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Subió casi 9 % la cantidad de mujeres detenidas en cárceles de la Provincia

Son 1.346 y están alojadas en 12 unidades penitenciarias distribuidas en todo el territorio bonaerense. Más de la mitad son procesadas sin condena. Y el delito con mayor incidencia es la venta de droga al menudeo

Subió casi 9 % la cantidad de mujeres detenidas en cárceles de la Provincia
17 de Diciembre de 2017 | 03:39
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En los últimos 12 meses creció casi 9 % la cantidad de mujeres detenidas en unidades penitenciarias bonaerenses, donde las procesadas prevalecen sobre las que tienen condena, como también sucede en las cárceles de varones.

Según la información suministrada por el ministerio de Justicia de la Provincia, al 14 de diciembre de este año había 1.346 internas distribuidas en las 12 unidades penitenciarias que alojan mujeres, 778 de la cuales están procesadas y 568 recibieron sentencia en un juicio.

Por otro lado, hay 363 que accedieron a un arresto domiciliario con monitoreo electrónico.

El relevamiento oficial detalló que para la misma fecha del año pasado las detenidas eran 1.241, con una diferencia más pronunciada entre procesadas y penadas: 774 y 467, respectivamente. Con monitoreo electrónico eran 287 al 14 de diciembre de 2016.

Lo que se mantiene prácticamente inalterable es el porcentaje en relación con las modalidades delictivas por las que están detenidas.

Según la cartera de Justicia, el 31 % de la población carcelaria femenina está procesada por infracción a la ley de estupefacientes (Ley N° 23.737); seguida del 26 % por robo y 21 % por homicidios.

Aunque las crónicas periodísticas acompañen a la percepción policial y judicial de que hay una presencia más activa de las mujeres en los delitos contra la propiedad, los números, por lo menos en la Región, reflejan lo contrario.

En 2015 fueron 322 adultas y 102 menores las mujeres detenidas por distintos delitos en La Plata, Berisso y Ensenada, mientras que este año fueron 286 mayores y 55 menores, según cifras oficiales que no reportaron estadísticas de 2016.

En La Plata, Berisso y Ensenada 55 mujeres fueron detenidas este año por hurtos y asaltos

Haciendo foco específicamente en los delitos contra la propiedad por asaltos detuvieron en 2017 a 16 mujeres (5 de ellas menores), mientras que en 2015 fueron 24 (8 menores).

Por “hurto”, las detenidas en 2015 fueron 64 (12 de menos de 18 años) y 39 las de este año (entre ellas 5 menores).

En definitiva, de estas cifras se desprende que los delitos contra la propiedad representan alrededor del 20 por ciento en las causas abiertas contra mujeres en la Región.

“COIMPUTADAS CON VARONES”

Laureana Malacalza es historiadora, docente universitaria y Coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires y refiere que el trabajo etnográfico en cárceles confirma que “el porcentaje de mujeres criminalizadas por delitos contra la propiedad se mantiene entre el 20 y 25%”.

Ese porcentaje está integrado, en su mayoría, por “mujeres que actúan en bandas y están coimputadas con varones”, lo que les genera, explica, “mucha dificultad para acceder a la Justicia, porque esas causas suelen iniciarse en conjunto, los varones son más activos en presentaciones judiciales o las mujeres no tienen patrocinio privado y se mantienen encarceladas más tiempo”.

La especialista pone la lupa en el “impacto de todas las instancias de criminalización por delitos de narcotráfico en mujeres, porque con el aumento creciente de la extensión de las redes de organización criminal” ellas “ocupan un lugar fundamental en la venta al menudeo”.

Según detalla, “la política de guerra contra el narcotráfico declarada por el gobierno nacional y, antes del 2015, la política de desfederalización en materia de estupefacientes tuvo un impacto enorme” en esta problemática, ya que “a medida que las redes criminales van coptando distintos territorios, las mujeres entran en estos circuitos de venta para el narcomenudeo”. En este punto menciona la suba en la cantidad de transexuales imputadas por supuesta tenencia y venta de droga en la calle.

Los números oficiales, de nuevo, respaldan estas observaciones. Solamente entre agosto y octubre detuvieron a 19 travestis en la llamada “zona roja” platense, con un secuestro de 604 gramos de cocaína repartidos en dosis para narcomenudeo.

