La disfunción es la norma

La televisión del siglo XXI ha descubierto que la disfunción familiar es la norma, motivo por el cual el disparatado humor de “El Desvío”, en la línea de clásicos del humor estadounidense como los producidos por National Lampoon, ha encontrado gran arraigo entre un público que no puede dejar de verse representados por Nate, ese padre abrumado por el trabajo, y Robin, a quien la maternidad le llegó por sorpresa.

Tras una primera temporada que transcurrió enteramente en la ruta, en las alocadas vacaciones que planeaba el patriarca que llevó al equipo de cuatro a recorrer dos mil kilómetros, en la segunda temporada, que se estrena mañana por TBS, con un doble episodio que comienza desde las 22, “no vamos a estar viajando físicamente, es un viaje más metafórico: estamos en Nueva York, pero no pertenecemos realmente allí, así que otra vez estamos en un ambiente donde no pertenecemos”, adelanta Natalie Zea, protagonista del hit cómico del canal humorístico, en diálogo con EL DIA.

“El show es muy gracioso, pero creo que la razón por la que la gente sigue viendo el programa es lo relacionables que son sus personajes”

“Los chicos han crecido, en la primera temporada eran niños aún, tenían cierta inocencia. Y ahora están al borde de la adultez, en una edad muy difícil. Así que tenemos varios desafíos al respecto”, revela Zea, que interpreta a mamá Robin, sobre los desafíos de la nueva tanda de doce episodios que comenzaron a emitirse en Estados Unidos en febrero, en los cuales su personaje verá cómo el pasado vuelve para acosarla: “No todo lo que hizo en su pasado, pero sus intenciones eran buenas... y creo que es todo lo que puedo decirte”, cuenta al respecto.

ANCLAJE

En esas “buenas intenciones” (y malos resultados) de los personajes, dice Zea, se encuentra el corazón de la serie. “Con Robin somos más similares de lo que me gusta reconocer”, afirma entre risas, porque, ahora que es madre (su hija, producto de su relación con el también actor Travis Schuldt, nació el año pasado), comprende que “ningún padre está cerca siquiera de ser perfecto, quizás hasta no son buenos en lo que hacen... pero tienen buenas intenciones. Creo que muchos padres se sienten así, particularmente en este momento donde estamos tan abrumados de trabajo y estrés y estamos intentando hacer lo mejor posible”.

“El show es muy gracioso, pero creo que la razón por la que la gente sigue viendo el programa es lo relacionables que son sus personajes”, opina, y cuenta que aunque el equipo de escritores liderados por Jason Jones tuvo que pensar nuevos escenarios alocados para la tanda de episodios “porque ahora que la tevé se ha vuelto tan competitiva hay presión para ser más grandes cada temporada”, el tono “no ha cambiado tanto: “Mucho de lo que hacemos tiene su base en la vida real. Y creo que esa es la clave de la serie: no importa lo desaforado que sea el humor, lo importante es mantener la comedia anclada en la realidad”.