Cómo identificar prendas de buena calidad

Todos tuvieron alguna vez en la vida, una mala experiencia con una prenda que compraron pensando que además de linda era de buena calidad y resultó no ser así ante el primer lavado: perdió su forma o su color, también se le cayeron varios botones o se deshilacharon las costuras. Lo que parecía ser “la compra del año” (por su precio) se convirtió en la peor inversión del guardarropas. En este caso, se podría aplicar una de las grandes máximas del mundo de la moda: “Comprá calidad y no cantidad”.

Pero ¿cómo se hace para identificar una prenda de calidad? Nada nos asegura que la calidad sea la mejor. Ni siquiera un alto precio. Pero sí hay algunos detalles que pueden darnos una idea de que lo que se compra va a durar varios años en buen estado.

La prueba a contraluz, los cierres, los componentes y las costuras, son algunas de las señales que pueden indicar la calidad de una prenda.

Los cierres: cuando una prenda es de calidad, los cierres se verán perfectamente rematados con hilos del mismo color y ocultos, a no ser, que dejar la cremallera a la vista sea un elemento estético. Es importante también, fijarse en si sube y baja con facilidad.

Observar la prenda a contraluz: si esta resulta muy transparente, se puede dudar de su calidad. Hay que recordar que entre más opaca y gruesa sea, mejor.

Test de elasticidad: Hay que tirar de la tela y soltarla unos segundos después. Lo ideal es que esta vuelva rápidamente a su forma original. Pero, si por el contrario se deforma, es mejor no llevarla, porque lo más probable es que pierda la silueta en poco tiempo.

Las arrugas: si al tomar parte de la tela y apretarla en la mano durante unos segundos queda muy arrugada, hay que dudar de su calidad, a menos que esa sea la naturaleza del tejido o se trate de lino.

Costuras perfectas: antes de comprar una prenda se deben revisar las costuras, ya que estas deben ser perfectas y muy bien reforzadas. Mirar los hilos, posibles puntadas sueltas, líneas torcidas y toda clase de imperfecciones. Si se trata de estampados como cuadros, rayas o lunares, hay que asegurarse de que las figuras coincidan en las costuras. Una mala unión revela la falta de cuidado en la fabricación de la pieza.

Confiar en el tacto: nunca está de más experimentar con la textura. Optar por tejidos suaves al tacto y que se adapten de forma fluida a la silueta del cuerpo es mejor.

Composición de la tela: es fundamental aprender a leer las etiquetas que vienen con la ropa. Hay que buscar fibras naturales como lana, algodón, lino o seda ya que resisten mejor el desgaste del tiempo y los lavados. Evitar las sintéticas como el poliéster, acetato o rayón.

Botones en su lugar: respecto a los botones, hay que tener en cuenta que estén bien cocidos y que los ojales por los que deben entrar sean del tamaño correcto. Cuando la prenda viene con un botón de recambio es una buena señal de su calidad.

Etiquetas: por lo general las buenas marcas incluyen en sus etiquetas instrucciones para lavar las prendas, e información como la talla, composición, logo y lugar de fabricación.