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Espectáculos |“Ghost in the Shell”

La pesadilla de un futuro probable

Scarlett Johansson protagoniza el estreno de la semana, una cinta de ciencia ficción “introspectiva, violenta y fría”

La pesadilla de un futuro probable
27 de Marzo de 2017 | 02:55
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“Si estamos todos aterrorizados por el futuro, ¿por qué seguimos caminando en esa dirección?”, se preguntó Scarlett Johansson al presentar “Ghost in the Shell”, un filme que protagoniza y que proyecta un turbio mundo regido por la tecnología, los “hackers” y una sombría relación entre el hombre y la máquina.

Es que la ciencia ficción ha abandonado en los últimos años, gracias a cintas como “Interestelar” y “La llegada” y a “tanques” como “Star Wars” y “Star Trek”, se ha vuelto un entretenimiento masivo que no ha perdido su característica más interesante: aventurarse en las posibilidades del futuro para revelar los claroscuros del presente y de la condición humana.

“Creo que el entorno creado en ‘Ghost in the Shell’ es tan convincente que no parece que esté muy lejos de nuestro alcance. Nos da ideas para reflexionar”, agregó en este sentido Johansson (Nueva York, 1984) sobre la película que se estrenará el próximo jueves en las salas locales.

Entonces, ¿estamos preparados como sociedad para afrontar los desafíos que nos acechan? “Claramente no, si estamos todos aterrorizados. Buena suerte para todos nosotros”, bromeó con tono ácido.

El desarrollo extremo de la inteligencia artificial, el derrumbe de la privacidad y la invasión tecnológica a todos los niveles son algunos de los dilemas que plantea “Ghost in the Shell”, dirigida por Rupert Sanders (”Snow White and the Huntsman”, 2012) y en cuyo estelar reparto Johansson aparece escoltada por Juliette Binoche, Michael Pitt, Pilou Asbaek y Takeshi Kitano.

EN ASCENSO

Apartándose momentáneamente de las fantasías coloridas de la factoría Marvel, Johansson se mostró sorprendida de que en la promoción de “Ghost in the Shell” todos los periodistas le cuestionen sobre lo inminente que parece el futuro que imagina este cinta distópica. El proyecto de “Ghost in the Shell” “me pareció muy abrumador. La película es introspectiva pero también es violenta y fría”, aseguró Johansson, que tiene experiencia en el género tras ponerse en la piel de la “Lucy” de Luc Besson y protagonizar la pesadillesca “Under the skin”.

Encumbrada como estrella refulgente de Hollywood, Johansson fue musa del cine independiente (”Lost in Translation”, 2003) y actriz fetiche de Woody Allen (”Match Point”, 2005) antes de coronarse en el universo de Marvel con el papel de Viuda negra. No obstante, la intérprete afirmó que no echa de menos las películas más modestas y alejadas del gran foco de la industria: “Mucha gente asume que cuando haces una película que tiene un gran presupuesto, la experiencia artística es muy diferente”.

“Resulta que, de hecho, no es así. No diría que la presión que sentía rodando ‘Under the Skin’ (2013) fuera menor que rodando ‘Ghost in the Shell’ o viceversa. Sea cual sea la cinta, te pones la presión sobre ti misma para dar una interpretación de la que te sientas orgullosa, que tenga sentido, un arco y una cohesión”, argumentó, y agregó: “La única diferencia es que el ‘cátering’ es mejor”.

¿Una remake “occidentalizada”?

Hablar de “Ghost in the Shell” es hablar de palabras mayores del manga. Creada por Masamune Shirow, esta serie japonesa de cómic “cyberpunk” cautivó al público por sus debates filosóficos y fue la génesis de numerosos contenidos derivados, entre los que destacaron las dos aclamadas películas de animación de Mamoru Oshii: “Ghost in the Shell” (1995) y “Ghost in the Shell 2: Innocence” (2004). 

Una más en la larga serie de remakes, reboots, secuelas, precuelas y spin offs que dominan el mercado, la versión estadounidense se sirve de todos los ingredientes de la nueva ciencia ficción (temas complejos, una visión distópica del futuro, violencia, personajes femeninos fuertes, música hipnótica) y apuesta, frente a la atmósfera detenida, el misterio borroso y la reflexión en primer plano de las cintas animadas de “Ghost in the Shell”, por un tono de acción y suspense más accesible para el gran público. 

Y, como si generar polémica entre los “otakus” (los fanáticos del género animado japonés) con cambios al material original no fuera suficiente, esta cinta procuró también hacer enojar a un continente entero: la película se vio envuelta en cierta polémica por la elección de Johansson, la estrella de rigor en estas multimillonarias producciones para empujar la venta de entradas (de hecho, fue la actriz más taquillera de 2016), para interpretar un rol con rasgos asiáticos. Se trata, de todos modos, de apenas el último ejemplo de una tendencia que crece a la sombra de una industria busca mostrarse cada vez mayor diversidad para resarcirse de sus pecados del pasado: hace apenas una semana, sin ir más lejos, se estrenó “Iron Fist”, sobre un héroe “tan blanco” que salva al mundo utilizando artes marciales orientales. 


La trama

Con constantes guiños más o menos ocultos a la primera de las cintas de Oshii, la nueva versión en carne y hueso de “Ghost in the Shell” presenta a Major (Johansson), una “cyborg” diseñada para servir en un cuerpo de élite policial. Considerada como la primera de una nueva evolución de la fusión entre el ser humano y las máquinas, el mundo de Major se vendrá abajo al descubrir nuevos aspectos sobre la naturaleza de su identidad y su pasado. 

“Tuve un montón de conversaciones con Rupert Sanders. Intenté averiguar cómo podía entrar en este personaje y crear algo que fuera más multidimensional”, apuntó Johansson, que investigó sobre la amnesia para tratar de entender los conflictos que abruman a Major. Y opinó que no tener recuerdos fiables sobre tu pasado lleva a una existencia “muy difícil y aislante”, además de adelantar que cuando Major “comienza a desconectar” de la realidad que le fue dada empieza a acercarse a quien es verdaderamente. 
 

 

 

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