El básquet platense dio un paso al frente

Más allá del resultado, que otra vez lo consagró a Unión Vecinal por sobre Atenas como campeón de la temporada, de las figuras que emergieron, de los triples, rebotes, asistencias o cualquier otra estadística, la Súper Final jugada ayer en el Polideportivo Víctor Nethol de Gimnasia dejó un claro mensaje: el básquet platense goza de muy buena salud.

Es que lo que se vivió en el encuentro cúlmine, fue una verdadera fiesta, con un estadio colmado, el color de dos hinchadas que alentaron en todo momento y un respeto por el otro que es la envidia de otros deportes. El clásico de barrio se dirimió adentro de la cancha, mientras que afuera no existió ningún tipo de problema: unos festejaron con su gente la victoria y otros aplaudieron, reconocieron la derrota y marcharon en paz.

Los equipos que llegaron a la Súper Final, viejos conocidos, merecen también su valoración ya que siempre son garantía de buenos espectáculos. Unión sigue consolidando su estirpe de campeón y, más allá de su promedio de edad, disputa cada bola con la voracidad de un plantel que va por su primera corona. El Amarillo tiene muchas, pero sus intérpretes están tan identificados con el club que dejan la piel en la cancha.

Del otro lado Atenas, un conjunto que ya hace dos años demuestra un notable presente pero que tiene por delante un futuro aún mejor. Plagado de talento joven y bajo la conducción de Oscar Remaggi, los de calle 13 tienen todo por ganar. Y los partidos como el de anoche, a los que se está acostumbrando a jugar, y más allá de la caída, le sirven de aprendizaje y formación para sus chicos.

Tribunas llenas y sin violencia, dos aguerridos rivales, pero fieles competidores que ponen todo en la cancha pero sin provocar al otro, y una organización que se encargó de que el deporte viva una gran noche, fueron el combo perfecto para despedir un 2017 en el que la APdeB y el básquet local, dieron un paso al frente. Al igual que los clubes y la gente.