El paseo del Bosque no necesita grandes inversiones, sino más tareas de limpieza y jardinería

Ideado y creado por los fundadores hace más de un siglo con criterios renacentistas, previsto, ejecutado y mantenido durante décadas como el gran pulmón verde con el cual la nueva ciudad y la región podían oxigenarse, el paseo del Bosque platense se encuentra hoy lejos de ser un apropiado lugar de esparcimiento y de atracción de visitantes con el que fue proyectado. Por el contrario, las deficiencias que exhibe lo colocan demasiado cerca de parecerse a un predio abandonado, con muestras de deterioro impropias de cualquier paseo público.

Tal como se reseñó en este diario en una edición reciente, quienes recorren con habitualidad el paseo del Bosque califican de inexplicable el estado de abandono en distintos sectores. Con profundas heridas causadas por el vandalismo y la falta de mantenimiento, el espacio verde –privilegiado por su belleza y estado de mantenimiento en otras épocas- no se encuentra a salvo de la suciedad y de otras secuelas vinculadas a la falta de cuidados.

Muchos visitantes habituales aludieron, por caso, al progresivo deterioro que se observa en La Gruta, ejemplo si se quiere sintomático de lo que se ve en otros sectores del Bosque. El lugar se ve sucio, con manchas de humedad, con severos descascaramientos en su infraestructura, al punto de que podrían representar peligros para quienes la recorren.

Basura desparramada en los distintos parques, con el olor subsiguiente, la mayoría de las farolas rotas, la plantaciones de los maceteros resecas, sin ninguna atención por parte de jardineros, canteros desprovistos de conchilla, columnas de alumbrado vandalizadas, con los cables al descubierto, el Lago agonizante y condenado a suciedad perpetua, la mayoría de los ornamentos de yeso destruidos, bancos rotos, esculturas mutiladas, todo habla de una desidia llamativa para velar por el mantenimiento del paseo más emblemático de nuestra ciudad.

Al analizar este mismo tema –porque la falta de cuidado del Bosque se ha convertido en una suerte de clásico de las últimas administraciones municipales- se dijo aquí que resulta desalentador que nada menos que ese lugar, donde se encuentran asentados sitios de excelencia científica, cultural y deportiva como lo son el Museo de Ciencias Naturales, el Observatorio, el Planetario, el Zoológico, las canchas de Estudiantes y Gimnasia, el Lago, el Teatro Martín Fierro y otros atractivos, con la presencia cercana, además, de varias facultades, sufra este verdadero desmedro en sus cualidades.

Tampoco se habla de reclamar la realización de obras costosas, sino, simplemente, de que algunas pocas cuadrillas bien dirigidas mantengan la higiene, realicen tareas de jardinería, repongan algunos materiales perdidos y corrijan otras pequeñas deficiencias. Una previsión que, preciso es decirlo, debería extenderse a todo el distrito necesitado de una intensificación de las tareas de limpieza de los espacios públicos que le corresponde realizar a la Municipalidad.

No hay dudas acerca de que la limpieza y mantenimiento de los principales y más característicos paseos y plazas adquiere categoría de prioritaria y es por ello, justamente, que la Municipalidad debe revisar a fondo los mecanismos y recursos que emplea para estas tareas, aplicándose las medidas que hagan falta para revertir semejantes cuadros de situación.

Sería preciso, además, que se apunte a una fuerte campaña de concientización vecinal para que el compromiso sea también comunitario y todos los vecinos participen y tomen como propio el objetivo de mantener limpia la Ciudad. En ese sentido, debe admitirse que aún hace falta recorrer un largo camino para consolidar una correcta conducta ciudadana en la vía pública. Pero para ello la Municipalidad debiera dar el ejemplo, cumpliendo en forma cabal con su cometido.