La Plata tiene ritmo… verde amarelo

POR: Ana Laura Esperança

historiasplatenses@gmail.com

Hace por lo menos diez años que La Plata tiene seguidores de música brasilera. Un fenómeno que creció gracias al trabajo de músicos y gestores culturales enamorados de la primera hora de estos géneros. Rodas de samba y choro, peñas de forró y batucadas en plazas o clubes, conforman una propuesta que funciona todo el año aunque brilla más en verano, cuando el calor aviva la escena y uno puede sentir que hace pie en un mini Brasil. Sin praia, ni milho ni cachorro quente pero con aroma a tilo y la misma pasión por la música que se vive en esa gran superficie verde entre la Amazonia y el océano Atlántico.

“La Plata es muy rica musicalmente”, dice Guillermina Doyhenard (37), profe de guitarra y cantante. “Hay música peruana, colombiana, mil comparsas de candombe y mil estilos de música brasilera”. Y es cierto: la música latinoamericana tiene nicho y músicos profesionales que ponen a bailar a un público local amante y gozador.

Guillermina, que adora el portugués, tiene amplio background en música brasilera: tocó el pandeiro y cantó en el Club de samba & Choro de La Plata, tocó el xéquere en un bloco de maracatú y actualmente participa de varios proyectos musicales: en Arrasta Pés, banda de forró, toca el triángulo; en Batendo a porta, un trío de samba antiguo y choro, toca el pandeiro; en Já Preto, un cuarteto de samba, toca pandeiro y tamborín. Y en todos, además, canta. También tiene un dúo de música uruguaya y brasilera.

“A Brasil voy todos los años”, dice desde Uruguay. Ésta vez para aprovechar un feriado, pero, en general, cuando viaja también toca. “A los brasileros les encanta que hagas su música. Cuando voy y tocamos se fascinan”.

INVENTARIO MUSICAL

¿Se puede definir de forma simple el samba, el choro, el forró? Para empezar, muchos estilos brasileros tienen raíces negras. El samba nació a principios del siglo XX con Pelo telefone, tema de autoría disputada que se compuso colectivamente. El choro, en cambio, asomó a fines del siglo XIX y es considerado primer estilo típico de Brasil. Sus instrumentos son cavaquinho, mandolina, flauta y pandeiro, y suena nostálgico o “lloroso”, de ahí el nombre. Quizá sea una especie de fado brasileño más saltarín. Uno de sus principales creadores, Pixinguinha, compuso el famoso choro .

Del forró, popular danza y música brasilera, se dice que se originó en las fiestas de los ingenios ingleses del Nordeste brasilero que organizaban los terratenientes británicos para toda la comunidad. En esas fiestas, un cartel con la leyenda For All –“para todos”, en inglés–recibía al público. Al pronunciar mal esas palabras, los nordestinos habrían creado el nombre forró para referirse a la danza cuerpo a cuerpo que allí bailaban.

SINTONIZANDO BRASIL

Para describirlo mejor habría que escuchar voces expertas. En La Plata, además de rodas de samba y forró, hay programas radiales cuya temática son estos géneros y su resabio cultural.

Es jueves y en Radionauta FM 106.3 está por arrancar el anteúltimo programa de Batuque no ar, un espacio dedicado al samba y al choro. A las seis de la tarde en punto, cavaquinho, cuica, tamborín y la voz líquida de la cantante Ana Cristina abren la sesión con un samba clásico. Después, Alejo y Guilherme, los conductores, hablarán de Dorival Caymmi, compositor esencial y gran figura brasilera. Nos enteramos así de que en sus canciones Caymmi describía la playa; que fue uno de los compositores más grabados del país; que compuso exquisiteces como el bossa Rosa Morena; que creció en Salvador de Bahía, tierra marcada por la esclavitud. También nos enteramos de cómo surgió este programa radial que estrenó su primer año al aire.

“Batuque no ar fue una extensión de las actividades del Club de samba y choro de La Plata”, cuenta Alejo Quiroga (29), quien además es uno de los mentores del Club, que a la sazón se creó para reunirse en torno a la música brasilera. “Buscamos difundir contenidos que en el contexto de una roda (así llaman a los músicos de samba que se forman en círculo a tocar y cantar) no son fáciles de pasar”, dice. Se refiere a la historia de esta música, sus compositores y los contextos sociales, culturales y políticos que les han dado sentido. Acaso una obra musical también sea un documento histórico, la estética viva de una época. Para Alejo, el programa es un recreo porque además de realizar una función comunicacional, el hecho de desmenuzar la música hasta su raíz le genera gran satisfacción.

“A los brasileros les encanta que hagas su música. Cuando tocamos allá, se fascinan”

Guillermina Doyhenard,
Profesora de guitarra y cantante

“Estamos viviendo nuestro objetivo, hemos organizado fechas y actividades que energética y musicalmente fueron impresionantes”, dice con voz calma, ahora refiriéndose al Club. La organización es una especie de usina: es a ellos a quienes contactan desde Rio de Janeiro y otras ciudades brasileras para tocar en La Plata. Así, gestionaron shows con músicos como Rogerio Souza, Pedro Miranda, Mestre Siqueira y Ana Paula Da Silva, todos artistas conocidos entre los frecuentadores de las rodas. Alejo dice que en La Plata viven muchos brasileros, así que para ellos el desarraigo se desdibuja gracias a los espacios de encuentro que promueve El Club.