En octubre fue noticia la captura de una joven transexual conocida como “la abogada” -estudia esa carrera en la Universidad de La Plata- sospechada de “organizar la venta de droga” en el barrio El Mondongo usando como pantalla dos comercios ubicados en inmediaciones de Plaza Italia.

En los cinco allanamientos que se hicieron por esta causa secuestraron más de tres kilos de droga y detuvieron, además, a otras dos personas.

“UNA LUPA DE LA SOCIEDAD”

El psiquiatra forense Enrique De Rosa sostiene que, tomando el ámbito de la marginalidad delictiva, “hasta los roles de sexualidad y género están muy difusos”, por lo que “se entiende que sea hasta lógico que los antiguos roles de hombres en posturas agresivas versus mujeres en posturas de segundo plano también se borren”.

“El tema central es que los roles de género y sexualidad han cambiado totalmente”, lo que se transfiere a “las modalidades sociales y las organizaciones del delito”, asegura De Rosa, convencido de que “hoy puede parecer perfectamente válido que una mujer regentee una red de trata o de prostitución y no un hombre y que esto sea visto como normal, cuando antes era un rol casi exclusivo del llamado cafisho”.

En los casos más resonantes de rescate de mujeres por trata sexual se advierte que los lugares allanados suelen estar regenteados por otras mujeres, en un fenómeno que se repite en todo el país.

“A medida que las redes criminales van coptando territorios, las mujeres entran en circuitos de narcomenudeo”

Laureana Malacalza
Historiadora y docente universitaria

 

“Cambió la sociedad, pero en lo delictivo cambió todavía más, porque tiene que ver con los roles de dominante o no, o de posible o no, o de admitido o no”, insiste De Rosa, para quien las Clyde Barrow (considerada junto a Bonnie Parker “enemigos públicos” de Estados Unidos entre 1931 y 1934) eran “la excepción a la regla”.

Avanzando en esta línea, el psiquiatra forense refiere que hasta no hace mucho las mujeres solían ocupar un “segundo rol” en las bandas delictivas, encargadas de “mantener el aguantadero, ocuparse de las provisiones, o del cuidado de un herido”.

El sociólogo Enrique Fernández Conti es contundente al decir que “hay delitos que tienen que ver con formas del desarrollo social y del capitalismo, como los delitos financieros, que adquieren volumen en determinado momento o desarrollo social o económico”, lo que se refleja hoy en los delitos de género.

“Durante mucho tiempo el pensamiento patriarcal aceptó que se pudiera ejercer violencia contra la mujer, algo que hoy no sólo se critica y condena, sino que en nuestro país hay una figura jurídica que agravó a esos homicidios como femicidios”.

En el delito, amplía Fernández Conti, “hay una asociación directa con cambios en la evolución de la sociedad, que piensa la cuestión desde otra perspectiva”.

De Rosa considera, por su lado, que “el delito es una lupa interesante de lo que pasa en la sociedad”.

CONDENAS ASOCIADAS AL ROL DE MADRE

Laureana Malacalza hace hincapié en un número que representa entre 2 y 3% de la estadística total, ligado con mujeres procesadas por delitos vinculados al abuso sexual o la muerte de sus hijos.

“Aunque no parezca signiticativo es un dato muy interesante en términos de análisis de la criminalización de las mujeres en su concepción de malas madres, por no haber evitado que esos delitos los cometieran, normalmente, sus parejas o ex parejas varones”, comenta.

La especialista considera que en estas historias “la condena criminal se asocia a no haber cumplido con un rol de madre protectora y no haber evitado que esos delitos se cometieran”.

Eso fue lo que pasó el 28 de octubre de 2015, cuando Maridza Bejarano, oriunda de la zona de Potosí, Bolivia, fue sentenciada por una golpiza brutal que recibió su hijo, hoy de 5 años. El Tribunal Oral N°2 de La Plata la encontró culpable junto a su marido, Paulino Ortega Villa, autor material de esa golpiza.

Los jueces la condenaron por no defender a Elías. “El coraje que demostró para huir de su hogar no fue el mismo coraje que tuvo al momento de evitar que su pequeño hijo fuera víctima de las graves lesiones”, sentenciaron. Un año después Maridza fue absuelta por la Sala IV de Casación provincial, con un fallo que criticó fuertemente a la condena original.

 

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