“Luna”: una fantasmal historia de amor en la sangrienta Sicilia

En 1992 la mafia siciliana secuestó a un chico de 11 años, Giuseppe Di Matteo, el hijo de un “arrepentido” de la organización criminal: lo mantuvo cautivo durante 779 días, hasta que lo estranguló y lo disolvió en ácido.

La historia fue tran brutal para los italianos que cuando conocieron el desenlace, los cineastas Fabio Grassadonia y Antonio Piazza, que traen a los cines locales “Luna: una fábula siciliana” el jueves, se mudaron de Palermo, donde estudiaban. “La historia cerró del peor modo posible aquellos años, la historia de este chico es demasiado dolorosa, demasiado horrorosa... es inaceptable. Fue suficiente”, cuenta hoy Grassadonia, de reciente paso por Argentina para presentar el filme en el Festival de Mar del Plata.

Pero, fantasmal, el hecho los siguió. “En los años posteriores pensamos a menudo en la historia, se convirtió en una obsesión. Pero siempre pensamos que si teníamos que contar la historia, teníamos que contarla de otro modo: no podíamos narrarla desde el realismo, porque esta historia es puro horror, sin redención posible para nadie. Y nuestro modo de narrar siempre está conectado con la posibilidad extraña de la esperanza, de la redención: puede ocurrir algo milagroso en un encuentro entre dos personas, y eso abre la más imposible de las posibilidades”, explica Grassadonia en diálogo con EL DIA: así nació “Luna”, que relata a través de la mirada de una joven enamorada de su compañero de clase, Giuseppe, la trágica historia, buscando una resolución posible y enmarcada en una atmósfera que juega entre el horror atmosférico y el cuento de hadas.

La idea de convertir la historia de Giuseppe en un cuento de amor que ofrezca la posibilidad de la esperanza surgió cuando, tras años de obsesionarse con el tema, los directores leyeron una historia de Marco Mancassola: el escritor eligió cinco de las historias más terribles que ocurrieron en la historia reciente de Italia, historias sin redención posible, y las reunió en un libro, y allí incluyó la historia de Giuseppe Di Matteo, “Un caballero blanco”, contada desde la perspectiva de una compañera de colegio enamorada.

EL GIRO FANTÁSTICO

“Marco, sin traicionar el hecho real, el significado moral de ese evento, traía un elemento fantástico, y así consiguió dar redención al menos a la víctima”, explica Fabio sobre el cuento que sería el puntapié inicial del filme: si bien la historia de la cinta terminaría divergiendo del cuento, allí estaba la semilla de Luna, compañera de clase enamorada del joven desaparecido que se rebela contra el pacto de silencio y confabulación que la rodea y, para encontrarlo, desciende a un mundo oscuro que lo ha devorado, donde hay un lago y una entrada misteriosa.

Narrar la historia desde la perspectiva de Luna permitió a los cineastas “contar algo distinto de Sicilia”, algo diferente a las tradicionales historias sobre la mafia y la violencia que proliferan en el cine realista del país de la bota, “sin traicionar lo que realmente pasó”. Y también habilitó el ingreso de la fantasía, de la perspectiva esperanzada pero subjetiva de la protagonista: “Nosotros trabajamos dentro de los géneros, pero experimentando con los géneros”, explica Grassadonia sobre la decisión que llevó a decenas de críticos en Italia a criticar el filme por una supuesta banalización del caso (“son críticos de tradición realista, marxista”, se queja el director), pero que se convirtió en un hit sorpresa gracias al empuje de la audiencia juvenil: “Es una historia de Romeo y Julieta, con una puesta en escena completamente diferente a lo tradicional en Italia: claro que le puede gustar a los más jóvenes”.

A través de la mirada de Luna se filtran los elementos fantasmales de este oscuro cuento de hadas, un trabajo con el sonido y el fuera de escena que provoca la paulatina intrusión de lo invisible, lo innominable, en el campo de lo “real”, de lo visible, “empujando a la audiencia en un viaje emocional, una experiencia sensorial”.

HISTORIA LOCAL

“Es una historia local, pero es también una historia sobre lo que tenemos que hacer para preservar nuestras vidas y nuestro planeta”, explica Grassadonia sobre el filme, que muestra como “en Sicilia como en muchos lugares hay mucha belleza, mucho potencial... pero algo salió mal en algún punto, y el ser humano comenzó a destruir su tierra hasta el punto en el cual estamos ahora”.

“La pregunta es como encontrar la posibilidad de un renacimiento para la isla y para todos: creemos que nuevas generaciones están creciendo en un terreno baldío. Y son víctimas, son inocentes. La generación de sus padres y abuelos destruyó todo, así que tenemos que encontrar una posibilidad para el futuro”, agrega con poca esperanza porque “estamos rodeados por Putin y el estado islámico, y hay un hombre loco como presidente en Estados Unidos”.

“Hay que encontrar un modo de reconciliar al hombre con la belleza, porque uno de los frutos de esta dictadura de la mafia en Sicilia es que ese poder destruyó la belleza: tenían que crear un mundo de agonía para gobernar”, explica el realizador de “Salvo”, y esta cinta busca poner en escena esa esperanza sutil, esa redención que se les escapaba antes a los directores, aunque sea a nivel individual. “Ya no creemos en la posibilidad de regeneración social, porque somos demasiado viejos. Pero sí creemos que un encuentro entre dos seres humanos puede cambiar su vida”, afirma Grassadonia. “El amor es para nosotros la posibilidad de mostrar cómo dos seres humanos pueden estar profundamente conectados, y cómo pueden proteger esa conexión del resto del mundo, más aún cuando el resto del mundo quiere separarte”.

“ Es una historia de Romeo y Julieta, con una puesta en escena completamente diferente a lo tradicional ” - Fabio Grassadonia, director de "Luna"