cuenta, sin dejar a ninguna de lado, y meterse en ese viaje de la composición. El rock libre es esa etiqueta que encontramos para no limitarnos con nada.

-¿Cuáles consideran que han sido los hitos que, a lo largo de estos ocho años, los federalizado?

-Damos como año iniciático de El Plan el 2009, que fue cuando conocemos a Julián, el baterista, y dijimos ‘bueno, armemos una banda’. Antes veníamos jugando con la idea, pero era algo embrionario, no era un proyecto. A partir de ahí, nos alineamos en esa idea. El 2011 sacamos el primer disco. Las cosas que fueron pasando fueron paso a paso. Hubo pequeños momentos, que nos fueron ayudando mucho: cuando salimos de Necochea y vinimos a tocar a La Plata, Capital, y nos venían a ver, en principio, los necochenses; y después poco a poco fuimos conectando con otras personas. También fue importante el hecho de grabar discos, eso hace que se puedan escuchar los temas y que no sean solo en el vivo; igual que los videos. También el tocar en los festivales. Todo ayuda y es parte de un proceso que va teniendo su propio ritmo. Nos interesa y nos gusta conectar con nuevas personas, por eso nos gusta viajar a dónde hay público esperándonos, y otros en los que no hay, como fue en Europa: fue muy buena experiencia, súper interesante, tocamos en lugares tomados, en festivales con mucha posición; nos encontramos con un lugar con muchas posibilidades de toque, que estuvo bueno, anduvimos de gira en una camioneta durante un mes, fue una experiencia muy positiva que esperamos poder repetir el año que viene.

-¿Cómo piensan el futuro? ¿Lo piensan?

-Siempre imaginamos muchas cosas, y también a través de eso, creemos que se va creando la realidad: a través de pensar y pulsar con el pensamiento se pueden crear algunas cosas; o es parte también de lo que influye en el futuro. Muchas cosas las soñamos y las seguimos soñando. Algunas también nos sorprenden, por supuesto, no es que todo lo que se nos da ya lo soñamos. Y por suerte es así.

¿Cómo manejan la convivencia artística entre los cinco hermanos?

- No lo elegimos y se dio así, estábamos en casa, improvisando, y de repente habíamos hecho un par de temas. Y dijimos toquemos, porque habían venido algunos amigos, fuimos a un bar, después a otro, grabamos un disco y fuimos aprendiendo en el camino. Fue un regalo y lo disfrutamos mucho. De conectar entre hermanos. Creo que hay una sintonía fina que tiene que ver con tener una misma sensibilidad artística que nos ayuda a encontrarnos en la música. Eso lo vivimos como un regalo, como algo importante. Las tensiones y las emociones siempre son un desafío, más allá de la hermandad o la no hermandad. Para nosotros el amor incondicional y esa confianza nos da una fuerza que disfrutamos llevar adelante. Y la vivimos como un agradecimiento.

-La Plata siempre los ha recibido bien, ¿sienten una especie de localía con nuestra ciudad?

-Tenemos una relación muy positiva con La Plata que nos motiva mucho, y nos gusta, y disfrutamos de eso. Fue la primera ciudad que nos recibió y en la que empezamos a sentir como una localía, tocamos en muchos lugares. Hay mucha gente del interior, creo que eso ayuda también. Se fue dando de esa manera y estamos agradecidos. Y es algo muy copado volver, y siempre se llena a pleno. Principalmente, tenemos agradecimiento. La Plata tiene esa característica propia, por el hecho de estar llena del estudiantes, que sueltan el peso de ser quienes eran en el pueblo, y se lanzan a la aventura de reinventarse, de transformarse y de ver quién quieren ser en el futuro; pero a su vez es ahí, ahora, viviendo con su transformación. Lo disfrutamos mucho.