Alemán habla el idioma del juego

Juega bien el uruguayo Brahian Alemán. No es de la estirpe de los cracks de época. No es un Alberto Beltrán. Está a años luz del Maestro carlos Della Savia. Seguramente no tenga la elegancia de Roberto Depietri ni el panorama de Charly Carrió. Sin embargo, en estos tiempos de potreros flacos, la gambeta para adelante, la globa bajo la suela (aunque más no sea un instante) y una zurda que lastima, no solamente marcan la diferencia: invitan a ilusionarse con un poquito de fútbol menos burocrático.
       El montevideano de 27 años nació futbolísticamente en la buena escuela de Defensor Sporting. En Unión, le hizo un golazo al Gato Sessa en el debut de Villa San Carlos. En Arsenal, su zurda marcó la diferencia en el Viaducto en un 1-0 contra el Lobo. O sea, el triperío tenía alguna referencia de Alemán más allá de "perderlo" un poco en Barcelona de Guayaquil y Liga de Quito. Sin dudas, es un acierto de Gustavo Alfaro su búsqueda y llegada.
       En el amistoso contra San Lorenzo, Brahian Alemán había mostrado cosas interesantes. Las ratificó contra Quilmes con un remate de media distancia y un tiro libre que lo pusieron 0-2 en el duelo con Rigamonti. Fueron acciones individuales, bien pensadas y bien ejecutadas, no tiros por compromiso o para sacarse la pelota de encima. Y en el rebote del tiro libre, el dribbling en la puerta del área terminó en infracción y penal, con pinta de foul más afuera que adentro del área. Jugó de mayor a menor, pero con la virtud de ser el faro del equipo cuando el mismo no aparecía.
       El triunfo frente al cervecero se certificó desde el banco de suplentes. Mauro Matos vive desde hace años del pivoteo y del gol. ¿La primera imagen con la camiseta azul y blanca? De espaldas al arco, control de derecha, mediavuelta de zurda, pum, gol. Y Lucas Lobos...que decir del 10, que parece que ya no puede y saca conejos de la galera. Un fabricante de sonrisas. Cada gambeta, cada pisada, cada pase de Lucas Lobos nos hace un poquito más felices. Fútbol puro, lamentablemente en extinción. Un jugador de dibujos animados, frase de copyright menottiano que tomo afanosamente prestada porque describe a este 10 de potrero que sabe absolutamente todo lo que pasa en la cancha y con esa inteligencia divierte y se divierte. Es más, el mayor elogio es sorprender a sus propios compañeros. "Me emocioné, me puso la piel de gallina" contó uno de ellos desde la admiración que no se opaca con el día a día.
       Pasó Quilmes, viene Tigre. Gustavo Alfaro no quedó conforme con el primer tiempo del equipo, que además tendrá la obligación de hacer olvidar a Maxi Coronel por un par de meses si quiere avanzar en las competiciones. Tarea difícil para Guanini, Gorga y ¿Romero? Intentar jugar con mayor continuidad es la premisa, de Alfaro para abajo. Bienvenida sea esa intención. Con estos jugadores, con la pelota todo parece ser más fácil.