Guillermina también habla de la comunidad brasilera en La Plata. “Es impresionante cómo les impacta para bien que hagamos su música”, dice. Por otro lado, cuando sus amigos brasileros vienen de visita a La Plata, Guillermina sabe que preferirán espectáculos de música brasilera a ir a ver milonga o folclore. Los martes pueden ver a Carinhosos (popular banda de samba de La Plata que monta ciclos multitudinarios), a la roda de Deixa pra lá, o al forró los domingos. “La flashean”, describe.

ABRIRSE CAMINO

Lucía Garrote (32) hace un corte en su agenda de fin de año para charlar un rato. Una agenda con mucho ritmo de forró. Cada domingo enseña a bailarlo mientras músicos en vivo tocan acordeón, triángulo y zambumba -instrumentos típicos del género- y los parroquianos prueban pasos de baile.

Su flechazo con el forró empezó por casualidad, como casi todas las cosas importantes, cuando en 2012 visitó a un amigo de San Pablo que la invitó a un festival. Después de 14 horas en auto por autopistas rodeadas de exuberante vegetación, llegaron a destino: se trataba del Festival Nacional de Forró de Vila Itaúnas, en el estado de Espirito Santo.

“Me enamoré del forró en ese lugar mágico, que es la cuna, donde todo forrozeiro se bautiza”. Después de ese viaje empezó su trabajo hormiga. Investigando supo de la banda de forró Puro Dendé, a cargo de un brasilero que vivía en La Plata, pero que era difícil de ubicar. Mientras iniciaba su faena para popularizarlo, cada verano y cada invierno viajaba a Brasil siempre atrás del forró. También iba a Buenos Aires y pasaba la noche en hostels para poder bailar.

“Estamos cumpliendo nuestro objetivo con múltiples actividades”

Alejo Quiroga,
Club d samba y choro de La Plata

Pasó un tiempo y se enteró que había una nueva banda de forró en la ciudad: los Arrasta Pés. Se contactaron y fueron uniendo espacios. La gente empezó a conocerlos en fiestas conjuntas donde ellos tocaban, y Lucía enseñaba a bailar forró. Al principio era raro porque la gente estaba más acostumbrada a escuchar que a lanzarse a la pista y ser parte del show, pero se fueron enganchando.

Hoy Lucía, que también se dedica a la música, forma parte de la banda de forró Hierba rastrera, y recientemente congregó músicos y armó su proyecto personal: Lu Garrote y los hijos del rigor. Hacen típico forró en portugués y también composiciones propias en español, el toque novedoso.

TANGO & SAMBA

Charly García volvía visible lo invisible cuando cantaba la alegría no es solo brasilera. Con ojo agudo para llegar a la médula criolla, García marcaba, como buen gurú, el camino. En sólo una frase hablaba del brasilero y la festividad de su pueblo, pese a una pobreza y conflicto social eternos. Y también, desde las sombras, hablaba del argentino: su inconformismo y contradicciones; la hermosura húmeda de la pampa, la melancolía porteña. Pero, sobre todo, su frase mundana registraba los márgenes de amor y odio que fraguan una relación siempre bipolar entre Argentina y Brasil.

En 1966 el brasileño Jorge Amado publicó Doña Flor y sus dos maridos, una novela costumbrista e hilarante ambientada en Salvador de Bahía y embellecida con las artes culinarias de esa ciudad. Más allá del argumento, –la viuda Doña Flor vuelta a casar con un apacible cuarentón, muy distinto de su travieso y mujeriego primer marido–, en la narración aparece una y otra vez como escenario lateral el tango argentino.

Allá iban los bahianos a recrearse. Algo que suponía no sólo el disfrute de una moda sino también una demostración de estatus. Salvando las distancias, si a mediados del siglo pasado el tango invadía como una fiebre pálida las calles ardientes de Salvador, puede decirse que hoy la música brasilera suma fiesta a los inviernos platenses. ¿Por qué tendremos tantas “rodas de samba”, bandas de forró, bossa nova y choro, batucadas, talleres de maracatú o coco?

“No es un público estático que mira; participa en la danza; hay comunicación ”

Lucía Garrote,
Profesora de forró

“Creo que el forró pega porque es amor, contacto, unión”, dice Lucía. Es que el forró es música pero también movimiento y cuerpo: “La idiosincrasia del forró es la danza”, aclara y agrega que el público entra al forró desde el baile. “No es un público estático que mira; participa en la danza y eso genera mucha comunicación entre músicos y bailarines”.

“Con el forró se hizo un trabajo inmenso”, dice Guillermina, “creció muchísimo”. Hace poco, ella y su banda Arrasta Pés, participaron del segundo Encuentro de Acordeonistas del Rio de Plata en la Estación Provincial del barrio Meridiano V. Junto a los 90 fuelles que se acercaron a festejar por las calles del barrio, Arrasta pés compartió escenario con músicos como Alejandro Franov, el chaqueño Lucas Monzón y la acordeonista francesa Isabella Bazin.

Para Alejo, el crecimiento de la música brasilera en La Plata es parte del desarrollo de muchos géneros musicales y cree que tiene que ver con la calidad de músicos que produce la Facultad de Bellas Artes. “El candombe uruguayo tiene muchos años de desarrollo en la ciudad, existen muchas comparsas. También la música cubana con bandas de rumba y salsa, y la música peruana”, describe. “Respecto de la música brasilera, creció tanto que hasta escuché decir en boca de brasileros que La Plata es un pedacito de Brasil”. ¿Será así? Bienvenidos al verano, saravá.