Pinturitas

Tecnología OLED, las pantallas ultradelgadas y muchos elementos de diseño son las tres grandes tendencias que mostró la feria de electrónica IFA este año en el campo de los televisores.

El modelo Bild 9 de Loewe es, de hecho, casi más escultura que televisor. La pantalla ultradelgada, con sólo siete milímetros, cuelga de un armazón geométrico de acero hecho a mano en color dorado o plateado.

La pequeña barra de sonido integrada sólo se ve cuando el Bild 9 está encendido. En ese momento la pantalla de alto contraste (HDR/Dolby Vision) se eleva ligeramente para dejar visible el altavoz. Los diodos orgánicos de emisión de luz (OLED) de la pantalla generan colores intensos y un negro absoluto cuando no están activados. Con un tamaño de 55 pulgadas, el aparato, cubierto de tela en la parte posterior para que no se vean los cables y conexiones, se vende por 8.000 euros, y por 10.000 el de 65 pulgadas.

El televisor Beovision Eclipse, de Bang & Olufsen, ha sido diseñado en colaboración con LG, que es el fabricante de casi todas las pantallas OLED. La gran barra de sonido recubierta de tela de colores o de una rejilla de aluminio, que destaca en la parte inferior de la estructura por delante de la fina pantalla, muestra el gran peso que la firma danesa da al sonido.

En la barra de sonido hay un sistema de tres canales con 450 vatios.

Una característica extraordinaria de este televisor es el pie motorizado mediante el cual se puede mover de un lado al otro de la habitación como un robot mediante un mando a distancia.

También puede ser colgado de una estructura de pared (opcionalmente también motorizada). La versión de 55 pulgadas cuesta 9.120 euros y por la de 65 pulgadas hay que desembolsar al menos 12.820 euros.

Por su parte, el concepto del televisor como cuadro y decoración de la pared define el modelo Frame de Samsung. Cuando el televisor esté apagado, puede mostrar la obra de arte favorita del usuario o fotografías personales en la pared con un marco, de ahí el nombre de “frame” (marco, en inglés). Un elemento original es un sensor de movimiento que apaga la pantalla cuando no hay nadie en la habitación y la vuelve a encender cuando alguien entra.

Los marcos de los televisores disponibles en 43, 55 o 65 pulgadas con resolución UHD (a partir de 1.700 euros) pueden ser de madera o metal de distintos colores y cuestan unos 200 euros. Se puede comprar asimismo un pie en forma de trípode para colocar el televisor.

Philips apuesta por su parte por un diseño mediante la luz: el modelo Ambilight, que proyecta desde la parte posterior del televisor luces LED en la pared, se adapta en luminosidad e intensidad a las imágenes que se ven en ese momento. Se supone que eso ayuda a crear una atmósfera cómoda y a descansar la vista.

En la nueva versión 55POS9002 de la serie Ambilight, la pantalla OLED extremadamente delgada subraya el efecto óptico de ligereza del aparato. Tiene resolución UHD y alto contraste (HDR10/HLG). El precio es de 2.500 euros.