“Tiene consecuencias negativas en la salud”

Quienes hacemos consultas sexuales podemos evidenciar un franco descenso de la frecuencias de las prácticas sexuales en las parejas estables. No es raro que, ante la pregunta sobre el tema, refieran con absoluta naturalidad que el número de encuentros sexuales no supere dos encuentros mensuales. Esto no es patológico per-se, pero resulta imposible superar las disfunciones sexuales si no hay acercamientos. Las razones que han generado que en este siglo la conducta sexual de muchas parejas decaiga, y reconociendo que no es un síntoma exclusivo de nuestra sociedad sino un fenómeno global, considero que pronto serán tratadas como temas a tener en cuenta hasta por los propios gobernantes, tal como viene sucediendo en algunos países. Los argumentos para decirnos el porqué de esto son universales y van desde la falta de tiempo, el exceso de trabajo”, el estrés hasta la rutina y la monotonía, pero son todos justificativos de la falta de deseo, una merma de la testosterona que ha influido en la pérdida del deseo de la descarga sexual. La carencia de testosterona trae sus consecuencias tanto al hombre como a la mujer, y ante el temor al fracaso prefieren evitarlo. Lamentablemente, esto tiene sus consecuencias negativas en la salud, como por ejemplo trastorno del sueño , nerviosismo, signos de depresión, infertilidad etc.