Dejó los escándalos y se amparó en el 2x4

La bailarina y ex vedette Andrea Ghidone estrenó su nuevo espectáculo “Madame Tango”, en el que narra una historia a través de canciones que como capítulos plantean distintas situaciones presentes en la vida de todos los individuos, en la sala porteña Casa Rock, de Juan B. Justo 1477.

En esta travesía, que se extenderá con funciones hasta marzo, Ghidone se pone en la piel de Madame y plantea un show que se envuelve en el tango, que escapa de las convenciones y que no separa la danza de la expresión corporal, ni la melodía del relato de lo que sucede.

“En las canciones hay mensajes para hombres y mujeres que tienen que ver con situaciones que nos suceden a todos en algún momento como sufrir por amor o la pérdida de algún familiar querido”, enumera Ghidone.

Y en la misma línea, añade: “No hay ritmo que se le iguale al tango, te lleva por diferentes estadíos que no tienen que ver con otros ritmos como la salsa. Atraviesa la locura, la traición, la muerte, el amor, nace la vida... Tiene la posibilidad de ir acompañando situaciones de vida que vas transitando”.

La uruguaya, que en las actividades de su rutina diaria se define como “todoterreno” promete develar sobre el escenario -que compartirá junto a doce bailarines- su “costado más dulce y femenino”, afirma la también panelista de “Implacables”.

Es, dicha característica, también un punto de coincidencia con el rol de la mujer tanguera, que define como “una mujer muy femenina en su ropa pero con un gran porcentaje masculino, una característica de la tanguera que tenía que hacerle frente a esos hombres”.

Las distintas situaciones que a lo largo de la obra serán atravesadas por el tango, encontrarán el límite del dramatismo en la voz del narrador Alejandro Dambrosio que a dúo con el bandoneonista Leonel Gasso recrearán idas y vueltas.

Como un anticipo de esta nueva puesta, Ghidone cuenta que “transcurre en un cabaret de los años 30, donde se van relatando a través de canciones, algunos momentos de Madame en ese lugar, situaciones del espacio e historias que sucedieron en esas épocas”.

Este es el cuarto texto (escribió uno para cine, otro para musical y dos en formato integral) que la bailarina escribe y en esta ocasión lo lleva de la mano de Ignacio González Cano a un espacio que permite un encuentro más íntimo, con orquesta en vivo.

-¿En qué sentido esta propuesta rompe con el género clásico del tango?

-Se trata de no buscar un formato for export en donde se cante y baile. Les doy la bienvenida a la sala y los llevo a mi mundo a través de una ventana donde veo transcurrir el tiempo y suelo verme a mí misma. Cuento cosas que le van pasando a esta “Madame” y que fueron pasando en el tiempo, con canciones de Piazzolla que es a quien adjudicamos el gran quiebre del tango porque en sus melodías los bailarines encontramos espacio para contar.

-¿Cómo fue esta profundización en el tango?

-Mi vínculo con el tango comenzó desde muy chica. Gracias a él me di cuenta de que disfrutaba ver a mis padres abrazados. Veía bailar a toda la gente y eso hizo que no tuviera miedo de bailarlo. Cuando te empapás en esto es increíble e inabarcable, hace siete años que tomo clases y todavía sigo aprendiendo, tiene un grado de complejidad profesional muy difícil. Y mejora a las personas, uno se encuentra en milongas con gente de 20 años como de 80, no existe la diferencia y son todos muy felices bailando algo que es nuestro.

-¿Cuál es la génesis de “Madame Tango”?

-Es una idea original mía. Hace tres años que nació esta cuestión de plasmar en un papel cosas que tienen que ver con historias comunes, como una suerte de investigación en la que me di cuenta de que muchos, sin importar la clase social y la educación, vivimos cosas y en menor o mayor escala las repetimos sin tener idea para qué. Por ahí va el mensaje final de “Madame Tango”. Empecé a explorar inconscientemente y lo testeé con familia y amigos sin darme cuenta de que era también algo mío.

-¿Qué pasó con la comedia?

-Transcurrió a lo largo de mi carrera, desde los 12 años, la gimnasia artística me dio flexibilidad, después fue el teatro de revistas e hice comedia, una va sumando elementos. Este espectáculo es integral, quienes hacemos “Madame Tango” no somos individuos de un solo rol, bailamos y hacemos un minimusical. Por ahí va la comedia de Andrea.

-Este proyecto presenta una Ghidone alejada de lo mediático, ¿es una búsqueda?

-A mí me divierte mucho lo mediático siempre y cuando no sea ofensivo, es algo que intento tomarlo con humor. No es que a partir de ahora no participe y no opine más de nadie. Todos cambiamos, las cosas y los modelos se van mejorando, siempre voy mejorando mi propia versión. Hoy trato de informarme sobre las dos campanas. No es que no exista más esa Andrea mediática pero sí estoy más tranquila y más callada. La verdad es que no tengo mucho tiempo. Es la primera vez que llevo adelante integralmente un producto con contenido propio.

-¿Cómo cambió tu rutina con este nuevo proyecto de teatro?

-Antes mi preocupación era llegar al teatro y que me marcaran lo que tenía que hacer y hoy estoy en todos los detalles, en el vestuario, las luces, el aroma, la letra. Para mí es un montón, lleva muchísimas horas por día. También soy mamá e hija, soy jefa de familia y a veces mujer, porque uno en el medio de todas esas actividades tiene un rol muy masculino, pero arriba del escenario sale mi costado más dulce y femenino que tengo; soy todo terreno.

-¿Te gustaría volver al “Bailando”?

-Soy bailarina, a mí me encanta y me parece que tengo mucho más para dar, sería muy disfrutable. Cuando me llamen estaré siempre y cuando cierre con todo lo que tenga que cerrar, porque una programa pero es un lugar donde uno puede lucir lo que sabe. No sé si lo hará en 2018 pero ojalá que sí porque a la gente le gusta verlo y reír con él. ‘Bailando’ fue un puntal importante para que las mujeres dijeran lo que no les parecía bien en un momento de toma de conciencia con respecto a la violencia de género. Si alguien se negaba a vestirse de una manera, nadie te obligaba. Antes eso vendía y cuando se dejó de hacer, el show siguió midiendo igual. Pero lo más lindo que tengo es lo interno, y es esa Andrea que escribe.